Re: Loft de Azariel

**Jamileh** Jue Feb 04, 2010 4:33 am

Si ya de por sí era increíble que estuviese ejecutando una sonata del mísmisimo Bethoveen de forma tan diestra y expresiva, tan libre a la vez que tan fiela la original, la sorpresa de Jamileh va en aumento cuando la pieza cambia hasta convertirse en el comienzo de una mucho más antigua y que conoce muy bien, demasiado bien para ser exactos, dado que es una de las que más le han expresado a ella a lo largo del tiempo...

Por ello, no dice nada cuando, con un par de nuevas lágrimas naciendo de sus ojos castaños, se encamina hacia una pared donde ha divisado un instrumento concreto: una ocarina, similar a la suya aunque quizá más vieja, y probablemente sin estrenar. La toma entre sus manos, intentando hacerlo de forma firme dado que hace apenas unos segundos estas le temblaban por la emoción, y regresa junto al piano, volviendo colocándose a la izquierda de quien lo hace sonar.

Se lleva el instrumento a los labios, y comienza a acompañarle con la misma melodía como si así se decidiese a formar parte del hechizo, o peor aún, de aquel que lo está llevando a cabo... Y es que no puede evitar pensar que, si tratase a todo lo que tiene en sus manos como trata a las teclas del instrumento, no le importaría entregarse a él.

Un pensamiento del que se evade tocando la ocarina, ignorando los surcos que siguen dibujándose en sus mejillas sonrosadas, y manteniéndose por lo demás inmóvil, de forma que parece que quiera fundirse con esa sala.

**Azariel** Jue Feb 04, 2010 2:41 pm

La única respuesta que da a la improvisación de ella es una pausa, de apenas unos segundos, en los que ni siquiera abre los ojos para observar la interrupción, o se muestra molesto por la misma. De hecho, tras escuchar la base, el sonido, vuelve a colocar los dedos en la posición correcta, acoplándose como dos gemelos que llevan juntos toda la vida, creando una armonía difícilmente equiparable a cualquiera que haya experimentado hasta ahora.

Los minutos vuelan, y él ni siquiera se da cuenta de que, llegado un momento, la pieza termina... Demasiado abstraido, demasiado en su mundo, demasiado relajado, no se da cuenta de que le ha visto tocar, de que le ha acompañado en una pieza... No se de cuenta de nada, excepto de una cosa.

Que está detrás. Aparta los dedos de las teclas, girando sobre el banco hasta quedar de cara a ella. En ese mismo momento abre los ojos, fijándolos en los de ella un segundo, el justo y necesario para después tomarla de la cintura y levantarla sin apenas esfuerzo. La sienta sobre el piano, y al segundo es él quien se ha levantado y quien, sin ser consciente, se ha vuelto a lanzar a por sus labios como si le fuese la vida en ello.

Sin saber que, cada vez más, se está jugando algo mucho más importante que un puesto en el Infierno, que se está jugando su vida.

**Jamileh** Jue Feb 04, 2010 3:31 pm

Y, tras una breve pausa por parte de Azariel, se renauda la magia del piano, y lo que en dicho instrumento suena se fusiona a la perfección con lo que Jamileh toca en la ocarina. La situación es extraña, mucho, y, sin embargo, por primera vez para ella no hay si quiera reproches que silenciar, demasiado abstraída en la música, en el torrente de emociones que de esta emana, como para poder dejar a su mente un mínimo espacio destinado a las llamadas de la conciencia.

No hay espacio para eso, ni tampoco lo hay para la confusión o las dudas de cualquier tipo... Solo lo hay para seguirle a él en aquella melodía que alcanza su clímax de la mano de ambos instrumentos para, lentamente, descender hasta llegar a su fin, un fin que ambos dan a la vez, como si hubiese habido una sincronización previamente acordada, cosa que es obvio que no ha sido así...

Retiene el aire cuando él se gira tan súbitamente, y sus ojos castaños, brillantes y humedecidos debido al producto líquido de la emoción, corresponden a la mirada de los de él durante ese breve segundo. Como si de una ráfaga de viento se tratase, se ve rápidamente tomada por la cintura, sin decir ni hacer nada por evitarlo, limitándose a dejarse sentar sobre el instrumento y liberar por fin todo el aire contenido, entreabriendo los labios...

...Y, entreabiertos, reciben a los de Azariel, para corresponderle una vez más, esta vez sin temor, sin si quiera vacilar. Sí que está presente la torpeza que caracteriza a la inexperiencia, así como la dulzura implícita en su naturaleza; pero la emotividad es superior, haciendo que, cuando pasa ambos brazos a cada lado del cuello de él, apoyándolos sobre sus hombros, el gesto sea principalmente sincero.

Ni si quiera se da cuenta de que ese beso sabe a salado, gracias a sus propias lágrimas, que han quedado junto al sentido común en el olvido.

**Azariel** Jue Feb 04, 2010 4:39 pm

Es consciente de que ella no le ha puesto ninguna objección, una entrega que realmente le hace dudar, aunque no esté dispuesto a asumirlo o aceptarlo, más aún teniendo en cuenta lo que se juega con todo esto.

Sin embargo, pese al riesgo, a la duda, al caos que se revoluciona en su interior, sigue sin pensar, aún en su mente resonando los últimos acordes de la melodía, vibrantes y apoteósicos, una apoteosis que quiere plasmar de forma física, como demuestra cuando se pega más a ella, profundizando el beso de la misma forma que antes, sin siquiera pensar en parar.

Una de sus manos desciende de nuevo por la cintura de ella, y esta vez no puede resistir, aguantar, la necesidad, una necesidad de probar algo más que sus labios. Se separa unos centímetros, derramando su aliento sobre los labios que acaba de probar, un segundo antes de descender en besos por su mejilla y barbilla, hasta alcanzar su cuello

Su lengua gana protagonismo, inverosímil, impredecible y placentera, en combinación con unos labios y unos dientes que besan y mordisquean sin cesar, pero de forma lenta, calmada e incitante. Pronto asciende hasta su oído, donde reparte el mismo tipo de caricias, alternando ahora entre una zona y otra a placer.

**Jamileh** Jue Feb 04, 2010 7:40 pm

El cuerpo de Azariel se pega más al suyo, y la reacción de ella no es otra que la de acoplarse a este, como logrando quedar perfectamente amoldada a él. Y ella le sigue en esa profundización del beso, imitándole como buenamente puede, puesto que es harto complicado hacer algo sin saber el cómo, y, aún así, lo está haciendo...

La ocarina que una de sus manos sotenía cae al suelo finalmente cuando ella siente la mano invasora en su cintura. Ante ese suave tacto, lleva las suyas propias a la espalda de él, tanteando por encima de la camiseta cada línea, cada pliegue, cada forma... Es una manera torpe de acariciar, pero es la de alguien que jamás lo ha hecho y hoy, la primera vez, intenta investigar que es lo que hay, recorrer esa zona con sumo cuidado para memorizarla y poder trazar así el camino adecuado.

Deja escapar un suspiro cuando él abandona sus labios, sintiendo el cálido contacto de los contrarios en su mejilla y el descenso de estos hacia su cuello, que se estira al instante como ansiando ser explorado por primera vez. Un jadeo sale de su boca cuando nota esa combinación idescriptible de sensaciones, en lo que las manos situadas en la espalda se aferran a los pliegues de la tela, con fuerza.

A estas alturas no hay cabida para la reacción o el rechazo, no cuando, al sentir en su oído el mismo combo de mordiscos, besos y humedad, un primer gemido nace en su garganta...

**Azariel** Jue Feb 04, 2010 10:13 pm

Si estuviese jugando a un videojuego, el primer gemido de ella sería como el botón que tiene que pulsar para anar el nivel. Pero sabe que está un poco duro y que tiene que ablandarlo del todo para vencer finalmente.

Una perfecta hipótesis para seguir repartiendo caricias en su oído y cuello. No es consciente del significado de lo que hace, pero sí lo es para pensar en cual va a ser su próximo movimiento, teniéndola en cuenta a ella, algo que, hasta ahora, ni se había molestado en hacer, lo que demustra aún más el cambio que, poco a poco, se va obrando en él.

Meterle mano de forma directa no sería productivo, y de forma indirecta, la vcerdad, tampoco... La cintura y la espalda las tiene demasiado bien asimiladas, por lo que, lentamente y desde su costado, desciende por el mismo hasta el inicio de sus muslos, acariciando sus esbeltas piernas desnudas por la parrte superior, rozando sutilmente la interior de vez en cuando, pero sin acercase de forma peligrosa a la zona más comprometida, por mucho que quiera.

**Jamileh** Jue Feb 04, 2010 11:05 pm

Tras el primer gemido, y como si ese fuese solo el arranque hacia la liberación de sus cuerdas vocales, se suceden unos cuantos más, en voz baja, casi infantil, sútiles todos ellos, conforme la exploración de su oído y cuello prosigue. Cuando nota la mano invasora acariciar sus piernas, cuya piel se pone de gallina al instante, un nuevo estremecimiento la sacude por entero, provocando que de cintura para arriba se pegue más a él y entierre la cabeza en su hombro, respirando de manera entrecortada.

Sus manos dejan de aferrarse a la tela de la camiseta por su espalda, para volver a recorrerla, esta vez de forma más seguida aunque todavía lenta, como si así estuviese pidiendo permiso para hacerlo, impregnando en cada movimiento de las yemas de sus dedos toda la ternura que tiene dentro, la cual no es poca.

Sin darse cuenta de lo que está sucediendo, sus labios ejercen presión en el hombro de él, comenzando así a repartir cortos besos por la zona que van descendiendo hacia su torso, despacio y con tímidez.

Y, entre beso y beso, gemidos y jadeos se intercalan, sucedidos por pequeños estremecimientos que hacen que sus manos le tiemblen a cada caricia que continúan repartiendo.

**Azariel** Vie Feb 05, 2010 1:52 am

La cosa comienza a subir de tono, algo que desea pero que, siendo algo consciente, no le conviene. Sabe que si intenta avanzar más se encontrará con una barrera y algo muy similar a lo de la primera vez, pudiendo estropearlo todo de nuevo...

La diferencia es que esta vez estropearía algo más que el trabajo, otra de esas cosas que no va a reconocer. Pero ya que está aprovecha y se deja besar, respirando pasuadamente, hasta que, en un único movimiento, le alza la cara y la vuelve a besar, esta vez con algo más de intensidad derramada en el gesto.

Tras varios segundos se separa, como antes, y también de su cuerpo, que no es de piedra y caer en la lujuria no resulta tan difícil:

-No es bueno para ti que sigamos... No quiero obligarte a hacer algo que no quieres. -Ahora, algo más razonable, retoma el papel, pero mucho más debilitado que antes. Deja claro, de forma sutil, que no es él e que se echaríia atrás, en conjunto con una preocupación que también se molesta en plasmar.

**Jamileh** Vie Feb 05, 2010 5:36 pm

Continúa repartiendo besos en el hombro y comienzo del torso de Azariel hasta que él la detiene alzando su rostro. No dice nada cuando nuevamente ambas bocas se juntan en un juego de labios cuya intensidad, mayor que las veces anteriores, la desborda levemente haciendo que no sepa como seguirle durante unos segundos, aunque finalmente parezca pillar el ritmo...

Cuando él se separa, vuelve a quedarse unos segundos en silencio, con los ojos cerrados, inmóvil. De nuevo da la sensación de que teme con toda su alma abrir los ojos y encontrarse con que todo ha sido un sueño, como se nota cuando estira una de sus manos para tantear el rostro de él. Acaricia entonces su mejilla, y desciende hasta su perilla, que acaricia con la yema de los dedos, descendiendo por el cuello unos milímetros.

Sonríe, al haber podido comprobar que él es real, y aparta entonces la mano. Abre los ojos, mirándole fijamente sin borrar la sonrisa, hasta que le escucha y vuelve a ponerse seria... Traga saliva algo ruborizada, intentando ordenar sus ideas para poder responderle como es debido:

-Yo... -Se muerde el labio inferior con nerviosismo- No me has obligado a esto, y si solo se quedase precisamente en este punto, es decir, en esto, no me sentiría mal, pero... -Desvía la mirada, azorada- Es egoísta por mi parte pretender que sea así, cuando está claro que tú por tu naturaleza no puedes conformarte con lo mismo que yo y... -Baja de un salto del piano, provocando que algunas teclas suenen- De verdad que lo siento -Se disculpa, con total sinceridad- Será mejor que me vaya, pronto amanecerá... -Se pone de puntillas, dando la sensación de que va a besarle de nuevo, pero finalmente no se atreve... De hecho no es capaz ni de volver a mirarle- Gracias por todo, Azariel, realmente nunca nadie me había tratado tan bien como tú -Susurra, cabizbaja- Eres una buena "persona", mejor de lo que tú piensas... -Es entonces cuando vuelve a fijar fugazmente sus irises castaños en los oscuros de él, como dándole enfasis así a sus palabras para que sepa que son en serio. Y aparta la mirada nuevamente tras eso, desvíandola hacia la salida- Cuídate, ¿quieres?

Se encamina hacia la puerta, con paso lento, como si realmente le costase horrores marcharse pero supiera que es lo que "debe" hacer, lo "correcto", lo "conveniente"... No su voluntad, que ahora vuelve a verse desplazada por un sentido común que comienza a retomar su papel.

**Azariel** Vie Feb 05, 2010 9:54 pm

Escucha todas y cada una de sus palabras, sin dejarse ninguna en el camino y con bastante atención. Parpadea un par de veces, ignorando momentáneamente la dualidad que se comienza a crear en su interior, principalmente porque de todo lo que le está diciendo el saca un significado.

Se está despidiendo, y una despedida quiere decir que se marcha, bien, pero el problema es que le suena a despedida para siempre, y no un mero "hasta luego". Y eso sí que no le gusta. La observa alejarse entre la puerta, siendo capaz de escuchar en su interior las dos voces enfrentadas...

Una, que la retenga para ganar otro encuentro, conseguir enamorarla del todo y obtener los beneficios que tanto él como Azrael parecen desear.

La otra, que la retenga por voluntad propia, por el hecho de echarla de menos si desaparece y arrepentirse de no haber hecho lo debido. Difícil decisión, pero mira tú por donde, ambas tienen algo en común...

Así que, sin hacer caso a ninguna de las dos y haciéndolo a las dos a la vez, se levanta de un salto, avanzando a grandes zancadas hasta que caza la cintura de ella, girándola de nuevo hacia él y empujándola contra la pared con su propio cuerpo. No le pide explicaciones ni espera preguntas antes de volver a probar sus labios con intensidad, pegándose a su cuerpo lo más que puede...

Hasta que, tras varios segundos, se separa, mordisqueando su oído:

-No seas inconsciente y te marches así... Las calles a estas horas son peligrosas para una mujer sola y desvalida. -Bromea, aunque su tono de voz no parece indicarlo, con un amago de sonrisa bastante descarado.-¿Qué tal si dejas que te lleve a casa? No está lejos en coche, y me quedaré más tranquilo...

Una vez soltada su propuesta, vuelve a mordisquear y lamer el lóbulo de su oreja, como incitándola a que no le de una negativa, obligándola de forma juguetona a aceptar.

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