Casa de Jamileh
2 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2 
Casa de Jamileh
Jamileh Mar Ene 26, 2010 11:26 pm
Dueño de la vivienda: Jamileh.
Tipo de Vivienda: Pequeña casa de dos plantas.
Habitantes: Solo Jamileh (aunque hay un Koala asiduo a visitar su jardín, que parece otro inquilino porque campa a sus anchas ^^).
Número de estancias: 4 (Salón, cocina, dormitorio y baño).
Breve descripción:
Imagen *-*
El edificio, que se encuentra casi en la zona que delimita South Eusine con las afueras de Zion, es de arquitectura japonesa y antigua, pero en perfecto estado de conservación. El jardín deja a su flora crecer libremente, por lo que es frecuente ver pájaros de colores acudir de cuando en cuando a los árboles, y las enredaderas decoran de forma natural las paredes. Un camino de piedrecitas conduce a la entrada.
Pequeña pero acogedora, es sencilla pero no austera, y se encuentra reformada aunque sin estar modernizada. Nada más entrar nos encontramos con un salón cuyo suelo es tatami y en el cual una pequeña mesa de té con sus típicos cojines da la bienvenida..., en esta estancia, además, hay un caballete en el que Jamileh pinta de vez en cuando los cuadros que conforman la poca decoración de la casa. Una puerta corredera conduce a la cocina, pequeña pero bien equipada.
La planta superior es donde se encuentra el baño, sencillo pero impecable, y el dormitorio. Este último es algo amplio, con la cama colocada directamente en el suelo, en el centro de la estancia; en una de las paredes una mesa de estudio siempre plagada de libros, a cada lado de la cual hay dos pequeños armarios (uno para el vestuario y otro para las armas y artilugios), mientras que las otras paredes no tienen más decoración que estanterías abarrotadas de más libros...
Tipo de Vivienda: Pequeña casa de dos plantas.
Habitantes: Solo Jamileh (aunque hay un Koala asiduo a visitar su jardín, que parece otro inquilino porque campa a sus anchas ^^).
Número de estancias: 4 (Salón, cocina, dormitorio y baño).
Breve descripción:
Imagen *-*El edificio, que se encuentra casi en la zona que delimita South Eusine con las afueras de Zion, es de arquitectura japonesa y antigua, pero en perfecto estado de conservación. El jardín deja a su flora crecer libremente, por lo que es frecuente ver pájaros de colores acudir de cuando en cuando a los árboles, y las enredaderas decoran de forma natural las paredes. Un camino de piedrecitas conduce a la entrada.
Pequeña pero acogedora, es sencilla pero no austera, y se encuentra reformada aunque sin estar modernizada. Nada más entrar nos encontramos con un salón cuyo suelo es tatami y en el cual una pequeña mesa de té con sus típicos cojines da la bienvenida..., en esta estancia, además, hay un caballete en el que Jamileh pinta de vez en cuando los cuadros que conforman la poca decoración de la casa. Una puerta corredera conduce a la cocina, pequeña pero bien equipada.
La planta superior es donde se encuentra el baño, sencillo pero impecable, y el dormitorio. Este último es algo amplio, con la cama colocada directamente en el suelo, en el centro de la estancia; en una de las paredes una mesa de estudio siempre plagada de libros, a cada lado de la cual hay dos pequeños armarios (uno para el vestuario y otro para las armas y artilugios), mientras que las otras paredes no tienen más decoración que estanterías abarrotadas de más libros...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 12:59 pm
Antes, en el bosque, lo que menos esperaba es que su abrazo fuese a ser correspondido por él. Y le había pillado tan desprevenida que, nuevamente, ser capaz de plantearse si no sería aposta, si no se trataría de algo premeditado en vez de una afortunada coincidiencia, le había sido del todo imposible. Un estremecimiento recorrió su cuerpo cuando él acarició de esa forma tan casual como todo, o al menos eso creía en su ingenuidad, su cintura, y no pudo más que aferrarse con fuerza mayor al soporte que aparecía ante ella.
Estuvo apunto de replicarle diciéndole que no era necesario que la acompañase hasta aquí, pero finalmente había cedido, apretando con su delicada mano la de él al verse agarrada, siguiéndole sin darse cuenta de en que momento habían salido del bosque y se habían subido al coche... Pero el caso es que había logrado ser capaz de guiarle hasta el lugar correcto, porque ahí estaban.
Jamileh se adelanto unos pasos, separándose de Azariel, para abrir la puerta. Ahora lamentaba un poco no haber ordenado el salón que se encontraba ante ellos, puesto que, ocupada como siempre, no había recogido los múltiples lienzos que se apoyaban en una esquina, bien enrrollados o bien extendidos sobre el suelo. Se trataba de sus intentos de cuadros, como ella los consideraba, ya que, salvo por los pocos que había colgado, las paredes seguían algo vacías. Tampoco había recogido la cocina, aunque al menos esa no era visible porque estaba cerrada...
-Disculpa el desorden... -Susurra, rompiendo el silencio e invitándole a entrar de esa forma.
Estuvo apunto de replicarle diciéndole que no era necesario que la acompañase hasta aquí, pero finalmente había cedido, apretando con su delicada mano la de él al verse agarrada, siguiéndole sin darse cuenta de en que momento habían salido del bosque y se habían subido al coche... Pero el caso es que había logrado ser capaz de guiarle hasta el lugar correcto, porque ahí estaban.
Jamileh se adelanto unos pasos, separándose de Azariel, para abrir la puerta. Ahora lamentaba un poco no haber ordenado el salón que se encontraba ante ellos, puesto que, ocupada como siempre, no había recogido los múltiples lienzos que se apoyaban en una esquina, bien enrrollados o bien extendidos sobre el suelo. Se trataba de sus intentos de cuadros, como ella los consideraba, ya que, salvo por los pocos que había colgado, las paredes seguían algo vacías. Tampoco había recogido la cocina, aunque al menos esa no era visible porque estaba cerrada...
-Disculpa el desorden... -Susurra, rompiendo el silencio e invitándole a entrar de esa forma.
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 4:02 pm
Se ha dejado guiar durante todo el trayecto, y en ciertas ocasiones le ha dado frases de ánimo y aliento perfectamente medidas, dispuestas a penetrar las barreras de la duda para alcanzar su corazón, aunque ni siquiera sabe si eso es posible o si lo conseguirá.
Observa la casa ya desde antes de entrar y, en efecto, era lo que se esperaba. Decoración oriental propia del barrio y no demasiado grande, más bien sencillita. La mira a ella con un amago de sonrisa, ladeando la cabeza un par de centímetros:
-Te pega... Gracias -Él nunca ha da las gracias, pero es consciente de que las tiene que usar para inspirarle confianza... Así que, sin más, se cuela dentro, encogiéndose de hombros ante el desorden. De lo primero que se percata es de los diferentes lienzos que hay repartidos por la estancia, lo que le indica que sabe pintar, o es aficionada....
Lo segundo, que no tiene sofá y tiene que sentarse en esos cojines que hay en el suelo. Pero no se mueve del umbral, girándose hacia ella y esperando a ver que es lo que desea hacer. Por suerte no tiene frío, ya que su temperatura corporal es más elevada, y va bastante cómodo en ropa interior y zapatillas:
-No me molesta, total, mi apartamento está peor... Creo. ¿Te encuentras ya mejor? --Primera daga lanzada a las susodichas barreras, mirándola con un atisbo de preocupación que aún parece durarle.
Observa la casa ya desde antes de entrar y, en efecto, era lo que se esperaba. Decoración oriental propia del barrio y no demasiado grande, más bien sencillita. La mira a ella con un amago de sonrisa, ladeando la cabeza un par de centímetros:
-Te pega... Gracias -Él nunca ha da las gracias, pero es consciente de que las tiene que usar para inspirarle confianza... Así que, sin más, se cuela dentro, encogiéndose de hombros ante el desorden. De lo primero que se percata es de los diferentes lienzos que hay repartidos por la estancia, lo que le indica que sabe pintar, o es aficionada....
Lo segundo, que no tiene sofá y tiene que sentarse en esos cojines que hay en el suelo. Pero no se mueve del umbral, girándose hacia ella y esperando a ver que es lo que desea hacer. Por suerte no tiene frío, ya que su temperatura corporal es más elevada, y va bastante cómodo en ropa interior y zapatillas:
-No me molesta, total, mi apartamento está peor... Creo. ¿Te encuentras ya mejor? --Primera daga lanzada a las susodichas barreras, mirándola con un atisbo de preocupación que aún parece durarle.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 4:29 pm
Vuelve a intentar sonreír ante su comentario sobre que la casa le pega, pero no es capaz, como si no tuviese fuerzas para obligar a sus labios a ello. Por lo que, sin más, se encoge de hombros, algo sorprendida al oirle dar las gracias... ¿Ha oído bien? Sí, ha oído bien, sin lugar a dudas...:
-A ti... -Responde, adentrándose más en el interior- Siéntate y espera un momento, ¿vale? -Pide, con su amabilidad característica, antes de desaparecer escaleras arriba, sin haber dicho si quiera a donde va ni cuanto va a tardar...
No obstante, el ruído de agua cayendo indica que, probablemente, se esté duchando o limpiando de sangre. Y, tras unos 15 minutos, vuelven a escucharse pasos descendiendo la escalera. Reaparece, con el cabello aún mojado y vistiendo un camisón de tirantes, largo hasta los tobillos, cuya seda china es de un color violeta que parece ir a juego con el brillo de esa tonalidad que emiten sus blancas alas, aunque obviamente no es aposta..., lleva, además, una fina bata blanca puesta, pero abierta, sin anudarla debido a que ahí no hace frío; y, bajo un brazo, la ropa de él, perfectamente doblada, que le entrega nada más bajar.
Al menos ahora su rostro tiene mejor aspecto, debido a que en realidad la mayoría era sangre reseca y no verdaderas heridas. Tan solo un corte rojo que ya no sangra, surcando su mejilla, y un moratón en el pómulo del mismo lado... Nada que deforme su cara o que vaya a tardar demasiado en desaparecer, pese a que duela y escueza.
Se da cuenta de que lleva demasiado tiempo sin decir nada, simplemente mirándole, por lo que traga saliva, rompiendo una vez más el silencio creado:
-¿Quieres tomar un té o... algo? -El ofrecimiento le parece tan absurdo como surrealista, pero es lo primero que se le ha ocurrido decir- No tengo bebidas alcohólicas -Se apresura a añadir, sintiéndose aún más absurda tras hacerlo.
Se queda entonces ahí parada, de pie, mordiéndose el labio inferior con algo de nerviosismo... ¿Por qué, repentinamente, le importa tanto el parecer estúpida?
-A ti... -Responde, adentrándose más en el interior- Siéntate y espera un momento, ¿vale? -Pide, con su amabilidad característica, antes de desaparecer escaleras arriba, sin haber dicho si quiera a donde va ni cuanto va a tardar...
No obstante, el ruído de agua cayendo indica que, probablemente, se esté duchando o limpiando de sangre. Y, tras unos 15 minutos, vuelven a escucharse pasos descendiendo la escalera. Reaparece, con el cabello aún mojado y vistiendo un camisón de tirantes, largo hasta los tobillos, cuya seda china es de un color violeta que parece ir a juego con el brillo de esa tonalidad que emiten sus blancas alas, aunque obviamente no es aposta..., lleva, además, una fina bata blanca puesta, pero abierta, sin anudarla debido a que ahí no hace frío; y, bajo un brazo, la ropa de él, perfectamente doblada, que le entrega nada más bajar.
Al menos ahora su rostro tiene mejor aspecto, debido a que en realidad la mayoría era sangre reseca y no verdaderas heridas. Tan solo un corte rojo que ya no sangra, surcando su mejilla, y un moratón en el pómulo del mismo lado... Nada que deforme su cara o que vaya a tardar demasiado en desaparecer, pese a que duela y escueza.
Se da cuenta de que lleva demasiado tiempo sin decir nada, simplemente mirándole, por lo que traga saliva, rompiendo una vez más el silencio creado:
-¿Quieres tomar un té o... algo? -El ofrecimiento le parece tan absurdo como surrealista, pero es lo primero que se le ha ocurrido decir- No tengo bebidas alcohólicas -Se apresura a añadir, sintiéndose aún más absurda tras hacerlo.
Se queda entonces ahí parada, de pie, mordiéndose el labio inferior con algo de nerviosismo... ¿Por qué, repentinamente, le importa tanto el parecer estúpida?
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 5:33 pm
Asiente ante su primera petición, observándola subir las escaleras. Ahora es el momento idóneo, el ideal, para acercase a una de las paredes y darse una buena serie de cabezazos, buscando quitarse de encima todo lo que no le interesa. En cierto modo lo teme, porque es algo que no logra identificar y que por tanto no puede controlar...
Pero no se puede permitir fracasar, no aquí ni ahora, una oportunidad así se presenta en muy contadas ocasiones. Una vez ya se ha dejado todo lo que no debe tener en la pared, comienza a fisgonear de aquí para allá, entre los cuadros, la mesita o cuaquier aparatejo que le llame la atención. Simplemente parece curioso, pero realmente cuenta con cualquier descuido por parte de ella para encontrar algo útil...
Sin embargo, lo único que encuentra son un par de cuadros bastante bien dibujados. Escucha los pasos cuando baja y se gira con rapidez, quedando de cara a ella. Ahora sí tiene mejor aspecto, casi que está hasta herm...
¡Eh, que eso no va aquí! Atractiva, sí, eso sí... Pero sabe que no es el momento de provocar una tentación y que sería echarlo por la borda... Aunque que no hayan bebidas alcohólicas es un golpe muy, pero que muy duro para su persona. Con una mueca afligida se viste, tomando asiento en uno de los cojines... Bueno, el té no está tan malo:
-Está bien, ponme un té, por favor. -Pedir las cosas tampoco es algo que él haya hecho, pero todo sea por la patria... Y por sí mismo. Le esboza una sonrisa encantadora, infundiéndola ánimos e intentando hacerla ver que ya está en su casa, sana y salva, y que no tiene por qué estar tan... Rara.
Pero no se puede permitir fracasar, no aquí ni ahora, una oportunidad así se presenta en muy contadas ocasiones. Una vez ya se ha dejado todo lo que no debe tener en la pared, comienza a fisgonear de aquí para allá, entre los cuadros, la mesita o cuaquier aparatejo que le llame la atención. Simplemente parece curioso, pero realmente cuenta con cualquier descuido por parte de ella para encontrar algo útil...
Sin embargo, lo único que encuentra son un par de cuadros bastante bien dibujados. Escucha los pasos cuando baja y se gira con rapidez, quedando de cara a ella. Ahora sí tiene mejor aspecto, casi que está hasta herm...
¡Eh, que eso no va aquí! Atractiva, sí, eso sí... Pero sabe que no es el momento de provocar una tentación y que sería echarlo por la borda... Aunque que no hayan bebidas alcohólicas es un golpe muy, pero que muy duro para su persona. Con una mueca afligida se viste, tomando asiento en uno de los cojines... Bueno, el té no está tan malo:
-Está bien, ponme un té, por favor. -Pedir las cosas tampoco es algo que él haya hecho, pero todo sea por la patria... Y por sí mismo. Le esboza una sonrisa encantadora, infundiéndola ánimos e intentando hacerla ver que ya está en su casa, sana y salva, y que no tiene por qué estar tan... Rara.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 5:46 pm
Como es obvio, no se ha dado cuenta de nada de lo que él ha hecho en su ausencia. Demasiadas cosas en la cabeza como para que por ella pase esa opción, y, de todas formas, en esa estancia no hay nada que le pudiera servir para obtener información...
Parpadea sorprendida, al escuchar el por favor: ¿Primero da las gracias y ahora pide las cosas de forma educada? Sí que es rarito, sí, para que luego digan de ella..., y, aún así, eso tampoco la hace sospechar, no en ese momento...
La sonrisa de él, arrebatadora, la deja unos segundos más paralizada. Y, cuando puede reaccionar, intenta devolvérsela, una vez más... Las comisuras de sus mullidos labios, que pasado el frío han recuperado su color rojizo habitual, se curvan en el intento, pero, finalmente, vuelve a mostrarse igual de serie. Es como si el acto de sonreír fuese rechazado por su cuerpo, ya que, sencillamente, sigue sin tener ánimos suficientes...
-De acuerdo... -Asiente, casi servicial, cuando, pasando por su lado, se dirige a la puera corredera. La entreabre poco, de forma que ella pueda pasar pero él no vea demasiado el caos de cosas sin recoger, y la cierra tras de sí, de forma que la parte más desordenada no ha quedado muy visible...
Sin embargo, dos segundos después, se oye un estrepitoso ruído de cacharros cayendo al suelo y porcelana romperse que, sin duda, delatan lo que no se ha visto: que todo debe estar hecho un asco...
-¡Ay! -Exclama, recogiéndolos rápido y rezando porque no se le ocurra entrar y encontrarse con el espectáculo... Y, terminando de recogerlos, suspira, tirando los pedacitos rotos. Coloca un cazo con agua en el fuego y, seguidamente, comienza a buscar otro juego de taza y teteras, de puntillas para llegar a la parte superior del armario...
Parpadea sorprendida, al escuchar el por favor: ¿Primero da las gracias y ahora pide las cosas de forma educada? Sí que es rarito, sí, para que luego digan de ella..., y, aún así, eso tampoco la hace sospechar, no en ese momento...
La sonrisa de él, arrebatadora, la deja unos segundos más paralizada. Y, cuando puede reaccionar, intenta devolvérsela, una vez más... Las comisuras de sus mullidos labios, que pasado el frío han recuperado su color rojizo habitual, se curvan en el intento, pero, finalmente, vuelve a mostrarse igual de serie. Es como si el acto de sonreír fuese rechazado por su cuerpo, ya que, sencillamente, sigue sin tener ánimos suficientes...
-De acuerdo... -Asiente, casi servicial, cuando, pasando por su lado, se dirige a la puera corredera. La entreabre poco, de forma que ella pueda pasar pero él no vea demasiado el caos de cosas sin recoger, y la cierra tras de sí, de forma que la parte más desordenada no ha quedado muy visible...
Sin embargo, dos segundos después, se oye un estrepitoso ruído de cacharros cayendo al suelo y porcelana romperse que, sin duda, delatan lo que no se ha visto: que todo debe estar hecho un asco...
-¡Ay! -Exclama, recogiéndolos rápido y rezando porque no se le ocurra entrar y encontrarse con el espectáculo... Y, terminando de recogerlos, suspira, tirando los pedacitos rotos. Coloca un cazo con agua en el fuego y, seguidamente, comienza a buscar otro juego de taza y teteras, de puntillas para llegar a la parte superior del armario...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 5:56 pm
Deja que se marche hacia la cocina, siguiéndola con la mirada en un juego intencionado, demostrándole así, de forma aparentemente inconsciente, que sigue preocupándose...
Y, en cuanto se pierde por la cocina y se convence de que no lo está viendo, suspira. Un suspiro largo y apenas sonoro... Qué cansado es trabajar, desde luego, y más aún cuando no puedes remitirte a lo básico y tienes que improvisar para lograr lo que quieres...
Desgraciadamente su hilo de pensamientos se corta por el estrépito que se genera en la cocina. Y, en otro de esos gestos que ahora le salen de forma inconsciente, y que le tendrían que salir más bien planificados, se levanta y se encamina a la cocina, corriendo la puerta...
No puede hacer más que soltar una carcajada al miras el caos que hay a su alrededor:
-Esto SÍ se parece más a mi apartamento... Y yo que pensaba que eráis ordenador... Definitivamente eres la excepción que confirma todas las reglas. -Y se las ingenia para que ese comentario quede como un piropo, tiñendo la voz de una extraña dulzura que, en cuanto ella se percate, sustituirá por unas moderadas disculpas.
Al ver que no alcanza lo que busca se coloca a su espalda, estirando sus brazos y sacando el juego de tazas y la tetera que tiene a la vista, dejándoselas al alcance:
-¿Necesitas algo más...? -Pregunta, en una actitud que queda tan servicial que se torna sensual, provocativa.
Y, en cuanto se pierde por la cocina y se convence de que no lo está viendo, suspira. Un suspiro largo y apenas sonoro... Qué cansado es trabajar, desde luego, y más aún cuando no puedes remitirte a lo básico y tienes que improvisar para lograr lo que quieres...
Desgraciadamente su hilo de pensamientos se corta por el estrépito que se genera en la cocina. Y, en otro de esos gestos que ahora le salen de forma inconsciente, y que le tendrían que salir más bien planificados, se levanta y se encamina a la cocina, corriendo la puerta...
No puede hacer más que soltar una carcajada al miras el caos que hay a su alrededor:
-Esto SÍ se parece más a mi apartamento... Y yo que pensaba que eráis ordenador... Definitivamente eres la excepción que confirma todas las reglas. -Y se las ingenia para que ese comentario quede como un piropo, tiñendo la voz de una extraña dulzura que, en cuanto ella se percate, sustituirá por unas moderadas disculpas.
Al ver que no alcanza lo que busca se coloca a su espalda, estirando sus brazos y sacando el juego de tazas y la tetera que tiene a la vista, dejándoselas al alcance:
-¿Necesitas algo más...? -Pregunta, en una actitud que queda tan servicial que se torna sensual, provocativa.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 6:15 pm
La carcajada de el logra sobresaltarla, haciendo que pegue un pequeño respingo y ladee el rostro para mirarle, completamente ruborizada. No entiende como puede hablar de su desorden como si fuese algo positivo y no un defecto, que es lo que ella cree ¡Pero es que recoger la casa le da siempre taaaanta pereza! Cuando se quiere dar cuenta, es de madrugada y sigue pintando, por lo que decide dejarlo a mañana, y a mañana, y a mañana, y... En fin.
-Supongo que tu apartamento tendrá equipaciones mucho más imponentes -Responde, intentando disimular su sonrojo a duras penas- Tú tampoco es que cumplas muchas de las tuyas -Añade, refiriéndose a las reglas.
Y, por primera vez en largo rato, sonríe, de forma natural y no forzada... Una sonrisa sutil que se dibuja en su rostro mientras le mira, antes de volver a darle la espalda para intentar llegar al armario. Sin embargo, en cuanto le nota detrás de ella, tan cerca, se estremece largamente, cerrando los ojos unos segundos...
Vuelve en sí ante su pregunta, girándose con las tazas en la mano y aún más sonrojada que antes, negando con la cabeza:
-No... No... -Titubea azorada- Mejor espera sentado y... -Ni si quiera se da cuenta de que, ante los nervios, una de las tazas ha caído al suelo, aunque por suerte no se ha roto- Yo voy a... -Algo logra llamar su atención, por suerte- El agua... -Dice, apartándose para dirigirse al fuego, donde apaga el cazo cuyo contenido ya hervía...
-Supongo que tu apartamento tendrá equipaciones mucho más imponentes -Responde, intentando disimular su sonrojo a duras penas- Tú tampoco es que cumplas muchas de las tuyas -Añade, refiriéndose a las reglas.
Y, por primera vez en largo rato, sonríe, de forma natural y no forzada... Una sonrisa sutil que se dibuja en su rostro mientras le mira, antes de volver a darle la espalda para intentar llegar al armario. Sin embargo, en cuanto le nota detrás de ella, tan cerca, se estremece largamente, cerrando los ojos unos segundos...
Vuelve en sí ante su pregunta, girándose con las tazas en la mano y aún más sonrojada que antes, negando con la cabeza:
-No... No... -Titubea azorada- Mejor espera sentado y... -Ni si quiera se da cuenta de que, ante los nervios, una de las tazas ha caído al suelo, aunque por suerte no se ha roto- Yo voy a... -Algo logra llamar su atención, por suerte- El agua... -Dice, apartándose para dirigirse al fuego, donde apaga el cazo cuyo contenido ya hervía...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 6:32 pm
Pese a que no entiende el estremecimiento, es algo que se decide a aprovechar al máximo, y por ello cuando le da las tazas roza sutilmente, de forma aparentemente inconsciente, la mano de ella, sin dejar de mirarla con unos ojos tan oscuros como atrayentes, que dejan ver lo que exactamente él quiere enseñar...
La taza se va al suelo y ella a vigilar el agua, una buena forma de intentar escapar de su red...Pero cuando la red te envuelve por entero, resulta imposible. Se agacha, con una sonrisa, a recoger la taza, siguiéndola hasta la encimera donde está calentando el agua y dejando la taza a su lado, momento en qué aprovecha para responder a sus suposiciones:
-Entre los nuestros se estila ese dicho de... Las reglas están para romperlas, ¿sabes? Así que imagínate... Y sí, estoy bastante más... Equipado que tú, pero esto es muy hogareño, lo mío es más... Solitario. -Es el momento perfecto de modular la voz, hasta un murmullo muy sutil y apenado, antes de dar media vuelta y volver a sentarse en uno de los cojines del salón...
Cuenta con la posibilidad de que ella pregunte por ese tono, o por su expresión... Y si no sucede, será consciente de que no es el momento y esperará otro más oportuno, enamorándola de otra forma.
La taza se va al suelo y ella a vigilar el agua, una buena forma de intentar escapar de su red...Pero cuando la red te envuelve por entero, resulta imposible. Se agacha, con una sonrisa, a recoger la taza, siguiéndola hasta la encimera donde está calentando el agua y dejando la taza a su lado, momento en qué aprovecha para responder a sus suposiciones:
-Entre los nuestros se estila ese dicho de... Las reglas están para romperlas, ¿sabes? Así que imagínate... Y sí, estoy bastante más... Equipado que tú, pero esto es muy hogareño, lo mío es más... Solitario. -Es el momento perfecto de modular la voz, hasta un murmullo muy sutil y apenado, antes de dar media vuelta y volver a sentarse en uno de los cojines del salón...
Cuenta con la posibilidad de que ella pregunte por ese tono, o por su expresión... Y si no sucede, será consciente de que no es el momento y esperará otro más oportuno, enamorándola de otra forma.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 7:13 pm
El roce de su mano provoca un pequeño cosquilleo, que disimula mientras vierte el contenido del cazo en la tetera, junto con las bolsitas de té previamente colocadas en la misma. Aún así, es cierto que la red la tiene envuelta por completo, tejida incluso sobre sus pequeñas vías de escape, por lo que en cuanto vuelve a tenerle cerca un nuevo hormigueo la recorre, obligada a mirarle fijamente a los ojos...
-Sí, pero hay reglas y reglas... -Responde, derramando sin querer parte del agua, aunque por suerte la tetera ya estaba lo suficientemente llena- Quiero decir... -Prosigue, sin darse cuenta del charco que ha provocado sobre la encimera- Que habrá algunas que te hayan costado más de una represalia tras romperlas... -Conjetura, sin saber si anda bien encaminada o no.
Pero, cuando el añade eso último, en un tono que se le antoja lleno de pena, no puede evitar sentir algo en el pecho que le obliga a seguirle al salón, portando la bandeja con las tazas, la tetera, y unas pastas, entre las manos. Se siente en el cojín que hay enfrente suyo, depositando todo en la mesa, y comenzando a servirles, primero a él y luego a ella misma.
-¿Te encuentras bien? -Pregunta, intentando escrutarle con la mirada- Cuando has dicho eso último me ha parecido notar que la soledad te entristecía... -Sintiéndose identificada por eso último, pues ella, aún acostumbrada a estar sola, sigue sin evitar que a veces eso le haga sentir decaída, es incapaz de pensar que está fingiendo- Si necesitas hablar de ello...
De forma inconsciente, desliza la bata que lleva dejándola caer unos centímetros, de forma que le queda ahora a la altura de los codos y la mitad de la espalda, quedando sus hombros y parte de los brazos al descubierto. Sus manos, por tanto, acaban parcialmente cubiertas por las mangas. Toma entre estas la humeante taza y se la lleve a los labios, sin dejar de mirarle fijamente, expectante...
-Sí, pero hay reglas y reglas... -Responde, derramando sin querer parte del agua, aunque por suerte la tetera ya estaba lo suficientemente llena- Quiero decir... -Prosigue, sin darse cuenta del charco que ha provocado sobre la encimera- Que habrá algunas que te hayan costado más de una represalia tras romperlas... -Conjetura, sin saber si anda bien encaminada o no.
Pero, cuando el añade eso último, en un tono que se le antoja lleno de pena, no puede evitar sentir algo en el pecho que le obliga a seguirle al salón, portando la bandeja con las tazas, la tetera, y unas pastas, entre las manos. Se siente en el cojín que hay enfrente suyo, depositando todo en la mesa, y comenzando a servirles, primero a él y luego a ella misma.
-¿Te encuentras bien? -Pregunta, intentando escrutarle con la mirada- Cuando has dicho eso último me ha parecido notar que la soledad te entristecía... -Sintiéndose identificada por eso último, pues ella, aún acostumbrada a estar sola, sigue sin evitar que a veces eso le haga sentir decaída, es incapaz de pensar que está fingiendo- Si necesitas hablar de ello...
De forma inconsciente, desliza la bata que lleva dejándola caer unos centímetros, de forma que le queda ahora a la altura de los codos y la mitad de la espalda, quedando sus hombros y parte de los brazos al descubierto. Sus manos, por tanto, acaban parcialmente cubiertas por las mangas. Toma entre estas la humeante taza y se la lleve a los labios, sin dejar de mirarle fijamente, expectante...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 7:23 pm
Espera pacientemente a que ella tome asiento, mirándola cuando la bata cae unos centímetros y observando cada tramo de piel que deja al descubierto, de forma muy disimulada, por supuesto. Asiente cuando le sirve, tomando la taza con rapidez y dándole un breve sorbo.
A él, que proviene de las llamas del Infierno, una taza de algo hirviendo no le afecta demasiado... Y logra conseguir su propósito con sus anteriores palabras. Ella parece preocupada, curiosa... y no hay mejor arma que la curiosidad, junto con otras que ya ha desplegado, para conseguir cosas de interés...
Aunque ello implique desvelar cosas que a muy pocas personas ha contado. Y si a eso le suma que sigue teniendo esas extrañas sensaciones por ahi, torturándole, el pack es un cúmulo de circunstancias que aguanta gracias a su fuerza de voluntad. No aparta la mirada de los ojos de ella, cruzando las piernas sobre el regazo para estar más cómodo, demostrando que, en efecto, sabe sentarse en este tipo de sitios:
-Tampoco es nada importante, de verdad... -Busca evitar que se preocupe, para que así la sensación de que para él sí es importante aumente... Necesita hacerla insistir, atraerla un poco más como las moscas a la miel...
Y una parte muy oculta de su ser, tanto que ni siquiera sabe que existe, le insta, de forma muy débil, a que se lo cuente por voluntad propia, y así sentirse reconocido y sentirse mejor... Pero, como es obvio, no es la parte ganadora en la constante lucha interna, que se refleja hacia el exterior en un cambio de tema:
-Digamos que el Infierno es injusto... Los poderosos pueden romperlas sin represalias, nosotros no tanto.. Todo es saber jugar tus cartas, querida... y yo juego las mías como buenamente puedo.
A él, que proviene de las llamas del Infierno, una taza de algo hirviendo no le afecta demasiado... Y logra conseguir su propósito con sus anteriores palabras. Ella parece preocupada, curiosa... y no hay mejor arma que la curiosidad, junto con otras que ya ha desplegado, para conseguir cosas de interés...
Aunque ello implique desvelar cosas que a muy pocas personas ha contado. Y si a eso le suma que sigue teniendo esas extrañas sensaciones por ahi, torturándole, el pack es un cúmulo de circunstancias que aguanta gracias a su fuerza de voluntad. No aparta la mirada de los ojos de ella, cruzando las piernas sobre el regazo para estar más cómodo, demostrando que, en efecto, sabe sentarse en este tipo de sitios:
-Tampoco es nada importante, de verdad... -Busca evitar que se preocupe, para que así la sensación de que para él sí es importante aumente... Necesita hacerla insistir, atraerla un poco más como las moscas a la miel...
Y una parte muy oculta de su ser, tanto que ni siquiera sabe que existe, le insta, de forma muy débil, a que se lo cuente por voluntad propia, y así sentirse reconocido y sentirse mejor... Pero, como es obvio, no es la parte ganadora en la constante lucha interna, que se refleja hacia el exterior en un cambio de tema:
-Digamos que el Infierno es injusto... Los poderosos pueden romperlas sin represalias, nosotros no tanto.. Todo es saber jugar tus cartas, querida... y yo juego las mías como buenamente puedo.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 7:38 pm
En efecto, el hecho de que Azariel haga como que le quita importancia al asunto sirve para que ella piense que se lo dice por decir, por despreocuparla... Y se preocupa más. Su curiosidad aumenta, junto con la sensación de que debe convertirse en su apoyo, escucharle, intentar aliviar su pena, una pena que ignora que es ficticia...
No aparta ningun momento sus ojos rasgados de los oscuros de él, como si pensase que va a poder ser capaz de leer en ellos el motivo del pesar que siente el demonio, claro que cuando dos ojos mienten tan bien difícil es leer nada en ellos.
El hecho de que encima cambie de tema incrementa esa sensación de que quiere desvíar su atención de algo importante para él, y por tanto, crecen las ganas de saber de que se trata, de paliar lo que quiera que sea. Pero lo primero es lo primero, escucharle, y atender a lo que dice, por lo que se mantiene en silencio, limitándose a beber de su taza:
-Bueno, en ese caso no hay tantas diferencias entre arriba y abajo -Responde, con un encogimiento de hombros que hace que la bata caiga un poco más- ¿Y a qué juegas? -Inquiere, curiosa...
Pero, seguidamente, regresa al tema que cree que tiene verdadera importancia, depositando la taza en la mesa y mirándole fijamente:
-Todo aquello que nos hace sentir algo, sea bueno o malo, es importante... Si no lo fuera, no nos afectaría -Algo que se aplica a si misma, pero no al resto del mundo, aunque ella crea ahora que a él sí- Tienes derecho a desahogarte... Y yo estoy dispuesta a escuchar...
No aparta ningun momento sus ojos rasgados de los oscuros de él, como si pensase que va a poder ser capaz de leer en ellos el motivo del pesar que siente el demonio, claro que cuando dos ojos mienten tan bien difícil es leer nada en ellos.
El hecho de que encima cambie de tema incrementa esa sensación de que quiere desvíar su atención de algo importante para él, y por tanto, crecen las ganas de saber de que se trata, de paliar lo que quiera que sea. Pero lo primero es lo primero, escucharle, y atender a lo que dice, por lo que se mantiene en silencio, limitándose a beber de su taza:
-Bueno, en ese caso no hay tantas diferencias entre arriba y abajo -Responde, con un encogimiento de hombros que hace que la bata caiga un poco más- ¿Y a qué juegas? -Inquiere, curiosa...
Pero, seguidamente, regresa al tema que cree que tiene verdadera importancia, depositando la taza en la mesa y mirándole fijamente:
-Todo aquello que nos hace sentir algo, sea bueno o malo, es importante... Si no lo fuera, no nos afectaría -Algo que se aplica a si misma, pero no al resto del mundo, aunque ella crea ahora que a él sí- Tienes derecho a desahogarte... Y yo estoy dispuesta a escuchar...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 7:46 pm
-A parecer idiota .-Responde con una sonrisa, a eso juega... Y de hecho es así, ahora mismo, está jugando a ser idiota... Y antes, jugaba a lo mismo, a dejar que se confiasen por su sentido del humor o su aparente indiferencia, para luego sacar provecho y terminar de una sola estocada. También es consciente de que arriba se aplica la misma norma, o incluso peores, al menos abajo las cosas eran claras...
En el Cielo todo iba camuflado. Escucha sus siguientes palabras y se controla para no sonreír, algo fácil teniendo en cuenta que el nudo en la garganta comienza a oprimirle de nuevo... Joder, es que así no se puede, en serio... Parece que no la escuche, porque guarda silencio durante varios segundos y desvía la mirada al té...
Pero sí lo hace, porque cuando levanta la mirada queda claro que acepta la ayuda, mostrando una mezcla de gratitud y... Vergüenza de sí mismo:
-Pues sí, la soledad... He tenido, y tengo, un problema desde que nací... Y eso me ha hecho distanciarme más de lo normal, ser... Distinto, raro... Si el Infierno es difícil, imagínate cuando... Eres hijo de ángeles caídos. -Ya lo ha dicho.Interiormente maldice a Azrael hasta el infinito por tener que usar algo personal en su cometido... Pero exteriormente sólo ha sido un murmullo ahogado, que culmina cuando entierra la cara entre sus manos, en un gesto de evidente pena.
En el Cielo todo iba camuflado. Escucha sus siguientes palabras y se controla para no sonreír, algo fácil teniendo en cuenta que el nudo en la garganta comienza a oprimirle de nuevo... Joder, es que así no se puede, en serio... Parece que no la escuche, porque guarda silencio durante varios segundos y desvía la mirada al té...
Pero sí lo hace, porque cuando levanta la mirada queda claro que acepta la ayuda, mostrando una mezcla de gratitud y... Vergüenza de sí mismo:
-Pues sí, la soledad... He tenido, y tengo, un problema desde que nací... Y eso me ha hecho distanciarme más de lo normal, ser... Distinto, raro... Si el Infierno es difícil, imagínate cuando... Eres hijo de ángeles caídos. -Ya lo ha dicho.Interiormente maldice a Azrael hasta el infinito por tener que usar algo personal en su cometido... Pero exteriormente sólo ha sido un murmullo ahogado, que culmina cuando entierra la cara entre sus manos, en un gesto de evidente pena.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 8:06 pm
-Es un juego inteligente -Contesta, sin pensar si quiera en la posibilidad de que ahora mismo esté jugando. No ve ahora a alguien que parece idiota, sino a alguien torturado y que oculta las razones para estarlo, alguien que además es como ella, distinto a los suyos y, por tanto, alguien con quien se identifica...
La mirada que le dirige tras el largo silencio le parece tan sincera como sus posteriores palabras, aunque la revelación no le sorprende: ya había barajado esa posibilidad, la cual explicaba que fuese especial sin que tuviera que ser porque la estaba utilizando. Claro que, lo que no sabía, es que eran ambas cosas combinadas...
Y es que se lo cree todo, se cree incluso que realmente el gesto de enterrar la cara entre sus manos es espontáneo, nada premeditado, y que el murmullo es algun tipo de quejido contenido. Solo puede pensar en lo difícil que ha tenido que ser todo para él, en lo solo que debe sentirse, en lo mal que hacen muchos generalizando y prejuzgando cuando en cada raza debe haber casos como el del demonio que tiene delante.
Se desliza de rodillas por el suelo de tatami para bordear la pequeña mesa y llegar a su lado. Y, arrodillada junto a él, posa una mano en uno de sus hombros, mientras que con la otra intenta hacerle desenterrar el rostro y obligarle a mirarla:
-Ser mejor que aquellos que disfrutan con el sufrimiento ajeno no es un problema -Susurra, comprensiva- El problema lo tienen aquellos que encuentran placer en hacer daño... O los que justifican sus crímenes bajo falsa ética... Son, al final, la misma cosa... Porque lastiman a los que ven las cosas como son realmente, grises en vez de blancas y negras... -Habla de él, habla de ella, y habla del cielo y el infierno a la vez- Y sí, eso puede hacer que las cosas sean difíciles... Pero no es culpa tuya, es culpa de ellos... -Si ella supiera que todo es teatro... Pero no- Yo también he estado siempre sola por pensar como pienso, y sin embargo no considero tener ningun problema -Pero tiene uno, y se llama Azariel, claro que lo ignora...
Y, como lo ignora, pasa la mano que tenía en su hombro al cabello de él, enredando entre sus dedos algunos mechones... Una simple caricia que pretende ser reconfortante, no más.
La mirada que le dirige tras el largo silencio le parece tan sincera como sus posteriores palabras, aunque la revelación no le sorprende: ya había barajado esa posibilidad, la cual explicaba que fuese especial sin que tuviera que ser porque la estaba utilizando. Claro que, lo que no sabía, es que eran ambas cosas combinadas...
Y es que se lo cree todo, se cree incluso que realmente el gesto de enterrar la cara entre sus manos es espontáneo, nada premeditado, y que el murmullo es algun tipo de quejido contenido. Solo puede pensar en lo difícil que ha tenido que ser todo para él, en lo solo que debe sentirse, en lo mal que hacen muchos generalizando y prejuzgando cuando en cada raza debe haber casos como el del demonio que tiene delante.
Se desliza de rodillas por el suelo de tatami para bordear la pequeña mesa y llegar a su lado. Y, arrodillada junto a él, posa una mano en uno de sus hombros, mientras que con la otra intenta hacerle desenterrar el rostro y obligarle a mirarla:
-Ser mejor que aquellos que disfrutan con el sufrimiento ajeno no es un problema -Susurra, comprensiva- El problema lo tienen aquellos que encuentran placer en hacer daño... O los que justifican sus crímenes bajo falsa ética... Son, al final, la misma cosa... Porque lastiman a los que ven las cosas como son realmente, grises en vez de blancas y negras... -Habla de él, habla de ella, y habla del cielo y el infierno a la vez- Y sí, eso puede hacer que las cosas sean difíciles... Pero no es culpa tuya, es culpa de ellos... -Si ella supiera que todo es teatro... Pero no- Yo también he estado siempre sola por pensar como pienso, y sin embargo no considero tener ningun problema -Pero tiene uno, y se llama Azariel, claro que lo ignora...
Y, como lo ignora, pasa la mano que tenía en su hombro al cabello de él, enredando entre sus dedos algunos mechones... Una simple caricia que pretende ser reconfortante, no más.
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 8:30 pm
Desde luego, lo que hay que hacer algunas veces por trabajo... Tiene que parecer un idiota sensible afectado por una infancia dura, solo y perdido...
¿Y por qué coño se siente bien cuando ella apoya una mano en el hombro y busca levantarle la cara? Jode,r esto está empezando a ser demasiado raro, hasta para él... Y el nudo ahora le aprieta más, de hecho, si fuese real, le costaría hasta respirar... Pero aún su fuerza de voluntad gana la nueva partida, levantando el rostro al tercer o cuarto intento de ella y mirándola fijamente.
La escucha, todas y cada una de las palabras le llegan, y aunque deberían salirle por el otro oído, se guardan en una parte de su ser, esa pequeña que va creciendo demasiado rápido, la parte de su moralidad latente, que, a este ritmo, pronto dejará de serlo... Pero hasta que eso ocurra, su lado inmoral, movido por la ambición y el poder, es la que domina...
Se estremece cuando siente las caricias en su pelo, un estremecimiento fingido, pero oye, ella tampoco se puede dar cuenta cuando nunca ha acariciado a nadie ni conoce las reacciones del cuerpo humano... Y suerte para él, porque el que va por dentro de fingido no tiene nada.
Entreabre los labios para decir algo, pero los vuelve a cerrar... Y, en ese mismo momento, se da cuenta de que es su oportunidad para comenzar, para avanzar un paso más. Lentamente, de forma casi tímida, posa una mano en la mejilla sana de ella, a la par que su rostro va acercándose, acortando distancias...
Ya es capaz de expulsar su aliento sobre el de ella, entremezclándose ambos en una curiosa sintonía... Y, cuando está a punto de rozarlos, se separa, presa de una repentina confusión, parcialmente fingida: Ha tenido que hacerlo para demostrarle que no quiere hacerle daño, pero al mismo tiempo se ha apartado porque una parte de él sí quería, más allá de la misión...
Está como un cencerro, y eso le preocupa, aunque logra mantener la expresión culpable:
-Lo siento, de verdad, yo no... ¿Ves? No puedes confiar en mí, no quiero corromperte ni hacerte daño, no debo... Debería marcharme -Y, sin más, se levanta, encaminándose a la salida.
¿Y por qué coño se siente bien cuando ella apoya una mano en el hombro y busca levantarle la cara? Jode,r esto está empezando a ser demasiado raro, hasta para él... Y el nudo ahora le aprieta más, de hecho, si fuese real, le costaría hasta respirar... Pero aún su fuerza de voluntad gana la nueva partida, levantando el rostro al tercer o cuarto intento de ella y mirándola fijamente.
La escucha, todas y cada una de las palabras le llegan, y aunque deberían salirle por el otro oído, se guardan en una parte de su ser, esa pequeña que va creciendo demasiado rápido, la parte de su moralidad latente, que, a este ritmo, pronto dejará de serlo... Pero hasta que eso ocurra, su lado inmoral, movido por la ambición y el poder, es la que domina...
Se estremece cuando siente las caricias en su pelo, un estremecimiento fingido, pero oye, ella tampoco se puede dar cuenta cuando nunca ha acariciado a nadie ni conoce las reacciones del cuerpo humano... Y suerte para él, porque el que va por dentro de fingido no tiene nada.
Entreabre los labios para decir algo, pero los vuelve a cerrar... Y, en ese mismo momento, se da cuenta de que es su oportunidad para comenzar, para avanzar un paso más. Lentamente, de forma casi tímida, posa una mano en la mejilla sana de ella, a la par que su rostro va acercándose, acortando distancias...
Ya es capaz de expulsar su aliento sobre el de ella, entremezclándose ambos en una curiosa sintonía... Y, cuando está a punto de rozarlos, se separa, presa de una repentina confusión, parcialmente fingida: Ha tenido que hacerlo para demostrarle que no quiere hacerle daño, pero al mismo tiempo se ha apartado porque una parte de él sí quería, más allá de la misión...
Está como un cencerro, y eso le preocupa, aunque logra mantener la expresión culpable:
-Lo siento, de verdad, yo no... ¿Ves? No puedes confiar en mí, no quiero corromperte ni hacerte daño, no debo... Debería marcharme -Y, sin más, se levanta, encaminándose a la salida.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 9:26 pm
Le sorprende ese estremecimiento, que cree natural debido a, en efecto, su inexperiencia. Sin embargo, continúa realizando el gesto de peinarle con los dedos, comenzando además a rascar con suavidad, de forma acariciante y, sobretodo, cuidadosa, como si temiese dañarle o hacer algo mal...
Se queda totalmente estática cuando él apoya la mano en su mejilla, como si al hacerlo hubiese presionado el botón de pausa. Le sostiene la mirada todo el tiempo, y en sus ojos se puede leer miedo, vergüenza, curiosidad... Un cúmulo de sensaciones tan entremezcladas como lo son en ese momento sus alientos, tan distintos.
Y, sin embargo, no reacciona conforme él se va acercando, hasta casi rozarla, salvo porque repentinamente toda ella empieza a temblar. No es un estremecimiento, es un temblor que sacude todo su cuerpo, pero que no se debe al frío, y no sabe si es únicamente culpa del miedo a lo desconocido...
Y, tan pronto como se ha acercado, Azariel se separa... Durante unos segundos no reacciona, no parpadea y no se mueve. Ni si quiera responde a todas sus palabras. Pero, cuando él se levanta, ella lo hace, tambaleándose levemente y sin dejar de temblar:
-No... Espera... Yo... No... -Tartamudea, con la voz algo compugnida, antes de ser capaz de articular bien las palabras- No es necesario que te vayas... -Susurra, enterrando las manos en las mangas de su bata, para apretar la tela entre sus dedos con nerviosismo- No ha sido nada... -Miente, porque si no fuese nada no estaría afectada- La culpa es mía... Sí.. He debido de hacer algo que pudiera interpretarse de otra forma y... -Se muerde, como tantas otras veces, el labio inferior- Lo siento..., de verdad... Perdóname.
Es sumamente surrealista que sea ella quien ahora se esté disculpando, pero más surrealista aún es el hecho de que lo dice en serio, totalmente sincera, creyendo realmente que la culpa es completamente suya. Agacha la cabeza, clavando la vista en el suelo de tatami, sin dejar de mordisquearse el labio ni de aferrarse a la tela interior de las mangas de su bata...
Se queda totalmente estática cuando él apoya la mano en su mejilla, como si al hacerlo hubiese presionado el botón de pausa. Le sostiene la mirada todo el tiempo, y en sus ojos se puede leer miedo, vergüenza, curiosidad... Un cúmulo de sensaciones tan entremezcladas como lo son en ese momento sus alientos, tan distintos.
Y, sin embargo, no reacciona conforme él se va acercando, hasta casi rozarla, salvo porque repentinamente toda ella empieza a temblar. No es un estremecimiento, es un temblor que sacude todo su cuerpo, pero que no se debe al frío, y no sabe si es únicamente culpa del miedo a lo desconocido...
Y, tan pronto como se ha acercado, Azariel se separa... Durante unos segundos no reacciona, no parpadea y no se mueve. Ni si quiera responde a todas sus palabras. Pero, cuando él se levanta, ella lo hace, tambaleándose levemente y sin dejar de temblar:
-No... Espera... Yo... No... -Tartamudea, con la voz algo compugnida, antes de ser capaz de articular bien las palabras- No es necesario que te vayas... -Susurra, enterrando las manos en las mangas de su bata, para apretar la tela entre sus dedos con nerviosismo- No ha sido nada... -Miente, porque si no fuese nada no estaría afectada- La culpa es mía... Sí.. He debido de hacer algo que pudiera interpretarse de otra forma y... -Se muerde, como tantas otras veces, el labio inferior- Lo siento..., de verdad... Perdóname.
Es sumamente surrealista que sea ella quien ahora se esté disculpando, pero más surrealista aún es el hecho de que lo dice en serio, totalmente sincera, creyendo realmente que la culpa es completamente suya. Agacha la cabeza, clavando la vista en el suelo de tatami, sin dejar de mordisquearse el labio ni de aferrarse a la tela interior de las mangas de su bata...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 9:46 pm
Y se para, era lo que esperaba, que ella ni siquiera sea capaz de pensar en la posibilidad de dejarle marchar y que le pida, le suplique, que se quede... Y lo consigue, y de qué manera... Aunque el ser consciente de de cómo está jugando con ella le hace volver a sentirse extrañamente mal, cuando debería estar disfurtando..
Totalmente loco, a este ritmo Azrael va a parecer una persona sanísima en comparación con él. Pero de nuevo logra sobreponerse, girando su cuerpo y viendo como ella es incapaz siquiera de dar un paso al frente, pasado el acto inconsciente... No entiende por qué se disculpa, y eso sí que lo siente, al fin y al cabo el que se ha lanzado, y el que se supone que no debe hacerlo para no joderle la vida a ella...
Es él, supuestamente, claro. Sin decir nada se acerca a ella y la estrecha entre sus brazos, apoyando la barbilla en la nuca de ella, permitiéndose así cambiar la expresión a una calculadora y fría, pero preparada para mostrarse apenadas y avergonzada si la situación lo requiere. Se tira largos segundos sin hablar, dejando que ella sienta la calidez de su cuerpo, el "gesto" del abrazo...
Y de nuevo se vuelve a sentir cómodo cuando no tendría que haber nada más que lo que él mismo quiere que haya:
-No te disculpes, no es culpa tuya... No has hecho nada que se malinterprete, es solo que... Me cuesta mucho contenerme... Si lo hago es por ti. -Susurra contra su oído, cerrando los ojos un momento, porque lo que acaba de sentir es algo muy similar al dolor.
Totalmente loco, a este ritmo Azrael va a parecer una persona sanísima en comparación con él. Pero de nuevo logra sobreponerse, girando su cuerpo y viendo como ella es incapaz siquiera de dar un paso al frente, pasado el acto inconsciente... No entiende por qué se disculpa, y eso sí que lo siente, al fin y al cabo el que se ha lanzado, y el que se supone que no debe hacerlo para no joderle la vida a ella...
Es él, supuestamente, claro. Sin decir nada se acerca a ella y la estrecha entre sus brazos, apoyando la barbilla en la nuca de ella, permitiéndose así cambiar la expresión a una calculadora y fría, pero preparada para mostrarse apenadas y avergonzada si la situación lo requiere. Se tira largos segundos sin hablar, dejando que ella sienta la calidez de su cuerpo, el "gesto" del abrazo...
Y de nuevo se vuelve a sentir cómodo cuando no tendría que haber nada más que lo que él mismo quiere que haya:
-No te disculpes, no es culpa tuya... No has hecho nada que se malinterprete, es solo que... Me cuesta mucho contenerme... Si lo hago es por ti. -Susurra contra su oído, cerrando los ojos un momento, porque lo que acaba de sentir es algo muy similar al dolor.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 10:05 pm
Los segundos que pasan hasta que, finalmente, Azariel se gira, logran desesperarla, aumentando su nerviosismo. ¿Y si no la perdona? ¿Y si se lo echa en cara? Son pensamientos que carecen de sentido, pero de los que ella está convencida... Sí, seguro que es ella quien ha hecho algo que él ha interpretado mal... "Estúpida, estúpida, estúpida..." Se reprocha a si misma, sintiéndose eso, estúpida e idiota, aunque no por los motivos por los que realmente lo es...
Y por fin se gira, sin decir nada, sin hacer nada más que acercarse a ella que, azorada, alza la vista y se queda quieta, esperando lo que tenga que venir... Claro que no se espera que venga ese abrazo por lo que, en un primer momento, no reacciona correspondiéndole sino quedándose perpleja, confundida...
Finalmente, lo mucho que necesida un gesto como ese, hace que, lentamente, sus pequeños brazos rodeen en la medida que pueden el cuerpo de él, enterrando además la cabeza en su pecho. La calidez que desprende, aunque sea meramente física dado su temperatura corporal, ella la cree interna, pues no piensa que el abrazo no haya sido sincero.
No se aparta para mirarle mientras habla, limitándose a seguir manteniendo la cabeza apoyada en el torso de él. Solo escucha cada palabra susurrada, cerrando los ojos sin saber que él ha hecho lo mismo. Inconscientemente, vuelve a llevar su mano al cabello de él, acariciándolo despacio, peinándolo con sus dedos, casi rascándole, sin hacer nada más que eso:
-¿Por qué te cuesta? -Pregunta, también en susurros- ¿Y por qué dices que lo haces por mí? Apenas me conoces... -Murmura, sin entenderlo.
Tal es su confusión que ni si quiera se percata de que sigue temblando de los pies a la cabeza, y, además, ahora queda más que constatado que no es por el frío...
Y por fin se gira, sin decir nada, sin hacer nada más que acercarse a ella que, azorada, alza la vista y se queda quieta, esperando lo que tenga que venir... Claro que no se espera que venga ese abrazo por lo que, en un primer momento, no reacciona correspondiéndole sino quedándose perpleja, confundida...
Finalmente, lo mucho que necesida un gesto como ese, hace que, lentamente, sus pequeños brazos rodeen en la medida que pueden el cuerpo de él, enterrando además la cabeza en su pecho. La calidez que desprende, aunque sea meramente física dado su temperatura corporal, ella la cree interna, pues no piensa que el abrazo no haya sido sincero.
No se aparta para mirarle mientras habla, limitándose a seguir manteniendo la cabeza apoyada en el torso de él. Solo escucha cada palabra susurrada, cerrando los ojos sin saber que él ha hecho lo mismo. Inconscientemente, vuelve a llevar su mano al cabello de él, acariciándolo despacio, peinándolo con sus dedos, casi rascándole, sin hacer nada más que eso:
-¿Por qué te cuesta? -Pregunta, también en susurros- ¿Y por qué dices que lo haces por mí? Apenas me conoces... -Murmura, sin entenderlo.
Tal es su confusión que ni si quiera se percata de que sigue temblando de los pies a la cabeza, y, además, ahora queda más que constatado que no es por el frío...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 10:15 pm
Sólo salen dos preguntas de los labios de ella, pero menudas dos preguntas... Guarda de nuevo varios segundos de silencio, sintiéndola temblar y, como respuesta, estrechándola con más fuerza. le parece increíble que un gesto como este, que aunque parezca sentido no lo es tanto, la haga temblar de esa manera...
No quiere imaginarse otro tipo de acciones, al menos de momento... Sólo estructura sus ideas, aparta los sentimientos alienígenas, como está empezando a llamarlos, y se centra en su papel. No ala mira, y es que así parece que no lo haga para no perder la compostura y poder decir lo que va a decir:
-Porque me atraes, simple y llanamente... Me cuesta mucho contener las ganas de probar algo que se me antoja... Irresistible, sí, eso es... Y saber al mismo tiempo que no debo para no meterte en problemas, en más problemas de los que puedes tener acercándote a mí -Y por su voz, una parte sale sincera, porque si se separase de él adiós información, y adiós...
"¿Adiós qué, imbécil? Céntrate, te estás ablandando" La otra parte sale fingida y perfectamente modulada para que la idea de separarse le resulte dura.
No quiere imaginarse otro tipo de acciones, al menos de momento... Sólo estructura sus ideas, aparta los sentimientos alienígenas, como está empezando a llamarlos, y se centra en su papel. No ala mira, y es que así parece que no lo haga para no perder la compostura y poder decir lo que va a decir:
-Porque me atraes, simple y llanamente... Me cuesta mucho contener las ganas de probar algo que se me antoja... Irresistible, sí, eso es... Y saber al mismo tiempo que no debo para no meterte en problemas, en más problemas de los que puedes tener acercándote a mí -Y por su voz, una parte sale sincera, porque si se separase de él adiós información, y adiós...
"¿Adiós qué, imbécil? Céntrate, te estás ablandando" La otra parte sale fingida y perfectamente modulada para que la idea de separarse le resulte dura.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 10:32 pm
Cuando Azariel la estrecha con más fuerza, Jamileh se queda parada unos segundos, dejando de acariciar su cabello. Repentinamente, nota como si el pulso de su pequeño cuerpo se acelerase, aunque enseguida vuelve a relajarse y ella suspira. Ni se da cuenta de que ha depositado un beso en el hombro de él, o, mejor dicho, un leve roce con los labios, presionando. Si se hubiese dado cuenta ya estaría corriendo escaleras arriba a darse cabezazos contra alguna estantería de libros.
La respuesta de él, tan simple pero a la vez tan compleja, lejos de aclararle las cosas la deja más confundida. Y por ello necesita asimilar cada palabra suya antes de elaborar una respuesta... Sólo cuando lo consigue, es capaz de hablar:
-Yo no debería atraerte, no soy tu tipo y, además, eso no era lo que habíamos acordado -Tenía entendido que habían acordado compartir impresiones sobre las razas de uno y otro para ver si eran equivocadas o no, nada más- Y también tenía entendido que sabías como no meternos... -habla en plural, puesto que sigue preocupándole que a él le pase algo por su culpa- ...en problemas.
Y, conforme ha ido hablando, ha renaudado las caricias en su pelo, -si es que se le puede llamar así a enredar mechones entre sus dedos y peinarlos, claro está- aunque ni ella misma sea consciente de que lo está haciendo, y es que sus gestos, a diferencia de los de él, sí que salen solos...
La respuesta de él, tan simple pero a la vez tan compleja, lejos de aclararle las cosas la deja más confundida. Y por ello necesita asimilar cada palabra suya antes de elaborar una respuesta... Sólo cuando lo consigue, es capaz de hablar:
-Yo no debería atraerte, no soy tu tipo y, además, eso no era lo que habíamos acordado -Tenía entendido que habían acordado compartir impresiones sobre las razas de uno y otro para ver si eran equivocadas o no, nada más- Y también tenía entendido que sabías como no meternos... -habla en plural, puesto que sigue preocupándole que a él le pase algo por su culpa- ...en problemas.
Y, conforme ha ido hablando, ha renaudado las caricias en su pelo, -si es que se le puede llamar así a enredar mechones entre sus dedos y peinarlos, claro está- aunque ni ella misma sea consciente de que lo está haciendo, y es que sus gestos, a diferencia de los de él, sí que salen solos...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Miér Ene 27, 2010 10:52 pm
¿De verdad tiene él un tipo? Nunca le había hecho ascos a nadie, bueno, excepto a las humanas... Duda mucho que tenga un tipo, pero viendo lo que tiene delante,no la ve como su antitipo, por decirlo de alguna manera...
Él se entiende, y eso es lo que cuenta. Por ello mismo la obliga a levantar el rostro y, sin más, le asesta un golpecito con el dedo, a forma de advertencia:
-¿Y desde cuando decides tú lo que es mi tipo o no? -Azrael tenía razón en algo, posee la belleza divina, y eso resulta algo más que tentador... El problema es que no es sólo eso lo que le tienta, hay algo más... Que no logra definir y, por tanto, contrarrestar, no como contrarresta los argumentos de ella, negando con la cabeza y separándose finalmente, tomando asiento en su sitio y dándole otro trago a su té, ya no tan caliente pero bebible:
- No he dicho que tengamos problemas... Lo que yo te dije es una manera de controlar la aparición de los problemas... Pero no todo se puede controlar, Jamileh, y tú mejor que nadie deberías saberlo... -Ahora la pregunta es, ¿va con segundas con lo de no poder controlarlo todo, insinúa que se ha dado cuenta de que a ella también le cuestan ciertas cosas, o simplemente es un comentario como cualquier otro...?
Su tarea, de momento, marcha a la perfección, por lo que guarda silencio, girándose hacia ella y acomodándose en el cojín.
Él se entiende, y eso es lo que cuenta. Por ello mismo la obliga a levantar el rostro y, sin más, le asesta un golpecito con el dedo, a forma de advertencia:
-¿Y desde cuando decides tú lo que es mi tipo o no? -Azrael tenía razón en algo, posee la belleza divina, y eso resulta algo más que tentador... El problema es que no es sólo eso lo que le tienta, hay algo más... Que no logra definir y, por tanto, contrarrestar, no como contrarresta los argumentos de ella, negando con la cabeza y separándose finalmente, tomando asiento en su sitio y dándole otro trago a su té, ya no tan caliente pero bebible:
- No he dicho que tengamos problemas... Lo que yo te dije es una manera de controlar la aparición de los problemas... Pero no todo se puede controlar, Jamileh, y tú mejor que nadie deberías saberlo... -Ahora la pregunta es, ¿va con segundas con lo de no poder controlarlo todo, insinúa que se ha dado cuenta de que a ella también le cuestan ciertas cosas, o simplemente es un comentario como cualquier otro...?
Su tarea, de momento, marcha a la perfección, por lo que guarda silencio, girándose hacia ella y acomodándose en el cojín.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Miér Ene 27, 2010 11:42 pm
Se deja alzar el rostro, soltando algo parecido a un quejido infantil, cuando él le asesta aquel golpecillo. Y después parpadea inocentemente ante su pregunta, como queriendo decir un "yo no he hecho naaada", pero realmente es confusión, más todavía de la que ya tenía antes de su aclaración:
-Pues... Desde que sé que eres una criatura que tiene en su interior, entre otras cosas, la lujuria y todo ese rollo... -Contesta, recuperando la calma- Quiero decir, yo no entro dentro de los canones de belleza lujuriosa, pícara e incitante a la lascivia... -Se encoge de hombros- Luego con eso puedo deducirlo y... Yo me entiendo -Concluye, finalmente.
Le sigue cuando se separa, sentándose a su lado, en el suelo de tatami, en lugar de en su cojín frente a él. Y le escucha hablar, entendiendo lo de los problemas pero sin saber que significado darle a su último comentario... Así que, cuando se gira hacia ella, se encuentra con una mirada interrogante y, una vez más, confundida...
Y, perdida en su confusión, una vez más no se da del todo cuenta de lo que está haciendo cuando lleva una mano al rostro de él, apartándole un par de mechones de este y deslizando dos dedos por su mejilla. Cuando llega al comienzo de su cuidada barba, comienza a acariciar esta, casi rascando, especialmente en la barbilla:
-¿A qué te refieres con eso último? -Pregunta, puesto que no lo ha entendido...
-Pues... Desde que sé que eres una criatura que tiene en su interior, entre otras cosas, la lujuria y todo ese rollo... -Contesta, recuperando la calma- Quiero decir, yo no entro dentro de los canones de belleza lujuriosa, pícara e incitante a la lascivia... -Se encoge de hombros- Luego con eso puedo deducirlo y... Yo me entiendo -Concluye, finalmente.
Le sigue cuando se separa, sentándose a su lado, en el suelo de tatami, en lugar de en su cojín frente a él. Y le escucha hablar, entendiendo lo de los problemas pero sin saber que significado darle a su último comentario... Así que, cuando se gira hacia ella, se encuentra con una mirada interrogante y, una vez más, confundida...
Y, perdida en su confusión, una vez más no se da del todo cuenta de lo que está haciendo cuando lleva una mano al rostro de él, apartándole un par de mechones de este y deslizando dos dedos por su mejilla. Cuando llega al comienzo de su cuidada barba, comienza a acariciar esta, casi rascando, especialmente en la barbilla:
-¿A qué te refieres con eso último? -Pregunta, puesto que no lo ha entendido...
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Jue Ene 28, 2010 3:40 am
En un principio parece dispuesto a ofenderse al empezar a jerarquizar. Vale, sí, tiene la lujuria en su ser, pero no es ni la mitad de lo que otros de su especie posee, y aunque lo fuese su capacidad de control va por encima de la media...
Perono le hace falta mostrar esa indignación, porque ella es la que se corrige a sí misma... Y ahora entiende por donde iban los tiros. Oh, sí, todas muy lascivas, muy brutales y muy zorras... Y precisamente por esa repetición de patrones él se aburría, aparte de que, excepto a un par, a pocas les interesaba alguien como él, preferían a los símiles masculinos de su especie, sádicos , crueles y maquiávelicos. Él sustituyó todo eso por la frialdad, la indiferencia y la astucia, obteniendo algo distinto pero igual de potente...
Y, cuando le responde, lo hace siendo sincero, sin ser consciente de sus palabras y sin engañarla... Aunque bueno, la lleva engañando todo el rato, así que duda mucho que ella diferencie o se de cuenta:
-Precisamente por eso no te entiendes y me prejuzgas...-No suena molesto, más bien... Comprensivo, algo bastante raro en él, sobretodo porque no está fingiendo- Hay tantas de esas que han llegado a aburrirme... Aunque claro, tampoco se fijan demasiado en el rarito con ideas extrañas... Tú, en cambio, eres distinta a eso, y quizá sea esa distinción lo que me atraiga tanto... -Y en sus últimas palabras su parte más... Racional, supuestamente, ya ha cobrado algo más de importancia...
Sin embargo, se vuelve a ver prácticamente derrumbada cuando las caricias de ella se reanudan. No se da cuenta de lo que está haciendo, y ahora mismo parece que las tornas se hayan invertido y que el que sufra es él.. Porque el contacto de sus dedos, esas ligeras cosquillas, es algo a lo que no está nada acostumbrado, algo nuevo y, por lo tanto, difícil de controlar...
Tanto que se pierde, se pierde en su interior demasiado, incluso está apunto de ver algo distinto, más brillante, más... Limpio. Pero no llega, la emoción no es tan intensa como para conseguirlo... Aunque sí lo suficiente como para que actúe de forma totalmente inconsciente, ya olvidándose de su misión, su propósito, su ambición, su destino...
La toma de la mano en un único movimiento, apartándosela... Antes de que sea él el que se ponga a gatas y comienza a inclinarse hacia ella. Se la queda mirando durante un par de segundos, y esta vez no vacila cuando inclina finalmente su rostro sobre el de ella, yendo más allá y probando sus labios pro primera vez. Aunque no sepa lo que está haciendo sabe como lo hace, y se muestra bastante lento, ya que besarla en plenas facultades sería una tortura para ella.
Perono le hace falta mostrar esa indignación, porque ella es la que se corrige a sí misma... Y ahora entiende por donde iban los tiros. Oh, sí, todas muy lascivas, muy brutales y muy zorras... Y precisamente por esa repetición de patrones él se aburría, aparte de que, excepto a un par, a pocas les interesaba alguien como él, preferían a los símiles masculinos de su especie, sádicos , crueles y maquiávelicos. Él sustituyó todo eso por la frialdad, la indiferencia y la astucia, obteniendo algo distinto pero igual de potente...
Y, cuando le responde, lo hace siendo sincero, sin ser consciente de sus palabras y sin engañarla... Aunque bueno, la lleva engañando todo el rato, así que duda mucho que ella diferencie o se de cuenta:
-Precisamente por eso no te entiendes y me prejuzgas...-No suena molesto, más bien... Comprensivo, algo bastante raro en él, sobretodo porque no está fingiendo- Hay tantas de esas que han llegado a aburrirme... Aunque claro, tampoco se fijan demasiado en el rarito con ideas extrañas... Tú, en cambio, eres distinta a eso, y quizá sea esa distinción lo que me atraiga tanto... -Y en sus últimas palabras su parte más... Racional, supuestamente, ya ha cobrado algo más de importancia...
Sin embargo, se vuelve a ver prácticamente derrumbada cuando las caricias de ella se reanudan. No se da cuenta de lo que está haciendo, y ahora mismo parece que las tornas se hayan invertido y que el que sufra es él.. Porque el contacto de sus dedos, esas ligeras cosquillas, es algo a lo que no está nada acostumbrado, algo nuevo y, por lo tanto, difícil de controlar...
Tanto que se pierde, se pierde en su interior demasiado, incluso está apunto de ver algo distinto, más brillante, más... Limpio. Pero no llega, la emoción no es tan intensa como para conseguirlo... Aunque sí lo suficiente como para que actúe de forma totalmente inconsciente, ya olvidándose de su misión, su propósito, su ambición, su destino...
La toma de la mano en un único movimiento, apartándosela... Antes de que sea él el que se ponga a gatas y comienza a inclinarse hacia ella. Se la queda mirando durante un par de segundos, y esta vez no vacila cuando inclina finalmente su rostro sobre el de ella, yendo más allá y probando sus labios pro primera vez. Aunque no sepa lo que está haciendo sabe como lo hace, y se muestra bastante lento, ya que besarla en plenas facultades sería una tortura para ella.
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Jamileh Jue Ene 28, 2010 4:04 am
-Pues que idiotas, ¿no? -Suelta repentinamente cuando le hace ver porque muchas no se fijan en él. Realmente no se termina de creer que esté tan aburrido y que sean esos los motivos por los cuales, supuestamente, él se haya decantado por ella. Pero tampoco es capaz de pensar que mienta, no ahora que la telaraña la ha atrapado por entero, incluso sus alas están dentro de esa red- No era exactamente prejuzgarte, era más bien... Digamos que no es por ti por lo que me extraña, es por mí, por... -Se encoge de hombros, dejándolo en el aire, pues todo es muy obvio.
Eso sí, no ha podido evitar ruborizarse, no cuando ha vuelto a recalcar que se siente atraído por ella, haciéndole ver que ser distinta es positivo. No deja de mirarle fijamente en ningun momento, atisbando algo extraño, como un cambio de brillo en los ojos de él, algo que se puede leer en ellos pero que no da tiempo, porque aparece y desaparece... Sacude la cabeza, debe de afectarle el nerviosismo, ahora cree que sus ojos mutan, y no es así, siempre son igual de oscuros y enigmáticos, atrayentes... Sí, es eso, es el misterio lo que ha confundido con otra cosa, sin lugar a dudas.
No se espera en absoluto que tome su mano y la aparte, y en un primer momento cree que lo hace porque su intento de caricia le ha molestado. Pero, lo que acontece después, demuestra que no ha sido así... Le observa inclinarse, sosteniéndole la mirada, sin hacer nada en esos dos segundos que se suceden antes de que, finalmente, pillándola de imprevisto, Azariel junte su rostro con el de ella.
Antes de que le de tiempo si quiera a preguntar que sucede, sus labios han sido sellados, y de una forma la cual nadie había utilizado para acallarla. Un estremecimiento, mucho más largo y acusado que cualquier otro que haya tenido antes, la recorre de los pies a la cabeza: Si alguna vez pensó que pudiera llegar a recibir un beso, aunque fuese uno solo, a lo largo de su eterninad, lo último que imaginó es que fuese a ser en estas circunstancias. Claro que no es un pensamiento que ahora tenga importancia, está demasiado ocupada...
...ocupada porque, de forma inconsciente, tímida y, todo hay que decirlo, torpe, la inercia hace que entreabra los labios, hasta ahora jamás explorados, y ejerza con ellos una leve presión hacia los de él. Le corresponde así, de forma acariciante, inexperta, casi temerosa, como si el néctar dulce de su boca fuese a serle arrebatado con ese beso pero, sin embargo, no pudiese evitar permitirlo... No sabe en que momento ha hecho regresar su mano al rostro de él, donde las caricias, hechas con la misma torpeza, no tardan en aparecer.
Hasta que la razón, la ética, el sentido común... Todo ese cúmulo de cosas que se habían ido, regresan, justo cuando cree que el corazón va a salírsele por la boca si es que no lo hacen primero los pulmones. Jamileh aparta con la mano el rostro de Azariel del suyo, apoyandola después, junto con la otra, en el tatami y arrastrándose hacia atrás, con las mejillas encendidas y una expresión de tremenda confusión en el rostro. Le mira, jadeante, y en sus ojos solo puede leerse miedo, un miedo que queda constatado cuando toda ella empieza a temblar...
Y, tan súbitamente como se ha separado, se levanta con torpeza, para salir corriendo escaleras arriba.
Eso sí, no ha podido evitar ruborizarse, no cuando ha vuelto a recalcar que se siente atraído por ella, haciéndole ver que ser distinta es positivo. No deja de mirarle fijamente en ningun momento, atisbando algo extraño, como un cambio de brillo en los ojos de él, algo que se puede leer en ellos pero que no da tiempo, porque aparece y desaparece... Sacude la cabeza, debe de afectarle el nerviosismo, ahora cree que sus ojos mutan, y no es así, siempre son igual de oscuros y enigmáticos, atrayentes... Sí, es eso, es el misterio lo que ha confundido con otra cosa, sin lugar a dudas.
No se espera en absoluto que tome su mano y la aparte, y en un primer momento cree que lo hace porque su intento de caricia le ha molestado. Pero, lo que acontece después, demuestra que no ha sido así... Le observa inclinarse, sosteniéndole la mirada, sin hacer nada en esos dos segundos que se suceden antes de que, finalmente, pillándola de imprevisto, Azariel junte su rostro con el de ella.
Antes de que le de tiempo si quiera a preguntar que sucede, sus labios han sido sellados, y de una forma la cual nadie había utilizado para acallarla. Un estremecimiento, mucho más largo y acusado que cualquier otro que haya tenido antes, la recorre de los pies a la cabeza: Si alguna vez pensó que pudiera llegar a recibir un beso, aunque fuese uno solo, a lo largo de su eterninad, lo último que imaginó es que fuese a ser en estas circunstancias. Claro que no es un pensamiento que ahora tenga importancia, está demasiado ocupada...
...ocupada porque, de forma inconsciente, tímida y, todo hay que decirlo, torpe, la inercia hace que entreabra los labios, hasta ahora jamás explorados, y ejerza con ellos una leve presión hacia los de él. Le corresponde así, de forma acariciante, inexperta, casi temerosa, como si el néctar dulce de su boca fuese a serle arrebatado con ese beso pero, sin embargo, no pudiese evitar permitirlo... No sabe en que momento ha hecho regresar su mano al rostro de él, donde las caricias, hechas con la misma torpeza, no tardan en aparecer.
Hasta que la razón, la ética, el sentido común... Todo ese cúmulo de cosas que se habían ido, regresan, justo cuando cree que el corazón va a salírsele por la boca si es que no lo hacen primero los pulmones. Jamileh aparta con la mano el rostro de Azariel del suyo, apoyandola después, junto con la otra, en el tatami y arrastrándose hacia atrás, con las mejillas encendidas y una expresión de tremenda confusión en el rostro. Le mira, jadeante, y en sus ojos solo puede leerse miedo, un miedo que queda constatado cuando toda ella empieza a temblar...
Y, tan súbitamente como se ha separado, se levanta con torpeza, para salir corriendo escaleras arriba.
Jamileh- Celestial
- Mensajes : 129
Fecha de inscripción : 19/01/2010
Re: Casa de Jamileh
Azariel Jue Ene 28, 2010 4:23 am
Y, por extraño que parezca, no se esperaba ni por asomo que ella le respondiese. Pero tampoco le dice que no, ahora mismo tiene la mente totalmente en blanco... Y la forma en que lo besa, dulce, delicada, torpe, inexperta... Es tan... Diferente a lo que ha probado durante estos mil quinientos años que hasta tiene su encanto. Él no acaricia la cara de ella, pero sí se deja acariciar, sin llegar a profundizar más en el beso, no porque no quiera, sino porque hay algo en su interior que retiene la lujuria, algo que nunca antes le había sucedido...
Hasta que se da cuenta, se da cuenta de lo que está haciendo, de como... Y todas las palabras de Azrael, sus intentos de engaño, sus mentiras y manipulaciones, acuden a la mente, haciéndole entender que ahora no la está besando por trabajo... Y se aparta, en el mismo instante que ella, pero de forma mucho más calmada, porque si hay algo que no pueda negar, es que ha disfrutado, aunque no debería...
La observa, por primera vez en toda la noche sin saber qué hacer o qué decir... Pero no hace falta que siga pensando mucho más, que ya se encarga ella de salir corriendo al segundo piso. Gracias, gracias a Lucifer, que tiene unos muy valiosos segundos para poner a su mente a trabajar, lo que no ha trabajado para evitar el beso...
Y cuando tiene una excusa medianamente decente, se levanta y se encamina escaleras arriba, silencio como un gato y mortal como una serpiente. Pronto ubica la habitación, la única estancia que está abierta y donde supone que ella estará. Se mantiene el umbral, sin decidirse a entrar o no...
Total, va a soltarle la verborrea y a ver si cuela:
-Jamileh, yo... A esto me refería, me atraes demasiado, y me cuesta mantenerme... Se me ha ido la cabeza, no he pensado en nada y bueno... Lo siento, de verás... Nadie se enterará, y no volverás a verme si es lo que quieres, te lo prometo...
Hasta que se da cuenta, se da cuenta de lo que está haciendo, de como... Y todas las palabras de Azrael, sus intentos de engaño, sus mentiras y manipulaciones, acuden a la mente, haciéndole entender que ahora no la está besando por trabajo... Y se aparta, en el mismo instante que ella, pero de forma mucho más calmada, porque si hay algo que no pueda negar, es que ha disfrutado, aunque no debería...
La observa, por primera vez en toda la noche sin saber qué hacer o qué decir... Pero no hace falta que siga pensando mucho más, que ya se encarga ella de salir corriendo al segundo piso. Gracias, gracias a Lucifer, que tiene unos muy valiosos segundos para poner a su mente a trabajar, lo que no ha trabajado para evitar el beso...
Y cuando tiene una excusa medianamente decente, se levanta y se encamina escaleras arriba, silencio como un gato y mortal como una serpiente. Pronto ubica la habitación, la única estancia que está abierta y donde supone que ella estará. Se mantiene el umbral, sin decidirse a entrar o no...
Total, va a soltarle la verborrea y a ver si cuela:
-Jamileh, yo... A esto me refería, me atraes demasiado, y me cuesta mantenerme... Se me ha ido la cabeza, no he pensado en nada y bueno... Lo siento, de verás... Nadie se enterará, y no volverás a verme si es lo que quieres, te lo prometo...
Azariel- Infernal
- Mensajes : 147
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.|
|
|