Las catacumbas

**Lucifer** Vie Ene 15, 2010 2:08 am

La única entrada se encuentra en una zona más alejada de la vida diaria de los habitantes de South Eusine, como si paulatinamente la gente hubiese decidido ir alejándose poco a poco de allí. Construidas desde hace siglos, las catacumbas son un riesgo y al mismo tiempo un aliciente para todo aquel que le guste el riesgo y el peligro.

Pasillos estrechos, angostos y oscuros se entremezclan en una compleja red, difícil incluso de seguir por la total ausencia de luz natural, de la que si bien es fácil entrar a través de uno de los huecos que antes conformaban la tapia que prohibía el paso, no es tan fácil salir. Común es, para aquel que se adentra con algo de iluminación, encontrarse con paredes donde las piedras y los cráneos de miles de muertos se entremezclan, fundidos ambos por el tiempo, así como criptas más anchas donde solo descansa el polvo que los cuerpos dejaron...

Y antaño, en una parte de este agobiante laberinto, estas catacumbas comunicaban con las alcantarillas de la ciudad, pero tras la modernización del sistema, el acceso se convirtió en innecesario.

**Azrael** Mar Ene 26, 2010 1:08 am

A ojos de cualquiera que haya podido observarle antes de que llegase a aquel lugar, no es más que un invidente que, ocultando su rostro ciego por una capucha negra, camina utilizando su bastón. Ni si quiera otros seres podrían haber visto sus alas blancas si él no lo ha permitido primero: la magia de un satán es poderosa, tanto que puede cubrirle de ser descubierto incluso por los subordinados de su raza.

Desapercibido, salvo por la extraña sensación de respeto y miedo que inconscientemente todo aquel que le ve siente, cambiándose de acera sin explicación lógica, Azrael ha llegado hasta la entrada de las catacumbas.

El Ángel de la Muerte, así le siguen llamando muchos, desciende a las catacumbas tarareando una melodía inconexa que, gracias a su máscara, hace aún más eco en aquel lugar. Al llegar allí, su bastón muta de golpe, convirtiéndose en su preciada calavera, que agita haciendo un ruído seco, esperando...

Pero, para asegurarse de que solo acudirá quien él desea que aparezca, mueve una de sus manos trazando un círculo invisible a su alrededor, que evitará visitas indeseadas u oídos demasiado agudos.

**Tarakan** Mar Ene 26, 2010 1:17 am

La angustia, la angustia es terrible. Él, nos necesita, nos quiere en su presencia. Hemos sido llamados, no caminamos lo suficientemente rápido. Las mentes fragmentadas chirrían todas juntas con un objetivo común pero miles formas de sufrirlo. El hombre camina a paso rápido. Ha dejado a medias todo lo que estaba haciendo. Cree recordar que era algo importante, pero no le importa ni le interesa, solo desea llegar y aliviar la angustia, la opresión en la boca de su estomágo que le hace sentir incomodo, desgraciado, nervioso e irascible. Él le necesita y ha sido llamado. Como una mosca atraída por la luz, busca el blanco y resplandeciente brillo de su amo, huele su alma, un reverso puro y aromático de su pestilente naturaleza, un cordón de luz blanca y calmante que puede seguir.

Camina rápido por las catacumbas sin perderse, sin mirar apenas la dirección. Es el instinto el que marca sus pasos. Sin libertad alguna para decidir, para cuestionar, solo servir, solo sufrir.

Se presenta ante el hombre ciego, sus pasos apresurados lo delatan antes de llegar. Al llegar a su presencia se arrodilla sin un atisbo de duda.

-Vivimos para servir, amo.

**Azrael** Mar Ene 26, 2010 1:31 am

Y, apenas unos segundos después, los pasos resuenan haciendo que, bajo la máscara, Azrael sonría. Sus manos se juntan y aplaude ante la aparición de su criatura, a la que hace un gesto con la cabeza que le insta a levantarse:

-Poneos en pie -Ordena, con tono grave- Debo felicitaros, Tarakan, os habéis adelantado a mis deseos antes si quiera de conocerlos... -Sabe que en realidad las mentes fragmentadas que conforman su siervo no entenderán exactamente el significado de una felicitación, pero también sabe que comprenderán que eso significa que cumplen con su razón de ser, algo que calmara su angustia...

Y la calma es lo que necesita para perfeccionar sus planes.

-¿Encontrasteis al Repudiado? -Pregunta, con autoridad, dando a entender que, como siempre, cada paso que su siervo da, su amo está observando...

**Tarakan** Mar Ene 26, 2010 1:40 am

El hombre se levanta a la orden del archidemonio. Junta sus manos frente a sí y atiende con su desagradable sonrisa estampada en su rostro. Con la orden cumplida las mentes se calman, sintiendo la calma, dejando que fluya por la colmena. Su atención se enfoca casi por puro instinto tratando de acertar las palabras, los deseos de su señor.

-Encontré un repudiado.- Creo recordar que era una hembra, olía a hembra. -Una, repudiada.- Corrige

**Azrael** Mar Ene 26, 2010 1:49 am

Una risa estridente y desquiciada se oye a través de la máscara, y Azrael asiente, complacido. Para él, la sonrisa de Tarakan no es desagradable, sino producto de su mente astuta, tan astuta que sabe que debería ser la mente que liderase a los otros seis. Tiempo al tiempo...

-Bien, Tarakan, muy bien... -Su elogio es átono, porque sabe que al fin y al cabo no necesita modular la voz, cuidar sus gestos o manipular, no ante su propia creación- Ahora quiero que hagáis una cosa de vital importancia para mí, más importante que un pelotón de almas errantes -Exagera, obviamente- Quiero que encontréis al demonio que os lo pidió y le digáis que cumplisteis, que encontrasteis lo que él pedía, pero que no le diréis donde hasta que no acepte la cucaracha que queríais darle -Ordena, hablando despacio- Y quiero que le exijáis que cuide de ella un tiempo, no estipulado, pero que aseguraréis que es breve, a cambio de que le deis una localización que, asegurareis, aún tenéis que terminar de averiguar -Para cualquier otro nada de esto tiene sentido, para Azrael lo tiene todo- Y, cuando yo os de la señal, le mentiréis, le diréis que ya podéis decirle donde se encuentra esa Repudiada, sí, pero la dirección que le daréis será aquella en la que yo me encuentre...

Espera unos segundos, a que cada pequeña mente capte la idea, sin dejar de sonreír interiormente... Y es que, pese a la pereza que le da ascender a la Tierra, cuando es para uno de sus brillantes planes, el Ángel de la Muerte deja su pecado capital a un lado.

-¿Lo habéis entendido bien?

**Tarakan** Mar Ene 26, 2010 2:19 pm

Asimila la información en pequeñas dosis que cada membro de la colmena absorve y analiza por separado. Una orden sencilla e incuestionable, un gambito, la más vieja de las estratagemas. No entiende porque quiere su amo a ese demonio ni lo que tiene que tratar con él. Pero lo quiere y lo tendrá. Además... La gran madre que pretendía darle necesita un lugar en el que desovar sus crías. Se lleva la mano al bolsilllo tocando la caja de cerillas con los dedos.

-Sí, amo, lo hemos entendido bien.

**Azrael** Mar Ene 26, 2010 3:24 pm

El archidemonio mantiene su sonrisa complacida que, estando cubierto, nadie puede nunca ver. Sus ojos negros casi podrían brillar de satisfacción de no ser tan ópacos, pues parecían los agujeros de la máscara, como si bajo esta solo hubiese dos cuencas vacías.

-Estoy muy satisfecho con vuestra eficiencia -Dice, para evitar que renazca la angustia dentro del ser, y que así la calma permita a cada parte de él planificar su cometido a la perfección- Espero poder seguir estándolo... -Añade, riendo de esa forma desquiciada- Porque además, necesito pediros otra cosa paralela, una que solo vosotros podéis llevar a cabo, Tarakan...

Azrael sigue riendo, como si su última ocurrencia fuese una empresa sumamente divertida, pero se silencia para mirar fijamente a su siervo, a la espera de que este manifieste su asegurada predisposición...

**Tarakan** Mar Ene 26, 2010 11:38 pm

Las mentes se revuelven en sintiendo el anhelo, la anticipación. Servir al angel de la muerte tiene la ventaja de que, bueno, acabas sembrando tu camino de cadaveres. No es un mal plan para una criatura formada en parte por coleopteros carroñeros. Pero pronto unas van instando a otras que se calmen que escuchen y que sirvan. La colmena impone, la colmena exige y la colmena sirve.

-¿De que se trata, amo?.- Responde escuetametne y deja que el archidemonio siga con su pseudomonologo, parte de ser un esbirrro implica saber que a tu jefe le gusta hablar sin que lo interrumpan.

**Azrael** Mar Ene 26, 2010 11:54 pm

Nuevamente, satisfacción. Esta es la diferencia entre Tarakan, su creación, y cualquier otro demonio al que acoja como subordinado. Y es que con su criatura no es necesario manipular, no tiene que molestarse en fingir que le encuentra más o menos útil, no tiene que prometer ascensos ni poder, ni esforzarse en embaucar con tentadoras recompensas... No, con Tarakan solo tiene que ordenar y ver como esas órdenes son cumplidas.

-Hay un humano, un miembro de La Orden de los Arcanos, Morgan Mellzeny, se llama... -Introduce, dejando que las mentes asimilen el nombre y la raza de su objetivo- Digamos que está relacionado con un plan muy importante para mí, Tarakan, por lo que necesito que lo encontréis y que os acerquéis a él de forma no violenta -Explica, despacio- Pese a que es humano, una parte de su mente se cree un Demonio y... Vosotros tenéis que actuar como si lo fuera, como si fuese uno de vuestros "hermanos", y mostraros predispuestos a escucharle... Sí, sobretodo escuchad todo lo que diga, cada palabra, cada comentario... -De momento, eso es lo que necesita, para ir conociendo a la presa...

Y es que aquel infeliz es demente porque así lo ha designado aquel cuyo terreno son esas enfermedades que afectan a la cabeza, él, el propio Azrael... Todo sea con tal de poder llegar a lograr un acercamiento a tener el poder sobre esos dotados a los cuales Gabriel tanto protege... ¿Qué mejor forma que convertir en fuente de información a uno de los suyos?

Ríe, ríe ante lo estúpidos que le parecen de repente todos, como si él fuese la única mente inteligente de todas las que manejan y mueven los hilos de una guerra que, si todo sale bien, estallará con resultados favorables para él. Tan solo detiene sus carcajadas para mirar a Tarakan unos segundos:

-Eso es todo, sentiréis cuando debéis de volver a acudir a mí -No hace falta que le diga que se marche, puesto que sabe que lo hará al comprender que ya ha terminado y que ahora lo que necesita es que comience a realizar lo ordenado cuanto antes mejor...

Y, solo de imaginarse los fantásticos resultados, vuelve a sus carcajadas desquiciadas, abstrayéndose en su demencial visión de un ejército de almas conquistando el poder gracias a las fichas que él cree perfectamente jugadas.

**Tarakan** Miér Ene 27, 2010 12:17 am

La criatura se gira y vuelve por el camino por el que vino ahora sin prisa. Extiende sus antenas para escuchar, sentir y oler el reflejo de las almas que su amo quiere para sus planes. Sobre su cabeza la ciudad ruge con el gentio y la vida, encontrar un susurro entre el eco es una tarea titánica, pero es más facil si el eco es reconocible. Azariel era su nombre, y para Azariel será la primera visita de la noche. Las antenas rebuscan agitandose como tentaculos etereos e invisibles entre la gente, captando un poco de cada uno para percibir finalmente el olor, el sabor que está buscando. Una vez que está tras la pista, acelera su paso para salir de los túneles.

**Azrael** Miér Ene 27, 2010 12:38 am

Ocupado en sus sueños de conquista, almas y sangre, Azrael ni se da cuenta de cuando se pone en marcha Tarakan. Sus risas cesan mucho tiempo después, y es entonces cuando deshace el encantamiento aislante que le rodeaba. Y, como si pasase a ser otra persona, la calavera vuelve a ser bastón y el vuelve a andar algo encorvado, tanteando adrede el camino que le conducirá hasta el exterior.

Pero antes, realiza otro extraño hechizo, y aparece repentinamente una criatura demoníaca, que a ojos de los humanos no será más que un niño; pero cuyos cuernos, lengua bífida y cola serán visibles, junto a las pequeñas alas, para aquellos que pertenecen a otras razas. El Ángel de la Muerte se agacha, susurrándole algo al ser demoníaco que, al instante, echa a correr fuera del lugar, directo al bosque al cual su amo le ha enviado.

Y tras eso, Azrael se dirige a la salida de las catacumbas con un solo destino en mente: la cascada. Carcajadas dementes resuenan una última vez en el siniestro lugar, antes de que el Archidemonio desaparezca de allí.

**Catherine Lenoir** Sáb Ene 30, 2010 10:59 pm

En el silencio del bosque, un estruendoso ruido procedente de dos pequeños cascos resuena por entre los arboles. La música ensordece mis oídos, me ciega, ya que camino con los ojos cerrados con fuerza para disfrutar mejor de la música. Sacudo levemente la cabeza al ritmo de la batería, o eso intento. Tan despistada voy atenta a la música, que no me fijo que dos pasos más adelante hay un arbol. Y ¡PUM! Me doy de narices contra él.
-Ay... Maldita sea... -me quejo.

Al alzar la vista, mientras froto levemente mi nariz para calmar el dolor y me sacudo la cara para sacarme de encima los restos de corteza enganchados en mi pelo, me fijo que más adelante hay una pequeña obertura en la tierra. Abro la boca con sorpresa, ya que nunca antes había estado aquí. Eso tan solo quiere decir una cosa: me he alejado demasiado de casa. Pero, ¿qué más da? Doy un par de palmadas por la excitación de haber encontrado un lugar nuevo, para después echar a correr hasta la mismisima entrada de la cueva.

Asomo la cabeza con curiosidad, viendo el interior oscuro y aparentemente abandonado.
-¿Hola-Hola? -Pregunto a la nada, colocando mis manos de tal manera que el sonido de mi voz se amplifique.
-Hola, la, a...-contesta alguien desde el interior.
Parpadeo varias veces, divertida. Quizás se trate de algún duendecillo perdido, o un enano de las minas.
-¿Quieres jugar? -Vuelvo a preguntar del a misma forma.
-Jugar, gar, ar...

Sonrío como una cría; quizás aquél personajillo fuera un ser de pocas palabras, pero al menos parecía querer jugar conmigo. Divertida y decidida, me meto en el interior de la cueva, inspeccionandolo todo para encontrar al duendecillo que quería jugar.

**Alma Gray** Sáb Ene 30, 2010 11:53 pm

Me encuentro en medio de uno de mis paseos por el bosque sin rumbo fijo cuando un molesto sonido llega hasta mi, desde entre los arboles. Algo molesta, me pongo a caminar en direccion al ruido, llegando a tiempo de ver como la chica pelirroja de la que parece provenir el ruido se da un galletazo contra un arbol. Zas, con toda la nariz. Una media sonrisa burlona se extiende por mis labios, pero prefiero no decirle nada.

Entonces, cuando levanta la caebza sacudiendose el pelo, un gesto de asombro se extiende por su rostro, por lo que sigo su mirada para descubrir las viejas catacumbas. Parece que ella no las habia visto nunca, pero se acerca a explorar un poco. Sigo mirandola, puesto que no tengo nada mejor que hacer y la chica parece de las tipicas patosas que de cada diez pasos trastabillan nueve.

Para mi sorpresa, con la cabezapracticamente dentro de las catacumbas, oigo que saluda. Me acerco lentamente, sin hacer ruido, con intencion de escucharla. Entonces, el eco resuena, y ella parece creer que realmente hay alguien ahi dentro, por que pregunta a la nada si quiere jugar. Cuando el eco le devuelve la ultima palabra ella sonrie como un niño con un juguete nuevo y se adentra en las catacumbas.

Definitivamente, tengo que seguir a este especimen, puesto que ha interrumpido mi tranquilo paseo por el bosque, tengo intencion de echarme unas cuantas risas a su costa.

**Catherine Lenoir** Dom Ene 31, 2010 12:05 am

Empiezo a caminar hacia el interior de aquella cueva alegremente, balanceando los brazos al ritmo de mis pasos, cuando de pronto, siento algo. Un extraño cansamiento, ganas de no hacer nada, consiguen que me detenga. Entrecierro los ojos, malhumorada. De sobras conozco esta sensación, de sobras sé por qué sucede y también sé que no dura mucho. Por ello, me doy la vuelta lentamente, sin ganas, para buscar al culpable de mi apatía.

-¿Y bien? ¿Dónde estás?
Escruto con la mirada el lugar, sintiendo cómo la alegría vuelve a mí poco a poco. Arrugo la nariz; si no me equivoco, las señales muestran que anda por aquí cerca un ángel negro. Agazapo el cuerpo, caminando de puntillas como si fuera un cazador buscando su presa, mirando por todos lados para encontrar al que sea que hay por aquí. Quizás quiera jugar conmigo.

-¡Aha! ¡He aquí mi presa! -Grito nada más descifrar el cuerpo de una mujer cerca de la entrada de la cueva.
Sin pensarmelo dos veces me adelanto, corriendo, hacia ella, riendo, tirándome encima, divertida.
-¿Sabes que es de mala educación espiar a la gente? -le pregunto negando con la cabeza, como echándole una reprimenda.

**Alma Gray** Dom Ene 31, 2010 12:35 am

No he dado ni dos pasos dentro la lugubre cueva cuando la chica parece darse cuenta de mi presencia. Puesto que me va a descubrir de tdos modos, me quedo en la entrada de las catacumbas, esperando a que venga y me eche el brocon del año, o quizas que se pelee conmigo nada mas verme.

Entonces, su grito emocionado rompe el sielncio, que hasta entonces solo habia sido perturbado por el sonido de sus pasos, aunque pareciera que ella intentaba ser silenciosa. Entonces viene corriendo hacia mi, por lo que me preparo para cualquier tipo de golpe, pero, para mi sorpresa, se tira encima mio, sonriendo, como si fuera la cosa mas divertida del mundo tirarse encima de un angel oscuro que te estaba siguiendo.

Entonces me tacha de mal educada, cosa que, segun la situacion, no negare, pero de todos modos me la quedo mirando con una ceja alzada, preguntandome que hacer o responder. El aura de la chica me recuerda a algunos de los magos que me encontre hace tiempo por lo que debe de ser una arcana, como ellos. A lo mejor de tanta chispita magica se le ha ido la olla.
- ¿Tu estas bien de la cabeza? - acabo por preguntarle.

**Catherine Lenoir** Dom Ene 31, 2010 12:45 am

La chica se me queda mirando perpleja, como si hubiera hecho algo fuera de lo común, corroborando mi sospecha con una pregunta totalmente fuera de lugar. Alzo mis manos, palpando mi cabeza en busca de alguna imperfección o herida, pero la encuentro tan redonda como siempre. Entonces vuelvo a mirar a la joven, ladeando la cabeza algo confusa.
-Sí, estoy bien. ¿Y tu?

Se lo pregunto preocupada; tal vez es una de esas frases que uno dice para hablar de sus propios problemas. Por ello decido levantarme de encima suyo, ya que si no está bien de la cabeza tiene que hacerle daño tanta presión. Ay, ahora me sabe mal haberme tirado encima. ¿Y si al caer se ha dado un golpe o algo así? Empiezo a pensar en alguna manera de animarla, y de pronto recuerdo el por qué estoy aquí.

-¡Oh! ¿Quieres venir conmigo? -pregunto emocionada-. Aquí dentro hay un duendecillo o algo, y quiere jugar conmigo. ¿Vienes, vienes?
Le tiendo la mano, ofreciéndole ayuda para levantarse. Si realmente tiene algún problema en la cabeza es mejor que no haga esfuerzos, vaya ser que se ponga peor. Así que nada de jugar al pilla pilla o a la charranca. Quizás la mejor opción sea el escondite; entre tantas rocas sería facil encontrar un buen escondrijo.

**Alma Gray** Dom Ene 31, 2010 3:15 pm

Cuando empieza a palparse la cabeza me cercioro de que la chiquilla no esta muy bien realmente, por lo que me aparto mas de ella, vaya a ser que me muerda o algo en un arrebato.
Su pregunta me pilla por sorpresa, aunque me hace sonreir. Quizas no me quede mucho tiempo de cordura al paso que voy.
- Si, si, estoy bien.

Entonces se sumerje en sus pensamientos, con gesto procupado y sin dejar de mirarme, como si me hubiera hecho daño de algun modo. Entonces se aparta de mi con cuidado, como si fuese a hacerme daño, o yo estubiera herida, cosaque agradezco, aunque no acabo de entender la razon.
Entonces cambia de humor repentinamente, diciendome no se que de un duendecillo. Ah, asi que es eso lo uqe cree que hay dentro de la cueva. Una risita escapa de mis labios, pero la sofoco rapidamente, ideando un divertdo plan que me sacara del aburrimiento.

Hago caso omiso de su mano, levantandome de un sutil salto y sacudiendome el polvo de la ropa.
- Te acompañare - le digo conuna sonrisa - pero deberias saber algo - me inclino ligeramente hacia ella, percatandome entonces de su reducida estatura - lo que hay aqui dentro no es un duende - prosigo, en susurros de tono confidencial - en realidad es un gran ogro maloliente que come niñitas - me aparto de ella, satisfecha y esperando con impaciencia la reaccion de la extraña arcana.

**Catherine Lenoir** Dom Ene 31, 2010 3:31 pm

Sonrío al saber que se encuentra bien a pesar del golpe y todo el rollo. Veo que se levanta sin mi ayuda, dando total muestra de su bien estar. Así que me encojo de hombros; supongo que me he preocupado por nada. Escucho que se ríe, seguramente debo haber dicho algo gracioso. O simplemente también le emociona el hecho de que vayamos a jugar con un duendecillo. Quién sabe.

Sonrío al escuchar que sí quiere acompañarme, pero de pronto su tono de voz cambia, como si fuera a contarme un secreto. ¿Un ogro? Me la quedo mirando durante unos segundos, sin saber cómo reaccionar. Hasta que finalmente doy un pequeño salto de alegría, emocionada.
-Oh, ¡Qué bien! Nunca he visto un ogro. ¡Nunca!

La cojo de la mano, tirando de ella hacia la oscuridad de la caverna. Voy dando saltitos cortos, emocionada; madre mía, un ogro. Y encima que come niñas. ¡Esto es muchísimo mejor que jugar con un duende!
-¡Señor oooooogroooooo! ¡No se escondaaa!
-Onda, da, a...

**Rahziell** Dom Ene 31, 2010 6:02 pm

Llevaba horas caminando sin rumbo,hasta que sus pasos lo llevaron a la entrada de las catacumbas.¿Sería cosa del destino?No lo sabría hasta que se adentrase en ellas.Se internó en la oscuridad,dagas en mano,pendiente de cada sonido que alterase el silencio.

Al cabo de un rato,escuchó unas voces a lo lejos.Permaneció en silencio,sin moverse,sumido en las sombras,intentando detectar de donde provenían.Las suaves corrientes de aire movían su larga chaqueta mientras se encaminaba de nuevo hacia ellas.Pronto se topó con dos auras y segundos más tarde pudo distinguir sus figuras.

**Alma Gray** Dom Ene 31, 2010 11:11 pm

Su reaccion me descoloca, puesto que esperaba que se amedrantara, como minimo que mostrara algun signo de inquietud, pero lu unico que hace es emocionarse mas ante la idea de que un ogro gigante nos este esperando para zamparsenos. Aunque no se verdad. Suspirando, asiento, dejando de un lado el jueguecito, auqneu le sigo la corriente.
- Pues son grandes y feos, y apestan a huevos podridos.

Ella me coje de la mano sin ninguna especie de tapujo, como si fueramos conocidas de toda la vida. No es que me moleste, pero normalmente las personas no se muestan tan amigables con los angeles oscuros. Con un resignado encojimiento de hombros, la sigo, viendo botar mi brazo siguiendo a sus movimientos.
Empieza a gritarle a la cueva, con intencion de llamar la atencion del ogro ficticio.

Entonces, detras de nosotras, a no mucha distancia siento la repugnante de uno de esos pollos celestiales, por lo que me paro en seco y me embaro atenta. Giro sobre mis talones, escrutando la oscuridad en busca de la figura del supuesto angel. No tardo mucho en distinguirlo, demasiado cerca. Me llevo una mano al cinturon, donde descansa mi revolver, preparada para cualquier movimiento ofensivo, teniendo demasiado reciente la batalla contra los angeles en el cementerio.

**Catherine Lenoir** Dom Ene 31, 2010 11:19 pm

-Y seguro que son calvos y tienen la cara llena de verrugas, ¿verdad? ¡Deseo conocerle!
Sigo caminando alegremente, arrastrando detrás mío a la oscura, internándonos cada vez más en la oscuridad. No hay nada de luz, no más que la que se proyecta desde la entrada, lo que consigue ponerme los pelos de punta. Pero, de pronto, una sensación de tranquilidad me embriaga, haciéndome notar mis pasos mucho más ágiles y descansados.

Pero, de pronto, la chica se detiene de golpe. Y como sigo sujetando su mano, no puedo evitar caer al suelo de espaldas, dándome en el trasero.
-¡Auch! Pero avisa, mujer...
Al ladear la cabeza para mirarla, la veo tensa, en posición de ataque, algo que me preocupa. ¿Quizás haya visto al ogro y viene a comernos de verdad?

Me levando, sacudiendo la tierra de mis pantalones, mirando en dirección hacia donde ella mira. Entrecerrando los ojos, consigo ver la figura recortada contra la luz de un hombre bastante alto. Durante unos segundos, observo intermitentemente a mi compañera y al recién llegado, comprendiendo de que se trata de un ángel. Arrugo la nariz; lo que menos me apetece ahora mismo es ver como dos criaturas sobrenaturales se matan entre ellos.
-¡Hola! -saludo animadamente al recién llegado-. ¿También vienes a jugar con el ogro?

**Rahziell** Lun Feb 01, 2010 12:37 am

Guarda las dagas al comprender que no son peligrosas.Un angel oscuro y una humana...interesante combinación.Levanta las manos,indicando que no tiene intenciones hostiles contra ellas,ladeando la cabeza al escuchar la pregunta de la humana.

-¿Ogro?

Pregunta alzando una de sus perfectas cejas.En esas catacumbas no había esa clase de criaturas,o al menos él no las percibía.Hasta donde llegaban sus conocimientos,Mammon,el Archidiablo de la Gula,no las había creado en Zion por el momento,pero conociéndolo,tarde o temprano lo haría.

-Si quieres,puedo quedarme un rato jugando contigo,por si aparece algo peligroso en el camino...

Como un demonio,o uno de sus compañeros,que a diferencia de él,no dudaría en eliminar a aquel angel oscuro.

**Alma Gray** Lun Feb 01, 2010 1:17 am

Sin contestarle, le lanzo una mirada a la chiquilla, frunciendo el ceño ante su inocente e inconsciente forma de actuar. Saluda al angel, tambien, como si de un conocido se tratara. Bueno, al menos no se le ha tirado encima como a mi.
Para mas inri por mi parte, le pregunta si quieres "jugar" con nosotras, por lo que la miro, esta vez a modo de advertencia, para luego mirar al angel casi co nla amenaza pintada en los ojos.

Veo, nos sin algo de alivio, como el angel guarda sus armas, parap oco despues levantar las manos indicando que no tiene ninguna intencion belica, al menos por el momento.
Suspiro, apartando mi mano de encima del revolver, aunque conservo mi posicion tensa; nunca se sabe con estos enplumados. Entonces escucha la pregunta de la pelirroja, quedando algo descolocado, lo que me provoca una risita.

Finalmente, accede a "jugar" con nosotras, por lo que mi gesto cambia a uno de desacuerdo total, aunque no puedo hacer nada. Visto lo visto, como diga algo sobre el tema, la niña me va a montar una rabieta monumental, y no tengo demasiadas ganas de oir sus quejas.
- Al menos seremos mas por si realmente pasa algo - le concedo, indicandole de este modo que su presencia en el extraño grupito me es, menos que desagradable, indiferente.

**Catherine Lenoir** Lun Feb 01, 2010 1:25 am

Observo cómo el recién llegado esconde sus armas, indicando el son de paz. Si es que no hay nada mejor que una oferta de juegos con ogros para que se acaben las peleas. Al escuchar cómo pregunta por la bestia, asiento efusivamente con la cabeza, acercándome varios pasos hacia él.
-Yo creía que era un duendecillo pero... Er... ¿Cómo has dicho que te llamabas? -le pregunto a la oscura, de pronto, cayendo en la cuenta de que no nos hemos presentado-. Bueno, la cosa es que me ha explicado que lo que hay aquí es un ogro come - niñas. ¿No es emocionante?

Observo como la otra chica, al ver que el ángel no parece peligroso, deja de estar pendiente de sus armas, aunque no por ello deja de estar tensa. El recién llegado accede a venir a jugar con nosotras, consiguiendo sacarme una graaaan sonrisa emocionada. Contra más seamos, más divertido será. Intento ignorar que tanto él como la otra chica comentan que vienen conmigo sólo por si pasa algo.
-¿Y a qué os gustaría jugar con el ogro? A mi personalmente me parece que este es un buen sitio para jugar al pica-pared.

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