Hotel-Restaurante Sekai

**Lucifer** Vie Ene 15, 2010 12:01 am

No hay nombre más apropiado para el que es, problabemente, el mejor hote junto con el más prestigioso restaurante, de la ciudad. Y es que la combinación de habitaciones de lujo y la fusión de tradiciones, culturas, aromas y sabores lo convierten en un local único e innovador, dando un claro ejemplo de hostelería de alto standing y cocina de fusión y exquisitez.

Una pequeña pero elegante recepción indica que no entra cualquiera que pase por la calle, y que difícilmente se puede encontrar una habitación o una mesa si no se ha reservado antes. Tras la comprobación, un botones se encarga de guardar cualquier tipo de prenda molesta que pueda llevar el cliente o de trasladar su equipaje, para después guiarlo por una doble puerta a una plaza de tamaño medio, decorada por una larga fuente que en ningún momento deja de emitir agua en pequeñas cascadas.

A través de un ascensor, o bien unas escaleras, se llega a la segunda planta, donde se encuentran las mesas, perfectamente equipadas. Las paredes decoradas con elaborados cuadros terminan por crear una armonía perfecta para disfrutar de una agradable velada. Incluso se dispone de pequeños reservados para los comensales amantes de la intimidad.

En las plantas tercerca y cuarta se encuentran las suites, dignas de reyes y magnates. Tienen todas las equipaciones necesarias y más, pareciendo mini apartamentos de lujo en vez de una habitación, pues cuentan con un pequeño salón con minibar, además de la estancia de la cama y un amplio baño... En definitiva, el sitio ideal para una noche de ensueño...

Eso sí, no está al alcance de todos los bolsillos.

**Geasser** Lun Ene 18, 2010 9:57 pm

Seguramente Lennart no habrái soñado en su vida el acabar comiendo aquí, pero en fin, aquí estamos: en el reservado de la planta superior, comiendo en este elegante restaurante. No me ha costado demasiado colar a mi acompañante, teniendo en cuenta que ya se me conoce aquí, y es un lugar al que puedo acudir cuando quiera sin que me hagan preguntas mientras tenga dinero para acallar las bocas de los duños y los camareros.

Sin siquiera mirar la carta, pedí lo de siempre, pero por duplicado, y dejé que nos sirvieran en silencio. Seguramente a Lennart no le importaria qué pidiera mientras fuera comestible, pues ahora mismo era ma´s improtante para su cuerpo llenar el estómago que refinar el paladar.

- ... si te quedas con hambre puedes pedir mas... - comento, auqnue intuyo que el chico mantiene el decoro suficiente como para no abusar de su posición.

**Lennart** Lun Ene 18, 2010 10:22 pm

Siguió en silencio a Geasser sin decir nada. Los pasos del muchacho eran silenciosos, más por costumbre que por consciencia, acercándose por instinto a las paredes de la calle, donde había mayor oscuridad, pero sin alejarse en ningún momento demasiado de Geasser, manteniendose a su espalda.

Conocía el Sekai, ¿quién no? Era el restaurante más lujoso , imponente y por extensión caro de todo Zion pero hasta que Geasser no entró ni sospechó que iban a ir allí. Dudó unos instantes. Vale, no parecía un pordiosero aunque se notase que la camisa blanca que llevaba le iba tres tallas grande y que estuviera algo despeinado, pero era un sitio demasiado imponente, como territorio sagrado. Finalmente por no quedarse en la calle se atrevió a seguir y ponerse a la altura de Geasser, sin decir nada mientras este pedía mesa, aún sin poder creer el curso de los acontecimientos.

Podía aceptar que le invitase a comer pero... ¿llevarlo allí? Ni sabía lo que valía un cubierto o un trozo de pan en ese sitio, ¿quién iba a gastarse un dineral por alguien como él?
Con esa duda corroyéndole y sintiendose más expuesto todavía en un espacio tan amplio y lujoso, a pesar de ser un reservado, no tocó la carta, dejando las manos sobre las rodillas.

Levantó la mirada levemente. Supuso que la oferta de Geasser tenía el límite lógico y, de todos modos, no pensaba repetir en un lugar como aquel. Así que simplemente asintió, seguro de que no iba a quedarse con hambre. Tenía ganas de sentarse apoyando los pies en el sofa, abrazandose las rodillas como solía hacerlo cuando pensaba solo, pero se contuvo jugando con un cuchillo esperando.

**Geasser** Lun Ene 18, 2010 10:28 pm

Los camareros traen la comida, casi toda asiatica: arroz salteado, tallarines, carne con salsas extrañas y aromaticas. Cada palto parecía una obra de arte... Elegancia y belleza... simplemente me encanta...

- No te dejes impresionar por este sitio. - le dijo Geasser con un suspiro - Si te traigo aquí es porque es el lugar más seguro de la ciudad, y alguien como yo es alguien conocido por sus enemigos. Es cuestión de pragmatismo.

Cojo los palillos cuidadosamente colocados ante mi plato y empiezo a servirme arroz y a comer en silencio. Dejo que el chico sacie su hambre a gusto y disfrute de la comida sin decirle nada...

- ... ¿cómo has conseguido sobrevivir todos estos años en Zion, Lennart?

**Lennart** Lun Ene 18, 2010 10:47 pm

Llegaron los camareros y los ojos de Lennart cayeron sobre la comida pasmado. No solo por el hecho de que había comida en abundancia pues pese a la elegancia y estatus del sitio las raciones tenían un tamaño decente, si no por el estilo con el que estaban adornados los platos, jugando con los colores y las formas, siendo cada uno una pequeña obra de arte que daba pena comérsela.

Apartó la mirada a regañadientes al oir a Geasser, para hacer caso de lo que le decía y poder responder.
-Entiendo... -tenía cierto sentido si se pensaba. Aquel restaurante estaba lleno, seguramente tendría sus medios de seguridad para proteger a gente importante que fuera a cenar allí... atacar a alguien sería como poco complicado y armaría un revuelo considerabe. Mucho más inteligente sería esperar a que terminase y saliese del restaurante y atacarlo en la calle.

Vigilando de reojo a su anfitrión, esperó a que este empezase a comer antes de coger los palillos. Primero porque tenía cierta educación aunque fuese dada solo por su timidez que afloraba especialmente en momentos como aquel; y segundo porque no quería parecer tan desesperado como podía estarlo, por mucho que Geasser ya lo intuyera.
Cogió un cuenco de arroz y empezó a comer on la mirada baja. Era una comida deliciosa. Estaba a punto de terminar en apenas un minuto y poco el cuenco cuando oyó la pregunta de Geasser.

-... Práctica supongo -respondió encogiendose de hombros. Experiencia, de eso se aprendía en las calles de Zion. Eso y una pizca de suerte.

**Geasser** Lun Ene 18, 2010 11:11 pm

Apenas voy por la mitad del primer plato e Lennart ya ha terminado su cuenco de arroz. No me molesta, en absoluto...
Pero en cierto modo me hace gracia. Claro que ese pensamiento interno no se refleja en mi rostro ni por asomo.

Termino el primer plato y dejó los palillso sobre la mesa, apoyando lso codos en la mesa y juntando los dedos en actitud pensativa, alzando las cejas. Soy alguien que como poco, normalmente de hecho no pido tanta comida, de modo que dejo que Lennart se siga sirviendo.

- ... ¿nada más? - inquiero, enarcando una ceja. - Se que no soy quien para exigir y que no andas acostumbrado a converascines largas y elocuentes, pero espero que entiendas que no me voy a dejar un dineral aquí para recibir a cambio frases de una palabra y un gracias. No soy gilipollas.

**Lennart** Lun Ene 18, 2010 11:21 pm

Aprovecha la pausa para terminar el arroz. Aguardó unos segundos pero al ver que Geasser no cogía nada más, tomó uno de los platos de tallarines para sí. Le preocupaab su propio comportamiento pero si el otro no hacía nada, no iba a dejar la comida allí sin más, ¿verdad? Además, de que podía interpretarlo como que se lo cedía sin que estuviera mal, ¿no? Casi ni le importaba notar la mirada fija de Geasser sobre él y se centró en los tallarines. No le gustaba sentirse observado y menos de esa forma. Parecía como alguien que veía un plan fraguandose o un experimento.

Y al oir sus palabras el cambio fue repentino, de inmediato. Volvió a mirarle, con los ojos más abiertos que antes, fijamente. Su rostro casi reflejaba lo que pensaba. Que estaba seguro de que había caido en un trama, que era idiota por haberse dejado engañar y no haber seguido su instinto al principio de todo y haberse ido a su casa como debería.
Porque Geasser quería algo. Claro que sí. ¿Cómo iba a ser de otra forma?
Dejó los palillos con un leve temblor que logro medio ocultar.

-¿Y qué quieres que te diga entonces? Fue eso. Experiencia, suerte, ayuda en su día. No sé que respuesta quieres... -si no se la daría y se iría.

**Geasser** Lun Ene 18, 2010 11:27 pm

- Tranquilo, solo era una observación... - me explico, aunque mi tono siga siendo tan frío como siempre, ergo es dificil discernir si estoy algo azorado porque haya malinterpretado mis palabras o no... quizá simplemente no lo esté... - Sinceramente, Lennart, he vivido muchos años y se, por experiencia, lo difícil que es vivir en la TIerra cuando no eres un ser humano y estás persguido por aquellos pertenecientes al mundo al que, por derecho, tu también perteneces. Ergo no puedo evitar preguntarme qué clase de repudiado es capaz de sobrevivir a la Guerra en estos tiempos y esconderse, me pica la curiosidad. Eso es todo.

Alzo la cara ligeramente sobre mis dedos y me quedo mirandole de nuevo, con expresión neutra.

**Lennart** Lun Ene 18, 2010 11:37 pm

No sabía como interpretar la expresión y los gestos de Geasser. Antes sus ojos y su voz le habían hablado de una cierta melancolía oculta tras el frío pero ahora solo veía, oía y sentía frío y no un frío cortante o gélido como la ira helada, si no un frío neutro, un frío hecho a base de la ausencia de otro sentimiento que ocupase su voz, sus ojos o sus gestos. ¿Cómo podía llegar alguien a ser así?

La Guerra... había oido hablar de ella, había escuchado y preguntado a veces pero en cuanto había advertido la dimensión de todo aquel conflicto había retrocedido hasta mantenerse al margen. Bastante complicada era la vida para alguien como él en Zion como para intervenir en algo tan complicado y enorme como era esa Guerra. Seis cristales, había algo de eso... pero tenía la idea de que una guerra así no acabaría nunca, ni cuando él estuviera muerto. Era demasiado trascendente para terminar.

-No me interesa la Guerra -respondió al final con sinceridad y una leve sonrisa . Y esa respuesta implicaba implicitamente la verdad: al no interesarse en la Guerra, al mantenerse al margen, no se creaba enemigos sobrenaturales que pudiera tener a bien ensañarse contra él. Tampoco amigos. Pero no todo iban a ser ventajas-. No es algo que me quite el sueño... y ni ganas -de hecho no le importaba ni a su compañero.
Era algo que había aprendido de Ightell.

**Geasser** Mar Ene 19, 2010 12:24 am

Al fin bajo las manos y las apoyo en la mesa, echándome hacia atrás en el asiento tapizado, observando a Lennart largamente, meditando mientras aprieto mis labios hasta forma una fina línea.

- Entiendo. Si no te inmiscuyes no sales mal parado, buena filosofía. Pero desgraciadamente no es sostenible, créeme, lo se.

Cojo la copa de agua y la dirijo hacia mis labios dando un largo sorbo. Después la dejo entre msi dedos, oscilándola con la muñeca, viendo la onda del líquido transparente dando vueltas en su interior de un modo que se me antoja un tanto hipnótico.

- ... ¿Conociste a tus padres? - no puedo evitar pensar que si su respuesta es "no", entonces ya tendremos otra cosa en común.

**Lennart** Mar Ene 19, 2010 5:41 pm

-Exacto -respondió en un principio. Parecía que, tal y como había supuesto, geasser lo había captado a la perfección y asintió levemente. Pero al oir su segundo comentairo negó-. Me ha funcionado bastante bien hasta ahora -sonrió amablemente, una sonrisa que le hacía parecer infantil e inocente como un niño. Él no iba a querer entrar en la Guerra y dudaba que siendo como era él, sin destacar en absoluto, la Guerra fuera a buscarle a él.

Una parte de él sgeuía recelando de la situación, de tener que hablarle tanto de sí mismo a un completo desconocido que solo le había dado un puñado de datos, pero trató de apaciguar tales ideas diciendose que tampoco él estaba revelando nada demasiado importante: que era neutral le daba igual decirlo, que vivía en la calle saltaba a la vista, y si nombre importaba más bien poco.
Así que volvió a comer de los tallarines, ya con menos efusividad, a un ritmo emdianamente normal, saciada el hambr einmediata pero sin ganas de desaprovechar la situación.

Pero aquella segunda pregunta era más peliaguda, personal. Lennart dudó qué responder o si responder siquiera, intuyendo que si mentía Geasser lo notaría y no le gustaría. Pero ya había dicho que tampoco iban a gustarle sus silencios. Hasta cierto punto normal. Dió un sorbo al agua.

-No... -respondió con suavidad-. Los ejecutaron, ¿no? -Ightell le había contado que hacían eso con todos los ángeles que tenían hijos-. Si los conocí no me acuerdo -incoscientemente sus dedos fueron al colgante que tenía pero, aunque era una intuición, nada demostrable le decía que fuera regalo de sus padres.

**Geasser** Mar Ene 19, 2010 6:24 pm

Me encojo de hombros por toda respuesta. Si el chico así lo pensaba, pues bien. Le daba unos pocos años más para que se diera cuenta de que al neutralidad era un concepto ambiguo como el que más y que tarde o temprano la Guerra llama a las puertas de todo el mundo, incluso de los que viven en la calle.

Ante el cambio de actitud del muchacho, yo lanzo un suspiro prolongado y profundo, aunque mi rostor no dleante nada y mis ojso sigan perdidos en la nada.

- No lo se, yo ya estaba fuera del Cielo cuando eso pasó. Pero es bastante probable que así fuera, pues tengo oído que ahora los ángeles que engendran hijos son castigados con más severidad y, debo añadir, más aún ultimamente.- argumento - De todas formas, en cierto modo puedes alegrarte auqnue suene frívolo decir esto - qué irónico que sea yo quien lo diga... - de no haberlos conocido. Yo si conocí a los míos, y créeme, acaba siendo un hastío de problemas. Mi padre mató a mi madre y, tras dejarme en las puertas del cielo con 10 años, se suicidó. - lo digo con tanta pasividad que parece que esté relatando el final de un libro trágico que no me ha gustado nada más que mi vida perosnal.

**Lennart** Mar Ene 19, 2010 6:34 pm

Podía notar el escepticismo a su posición del otro ángel pero creía en lo que había dicho. Podía pecar de ingénuo pero no veía en qué podía él contribuhir a la guerra de modo que le parecía improvable que tras casi siglo y medio al margen un día aquello fuera a cambiar. Ya se vería con el tiempo, personalmente prefería llevar él razón. No le hacía espcial ilusión meterse en aquellos lios y complicaciones.

Escuchó con atención notable a Geasser lo que dijo, tratando de comprneder todo lo que significaba. ¿Penas más duras? Intentó imaginarselo, ¿en el cielo habría cárceles? Sonaba absurdo, ¿qué si no? Aunque como los repudiados como él tenían la entrada vetada en el cielo poco importaba preguntárselo.
Había asumido que sus padres estaban muertos, al menos no era como tora gente que estaba solo porque le hubieran abandonado. Pero escuchar la vida de Geasser le hizo sentirse incluso afortunado, y bastante tonto de los problemas que él tenía.

-Hummm... lo siento -dijo finalmente sin saber qué responderle al otro hombre. Le contaba su vida sin motivo, y Lennart estaba seguro de que no lo hacía con todos, y él no tenía una respuesta adecuada. Seguro que Geasser, por su voz, ya se había acostumbrado a su pasado.

**Geasser** Mar Ene 19, 2010 6:43 pm

- Yo no.

Le doy el último trago a la copa de agua y le hago una seña al camarero para que traiga la cuenta, dejando la pieza de cristal con un tintineo sobre la mesa. No parece haberme afectado en absoluto hablar de mis padres biológicos. Aunque interiormente realmente no lo hace, pues a fin de cuentas fueron irrelevantes en mi vida, a parte de servir para ganarme palizas y quebraderos de cabeza.
Nah... Incluso eso es desechable comparada con la traición sufrida por los ángeles de verdad, lso que me aseguraban que yo era uno de los suyos y que al final, como siempre, mentían en cada palabra que pronunciaban.

- ... ¿Conoces el templo de la zona sur? - le pregunto, mientras echo mi firma en el papel de la cuenta.

**Lennart** Mar Ene 19, 2010 7:22 pm

No le sorprende en absoluto la respuesta que recibe del otor ángel de modo que lo deja estar, sin querer meter el dedo en la yaga. No era asunto suyo a fin de cuentas y dudaba que a Geasser le gustase que metiera la nariz en su pasado demasiado. De hecho no estaba seguro de por qué le contaba aquello.
Quizá porque se parecían.

Se temrinó el último plato mientras Geasser firmaba y se preguntó qué pasaría ahora, si podía irse, si quería, o si Geasser tenía algo planeado. Ya asumía que no tenía voz ni voto en ese asunto, ya que Geasser era el que tenía tanto el dinero como las espadas y, por tanto, el que controlaba la situación. Él solo esperaba. Pero igualmente le sorprendió que mencionase las ruinas, preguntándose una vez más, hasta la saciedad, a dónde le conduciría todo aquello.

-Si, las conozco, ¿por qué? -se atrevió a preguntar mirando a Geasser mientras el camarero se llevaba la cuenta. Y, armandose con un poco extra de valor, preguntó algo más-. ¿Qué tienes planeado? -la curiosidad lo carcomía por dentro como una especie de termita.[/color]

**Geasser** Mar Ene 19, 2010 7:51 pm

- Nada en absoluto - le respondo con total sinceridad. - Después de un trabajo bien hecho, suelo irme a dormir. Incluso los asesinos descansamos. - me quedo un rato meditando, y finalmente añador con una media sonrisa - Aún no te conozco lo suficiente como para mostrarte mi morada, aunque no me cabe duda que terminaré haciéndolo...

Mientras hablo me coloco de nuevo la gabardina y empiezo a ajustarme los guantes de cuero negro.

- Sin embargo, nuestro próximo encuentro dependerá de ti. - resumo - Si algún día quieres buscarme, acude allí mientras no sea de noche. Y se inteligente y di que eres amigo mío, o te arrancarán el único ala que tienes.

Sin decir nada más, me levanto y dejo un fajo de billetes sobre la mesa. La cuenta está pagada, así que es obvio que el dinero es para Lennart.

- Dale la mitad al camarero cuando salgas. Así no le dirá a nadie que has estado aquí... si quieres ser descreto, si no, puedes quedártelo todo. Ya nos veremos, Lennart.

Meto las manos en los bolsillso de la gabardila de cuello alto, y haciendo ondular mi pelo negro salgo de allí, plegando mis alas invisibles sobre mi espalda.

**Lennart** Miér Ene 20, 2010 10:24 pm

Escuchó con patente atención a Geasser, quizá demostrando más de la que él mismo querría dar a entender, pero en aquel momento no se dió cuenta y asintió a lo que dijo aunque no terminaba de entender. ¿Enseñarle su morada? Entendía que la casa de alguien era algo propópio y no pretendía que Geasser le enseñase la suya de hecho... casi prefería que mejor no lo hiciera. Si lo hacía quizá esperase alguna compensación o muestra de confianza por su parte.

Asintió de nuevo al oir sus instrecciones, sin saber si iría o no. Tenía que pensarlo, pero quedándose con ellas por si acaso al final decidía hacerlo. No estaba nada seguro...

Abrió bastante los ojos, asombrado, cuando el asesino puso el dinero en la mesa y antes de que pudiera agradecerselo o decir nada ya se había ido. Aún anonado cogió el dinero y dió parte al camarero, sintiendo una punzada al ver irse tal cantidad de dinero, pero aún incrédulo de tener el resto en sus manos. Intentando no parecer sospechoso salió lo antes posible del restaurante bajo la curiosa mirada del camarero que no diría nada y en cuanto estuvo fuera corrió a su casa, aún tratand de procesar lo ocurrido.

**Lennart** Vie Ene 29, 2010 6:36 pm

Le costó su buen rato decidirse a entrar en el restaurante. Se quedó fuera, observando la fachada y las enormes puertas, alcanzando a ver la perfecta decoració del interior que recordaba de cuando había estado allí con Geasser. Aún no había vuelto a verlo... seguía sin estar seguro de aceptar su oferta e ir al tmeplo a verlo o no. No sabía por qué. Costumbre seguramente. Cambiar era dificil y la desconfianza era muy complicado erradicarla, aunque dudaba que fuera a hacerle daño...

Se palmeó un momento el bolsillo. NO había ido allí por Geasser. Notó el tintineo de las monedas que el ángel oscuro le había dado. Había ido amortizando bien el dinero, consiguiendo por ejemplo ropa nueva aunque seguía yéndole grande, mejorando algunas cosas en su casa como comprarse una lamparita portatil recargable, y cosas así, y aún le quedaba dinero. Últimamente estaba viviendo bien pero entrar allí seguía siendo una locura. ¿En qué estaba pensando? Quizá en que había sido una comida deliciosa y que, por una vez, podía permitirse entrar y comprar algo, aunque fuera solo una ración de ese riquísimo sushi para llevar. Quién sabía cuando volvería a tener la oportunidad. Por otro lado el precio... con eso podía comprar comida para una semana facilmente.

Al final sus pies decidieron por él, traicionandole, y para cuando quiso darse cuenta de ello se encontró dentro del restaurante, pidiendo un menú para llevar. El hombre le miró alzando una ceja, examinando su aspecto. Y eso que ese día se había peinado, lavado la cara y llevaba ropa decente. Lennart no hizo nada al respecto, demasiado acostumbrado y resignado a que nunca le considerarían otra cosa diferente a un vagabundo, incluso cuando trataba de disimular. Creía que le había quedado bien.

-Tengo dinero le aeguró y el camarero, aún receloso, se fue.
Lennart se quedó allí, con las manos apoyadas sobre la barra, preguntándose si no debería irse, complétamente indeciso. Así que, sin saber exactamente, se quedó ahí y pidió un vaso de agua para disimular. Eso le valió otra mala mirada pero el agua era lo único gratis. Agua del grifo, especifico. Por si acaso.
Hasta que, al final, regresó el primer camarero con el pedido. Cuando le dijo el precio se le cayó el alma a los pies.

**Jamileh** Vie Ene 29, 2010 6:57 pm

No solía cenar nunca fuera, prefería tomar cualquier cosa calentada en el fogón de la cocina de su acogedora casa al bullicio de un Restaurante y a derrochar dinero sin más. Pero ese día se había retrasado mucho en la biblioteca, demasiado, y tenía muchísima hambre, por lo que, atendiendo a las necesidades de un cuerpo que debía cuidar si quería llevar sus lecciones a cabo, se había decidido a entrar en aquel lugar, aunque no pensaba cenar ahí, se llevaría lo que fuese y punto.

Ataviada con un Kimono rosado, que hizo que al principio la mirasen con excepticismo, preguntándose de donde habría salido o si realmente tendría dinero. Pero solo tuvo que sacar su cartera y enseñar una tarjeta de crédito para disipar cualquier duda, formulando después el pedido deseado, comida Italiana esta vez.

Se encamina hacia la barra, donde divisa a Lennart, sintiendo ese nudo en el estómago al ver su ala. Suspira, dándole unos toquecitos en la espalda y sonreirle después:

-¿Has pedido Sushi? -Inquiere al ver el paquete que le traen- Pues yo conozco un sitio donde lo hacen mejor, tradicional, y a un precio relacionado bien con su calidad -Ignora la mirada que le echan los camareros cuando dice aquello- Así que no dejaré que te timen -Y, entonces hace un gesto al entregar su tarjeta de crédito, que deja claro que va a pagar también el pedido del, en apariencia, niño.

**Lennart** Vie Ene 29, 2010 7:06 pm

Habría cancelado el pedido de poder, habiendo metido la pata hasta el fondo. De hecho tendría que hacerlo y, aunque no se consideraba orgulloso, si se sintió avergonzado pues estaba confirmando las sospechas de los camareros. No debería haber ido allí, si ya lo sabía y aún así... menudo idiota estaba hecho.

Estaba buscando alguna forma de decirlo y no quedar tan mal cuando entró Jamileh. Al principio no la vió, mirando al suelo fijamente, indeciso, hasta que de pronto oyó su voz tras él y levantó la mirada, azorado. La reconoció al momento, por aquel aspecto bonito y exótico que tenía y se fijó en su kimono, boquiabierto. Era una prenda preciosa, ricamente decorada y que le sentaba estupendamente.
Asintió avergonzado.

-Lo siento -musitó al ver que sacaba la tarjeta de crédito. Le habría gustado poder rechazar su gesto pero sabía que no podía y eso lo hacía sentir peor, porque para una vez que tenía algo de dinero hacía una estupidez e incluso así acababa acordándose de que, a fin de cuentas, era pobre como una rata. Cogió el paquete, sin hambre por la amarga experiencia y miró tímidamente a Jamileh a través del pelo blanco, esperando su reacción sin saber cómo seria.

**Jamileh** Vie Ene 29, 2010 7:22 pm

Ante la vergüenza que Lennart parece sentir, ella hace un aspaviento de mano, quitándole importancia. ¿Por qué se disculpa? No tiene sentido... Ninguno.

-¿Qué es lo que sientes, no saber que el Sushi de aquí lleva tantos componentes de fusión que... ya no es Sushi? -Pregunta, sonriéndole sutilmente- Eso no es culpa tuya, Lennart -Si se ha dado cuenta de que él no tenía dinero, está haciendo como si no fuese así.

Ella también toma su otro pedido, con un gesto educado, y firma el ticket, recogiendo su tarjeta. Se gira de nuevo hacia Lennart, sin poder evitar sentir aquella opresión al ver su timidez.... Pobre, ¿cómo se podía repudiar a alguien así de adorable?

-¿Vamos? -Le tiende una mano, señalándole la salida- Antes de que tanto estirado nos amargue el sabor de la comida... -Eso lo añade en un susurro, solo audible para él.

**Tarakan** Vie Ene 29, 2010 7:28 pm

Las cosas pintaban mal para él. Iba de un trabajo sucio a otro cada vez más apestoso. No había conseguido dar con el repudiado por su cuenta con lo que se había visto forzado a seguir al angel de Azariel. Molesta y apestosa vida la de un lacayo. Siempre manteniendo las distancias para evita entrar el el campo perceptivo sobrenatural de su involuntaria guía el demonio llevaba ya un par de horas entre localizarla y seguirla en busca de una tenue pista. Finalmente uno de esos escurridizos repudiados hace su acto de aparición en escena y Jamileh decide acercarse. Las complicaciones no hacen sino aumentar. Sentado sobre una pequeña cerca que rodea las propiedades circundantes frente al restaurante, se limita a observar desde lejos, quizás el angel decida marcharse, o tome un desvio más adecudo, o quien sabe... Lo unico que sabe es que por ahora no hay nad que hacer. Si las presas s eponen cabezonas como laultima vez, es mejor aproximarse a ellas cuando no hay humanos mirando. Al rato parece que salen, juntos... De nuevo lo mejor es mantener el perfil bajo y seguir observando. El demonio se cala mejor la bufanda ocultando sus fauces. Es mejor llamar tan solo la atención justa.

**Lennart** Vie Ene 29, 2010 7:34 pm

Y él sabe que aunque diga lo contrario Jamileh se había dado cuenta y era lo peor de todo, que intentase hacer como si nada, ¿por qué? ¿Por qué le había ayudado y ahora intentaba ahorrarle el mal sabor de boca si apenas se conocían? Podía sonar irracional dada su situación pero no le gustaba depender de nadie, no le gustaba sentirse una carga. A nadie le gustaba. Y nadie hacía favores porque sí... pero Jamileh, con aquel aura blanca, parecía incapaz de hacer algo por malicia. Y... no era ese el tema. El tema era que había metido la pata como un estúpido y ella lo había solucionado.
Al menos tendría que darle las gracias tras disculparse.

-Gracias -dijo casi al cuello de su camisa, sintiendo que las mejillas le ardían y levantando un poco la mirada para ver la sonrisa de Jamileh. Se la devolvió debilmente, levantando un poco la cabeza para ver como recogía su tarjeta. Se dijo que, con aquel kimono, la chica debía tener dinero suficiente, aunque seguía siendo injusto que tuviera que pagarle su comida.

Al oir su pregunta asintió y, tras unos segundos de duda, decidió tomarle de la mano que le ofrecía. No iba a hacerle el desaire después de lo ocurrido, ¿no? Algo de educación tenía y no era un sacrificio tan importante, por muy poco que le gustase que le tocasen. Una vez fuera agradeció el aire frío, aunque no en exceso, del exterior, tomando una bocanada y dejando que le llenase los pulmones.

-¿A dónde querías ir? -preguntó, sin saber si debía autoinvitarse o no... no era de buena educación, aunque tampoco quería quedarse pensando en mitad de la calle. Preferiría que ella le dejase quedarse la tarde junto a ella, aunque fuera solo unas horas.

**Jamileh** Vie Ene 29, 2010 7:44 pm

Ocupada como está con el joven Repudiado, no se percata de que haya nadie sobrenatural aparte de ellos. El Demonio ha guardado distancias, y por tanto, ella ni lo percibe, ni lo ve, ni sabe que no están solos. Si algo debería aprender es a cuidar mejor sus espaldas en lugares tan grandes, pero siempre se le olvida tenerlo en cuenta...

-No tienes porque dármelas -Sonríe de nuevo al verle ruborizarse, ¡le recuerda tanto a ella en ese aspecto!- Si lo he hecho es porque he querido, Lennart -Aprieta con suavidad la mano de él con la suya, caminando junto a él hacia la salida. El viento azota sus cabellos azabache y eso la relaja, muchas veces no se siente a gusto entre grupos de gente amplios cuando los espacios son cerrados... Es como si las ecos de tanta guerra de egos consiguiese marearla.

Ante su pregunta se encoge de hombros, pensativa. Sabía que no era buena idea pasear en lugares donde pudiesen vigilarles los de arriba, por la seguridad de ambos, luego...

-¿Dónde vives? Te puedo acompañar, para que no tengas que volverte solo -Ella al fin y al cabo va armada, más que él a simple vista- Y así podré visitarte de cuando en cuando. -Camina junto a él esperando que le guíe, aún ajena a la presencia que les sigue.

**Tarakan** Vie Ene 29, 2010 7:52 pm

El demonio se levanta y alza una maleta que llevaba consigo del suelo. La última vez en la alcantarillas lo cogieron relativamente desarmado. No volverá a pasar, no en Zion. Camina a paso tranquilo con los ojos fijados en su objetivo, dejandose ocultar por las corrientes de personas que pasan por la calle dirigendose a sus múltiples destinos. Sus mentes, sus espiritus y presencias le sirven como un manto en el que puede ocultarse, pero una vez el gentio se disperse tendrá dificultades para ocultarse de Jamileh. Quizás es confiada pero duda que lo sea hasta el punto de ignorar su presencia en cuanto todo el caudal se haya convertido en un simple arroyo seco.

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