Jardines Heiwa

**Adam Kadmon** Jue Ene 14, 2010 11:58 pm

El pulmón verde de la ciudad, protegido por una cúpula de cristal y creando en su interior un clima oceánico-tropical que mantiene verde y exhuberante su fauna y flora más colorida y exquisita, creciendo en ordenados y cuidados jardines de grava peinada y caminos de piedra que conducen a través de puentes y junto a lámparas, viejas estatuas de piedra con forma de dragón y lamparillas; y pasan por varias casas abiertas que invitan a la armonía, la tranquilidad y la meditación. Numerosos son también sus estanques de nenúfares. También está insonorizado para que no entren los ruidos de la ciudad.

Se trata de un lugar que, al tener unas dimensiones enormes y al estar tan vivo también es una fuente de energía mágica donde muchos magos acuden para sanar o regenerar sus poderes, y donde los ángeles pueden disfrutar de la naturaleza sin miedo a ser atacados por los demonios...

**Lennart** Lun Ene 25, 2010 8:59 pm

Echó la cabeza atrás, contemplando el cielo, a través de la cúpula que rodeaba los jardines y los aislaba del resto de Zion. Afuera podía llover, nevar o tronar, que allí dentro siempre reinaba la calma y un clima cálido y arrullante. Era un lugar hermoso, con abundante vegetación, árboles, helechos y flores que decoraban el lugar, dándole un aire exótico y especial.

Él se había apartado del camino de gravilla que recorría los jardines para ir a sentarse bajo uno de los árboles, que daba una buena sombra sobre la hierbe hierba. Se había tumbado, acurrucado, mientras pensaba perdido en sus pensamientos, o más bien perdido en una arrullante nada ya que su mente estaba por completo en blanco, sin que nada le distrajese, pues allí no había más ruido que el de la naturaleza. A veces resultaba sumamente gratificante encontrar un lugar así y en South Eusine podía ser complicado. De hecho los jardines siempre le habían parecido una zona más propia del norte de la ciudad que del sur, pero él no se quejaría. Aunque podía ir menos de lo que quería, resultaba agradable.
Sumamente agradable ne verdad.

Cerró los ojos, con un pequeño suspiro, apoyando la cabeza sobre las manos, bien podría dormirse así. No le improtaría. Aquel lugar era uno delos pocos donde podía estar seguro de que nadie lo atacaría y, por si acaso, tenía un agudo oido y un afilado cuchillo guardado. En teoría allí solían ir sanadores y humanos mundanos y normales, pero nunca se sabía. No se sobrevivía siendo un confiado.

**Aiden T. Howl** Lun Ene 25, 2010 9:11 pm

Buscando algo de paz y tranquilidad, camino hasta los jardines, sabiendo que es un lugar bastante desierto y, sobretodo, lo bien que se puede llegar a estar ahí. Entro con las manos en los bolsillos, como es costumbre, asomando la cabeza tras pasar cada árbol, inspeccionando el lugar en busca de algún alma perdida. Nada; esto parece tan desierto como siempre.

Mentira. Tras pasar por delante de uno de aquellos árboles, veo una figura tendida en el suelo. Por unos momentos me quedo inmóvil, observándole, temiendo que algún pirado hubiera arrastrado hasta este maravilloso lugar un cadaver. Pero, al fijarme bien, veo su pecho moverse, recibiendo y expulsando aire. Un leve suspiro aliviado sale de mi boca; no me gusta la idea de tener que mover cadaveres.

Decidido, me acerco, a pesar de que no tardo en reconocer en su esencia a un repudiado. Arrugo la nariz; no es la mejor compañia que pudiera desear, pero algo es algo. Termino de acortar la distancia que nos separa, plantándome delante suyo, en son de paz.
-Buenas tardes -saludo, sonriendo levemente, sin saber si mi compañía será del todo grata.

**Lennart** Lun Ene 25, 2010 9:21 pm

Casi se había quedado dormido de hecho. Casi. No era un lujo que pudiera permitirse y había algo al fondo de su mente que le mantenía despierto, el instinto podría decirse. Le gustaría poder ser de esas personas que nunca han corrido peligro, que pueden ir allí y dormirse bajo un árbol en paz, sin preocupaciones... pero no era así. No odiaba a nadie y no tenía enemigos, pero aún así la desconfianza permanecía.

Por eso al oir la voz del ángel oscuro, Lennart levantó la mirada al punto y su mano estuvo a punto de volar hacia su cuchillo, deteniendose en el último momento y apoyándose sobre la hierba, disimulando. No sabía si aquel hombre podía ser peligroso o no, aún no. Lo observó largamente, parecía de una edad media de cabello oscuro y de no ser por el aura que le rodeaba sería alguien complétamente normal.

¿Por qué no dejaba de toparse con criaturas sobrenaturales?; se lamentó Lennart interiormente. Había logrado evitarlas muy bien durante años, ¿por qué ahora bastaba con girar una esquina para encontrarselos? Geasser, Morgan, el pelirrojo ese...
Pero tenía que decir algo, de modo que Lennart se incoporó un poco, aún sin levantarse del suelo, con un leve mohín en el rostro infantil. Se apartó un poco el pelo blanco revuelto de la cara, que ya sin necesidad de ver su aura lo delataba como lo que era, un repudiado marcado por su nacimiento.

-Buenas tardes... -saludó en voz queda, atenta, por si el desconocido intentaba algo.

**Jamileh** Lun Ene 25, 2010 9:32 pm

De los pocos lugares que, desde su pronta llegada, Jamileh conocía a la perfección en Zion, estos jardines eran uno de ellos. Y le encantaban. Parecían un pequeño pedacito de lo que fue su lugar de origen hace tiempo, antes de que los ángeles se modernizasen incluso arriba, incorporando tecnología a todo y olvidándose de las antiguas raices.

Adoraba pasear frente a los lagos cubiertos de nenúfares, perderse entre los juncos y bambúes o, simplemente, disfrutar de la sombra de algun árbol tocando su ocarina. Por ello, siempre que podía, acudía a Heiwa a disfrutar de su soledad, que con los años había demostrado ser su compañera menos peligrosa.

Sin embargo, aquel día, la soledad de Jamileh parecía no ser su única acompañante, y es que enseguida, junto a su árbol favorito, pudo distinguir a dos figuras. La joven ángel frenó en seco, apoyándose tras la columna de madera de una de las casitas abiertas al público... Por que lo que había visto había logrado impactarla: Un... Repudiado... ¡Cómo odiaba llamarlos así! Y jamás había tenido ocasión de toparse con ninguno. Su única ala, sin embargo, delataba lo que era.

¿Debería acercarse? No, mejor no, probablemente pensaría que ella quería atacarle, y se pondría a la defensiva... Además, acababa de llegar a su lado un ángel oscuro, y no saber de que bando era perjudicaba mucho su situación: ¿y si tenía algo en contra de los ángeles y reaccionaba enfrentándola?

Indecisa, decide continuar oculta tras la columna, sin darse cuenta de que sus alas, grandes y con ese peculiar y sutil brillo violáceo, sí que pueden ser vistas...

**Aiden T. Howl** Lun Ene 25, 2010 9:44 pm

Observo la reacción del joven repudiado, por si le diera por atacarme o algo por el estilo. Por suerte, no es así, aunque no se muestra muy convencido de que pueda ser una buena compañía; se le nota en la mirada. Una sonrisa torcida se dibuja en mi rostro, a la par que saco las manos de los bolsillos, mostrándoselas completamente vacías y desarmadas; quizás no sirva de mucho, pero al menos podrá ver que no tengo intención de atacarle.
-Qué, ¿bonito lugar, eh?

La pregunta me suena extraña hasta a mí; pero lo único que quiero es intentar establecer algún tipo de conversación con el muchacho que, realmente, no parece tan peligroso como algunos otros repudiados que he llegado a conocer. Aunque mejor no juzgar por la apariencia. Abro la boca, a punto de decir un comentario algo más ingenioso, cuando una presencia me crispa el alma, o lo que sea que tenga en mi interior.

Entrecierro los ojos, dándome la vuelta lentamente para observar el lugar. Nada fuera de lo normal. Aún así, esa presencia sigue ahí. Mis puños se cierran, sabiendo perfectamente de qué se trata, aunque no lo localice. Veamos... Arbol, arbol, arbusto, ala, columna, ala... Espera. ¿Alas? Y no son oscuras.... Ni una sola. Una mueca de desagrado se dibuja en mi rostro mientras mi mirada sigue fija en ese punto.
-Vaya, parece que hay un espia... -Murmuro- ¿Vas a salir o te piensas quedar ahí oculto? -pregunto, esta vez en voz alta para que me escuche el maldito angel.

**Lennart** Lun Ene 25, 2010 9:51 pm

Vio con recelo como el hombre sacaba las manos de los bolsillos. Al comienzo sus hombros se tensaron, listo para saltar del suelo si era necesario atacar, defenderse o correr, pero se relajó al verlas vacías. No obstante si el otro esperaba que eso fuera suficiente se equivocaba, siempre quedaba la magia y no era algo como demostrarle que no llevaba un cuchillo encima.

Sin embargo Lennart se relajó un poco, también él tenía su propia magia y su propia defensa y podía ser que no hubiera peligro... No sabía si fiarse pero prefirió mantener una posición lejana, aunque tranquila aparentemente.

-Muy bonito, si... -asintió Lennart al oir el comentario del ángel oscuro. Le pilló por sorpresa un comentario como aquel, tan inofensivo. Se preguntó si aquello sería como el encuentro con Geasser. Apenas conocía a ángeles oscuros pero quizá no fueran tan... malos. No malos en general, si no en particular para él que consideraba cualquier criatura sobrenatural como una amenaza.

Podía notar la mirada del otro ángel sobre él y bajó la mirada. A pesar de su recelo la timidez tenía su peso en él. No sabía si tenía que decir algo más en respuesta a su comentario y masculló un "es relajante" por lo bajo, sin tenerlas todas consigo.

Por fortuna algo llamó la atención del otro ángel e hizo que Lennart también mirae hacia una de las columnas del jardín, a la cual miraba su interlocutor. De entrada no vio nada hasta que le pareció ver un poco de pelo oscuro y, lo que era más improtante, las alas y su aura, pura, blanca, que solo podía significar un tipo de criatura: un ángel. Sabía que estos les odiaban a los de su raza especialmente y si había visto a pocos ángeles oscuros, ángeles a seca si que no se había topado casi en su vida, y nunca directamente contra uno, de modo que Lennart retrocedió un poco, sintiendo reconfortante el tronco del árbol contra su espalda.

-¿Quienes sois? -preguntó mirándolos alternativamente. Que hubieran aparecido dos seres sobrenaturales frente a él al mismo tiempo era demasiada casualidad como para no sospechar que iban juntos.

**Jamileh** Lun Ene 25, 2010 10:15 pm

Cuando se da cuenta de que sus alas energéticas pueden ser vistas por las dos criaturas que allí se encuentran, es tarde para intentar ocultarlas, porque el ángel oscuro ya la pillado y, por tanto, el repudiado no tarda en hacerlo...:

"Estúpida, estúpida, estúpida..." Se dice a si mi misma, llevándose una mano a la frente. "¿Y ahora qué?" Jamileh suspira, frustrada, cuando escucha la voz del mestizo, teñida de un evidente desagrado hacia ella. Genial, es de los que han tenido mala suerte con los de arriba y generalizan con todos los ángeles... Cosa comprensible, sí, pero que dificultaba mucho ahora su situación.

Toma aire, recordándose a si misma que una guerrera alumna del mismísimo Arcángel del Fuego no debe amedentrarse en una situación así y, lentamente, sale de su "escondite" con ambas manos alzadas, en señal de "paz". El viento azota su blanco kimono, junto con su melena azabache, hacia atrás, aunque algunos mechones se le pegan al rostro, pero no mueve ni un dedo para apartárselos, por si el gesto es malinterpretable.

-No soy ninguna espía... -Dice, sin moverse aún del sitio- Simplemente paseaba por aquí como muchos hacen y me sorprendí al veros...

Sabe que probablemente no la creerán, pero ella ha dicho la verdad, y no puede hacer otra cosa.

**Aiden T. Howl** Lun Ene 25, 2010 10:26 pm

Mis ojos se crispan al escuchar la voz del angel, a pesar de que sea una mujer. Al ver que se dispone a salir, alcanzo con mi mano izquierda el mango de la katana, dispuesto a usarla en cualquier momento. Pero, para mi sorpresa, el angel no parece querer atacar. Al contrario, aparece de la misma manera en la que me había presentado ante el repudiado; con las manos vacías y en son de paz. Este hecho me confunde ya que nunca antes me había encontrado con un angel pacífico.

A mi espalda escucho la voz del repudiado, algo asustadiza. No me atrevo a darme la vuelta y perder de vista al angelito, por si le diera por atacar en el momento más oportuno, así que decido contestarle dándole la espalda.
-¿Por qué hablas en plural? No tengo ni idea de quien es ella... Y no se si me gustaría saberlo.

Mi mirada prosigue clavada en la muchacha, que realmente parece decir la verdad, aunque no me termina de convencer. Aún así, termino por soltar el arma; si se diera el caso, siempre podría reaccionar con la mágia. Ladeo mi cuerpo, ofreciendome la oportunidad de mirar de reojo al repudiado; tengo el conocimiento de que estos no son bien avenidos con los angeles, y viceversa pero... Nunca se sabe.
-Mi nombre es Aiden -le contesto al chico-. Y por mí no debes preocuparte... No tengo nada en contra de los repudiados.
Ladeando la cabeza hacia el otro lado, le hecho una mirada significativa al angel.

**Lennart** Lun Ene 25, 2010 10:36 pm

Desde su posición agazapada junto al árbol osbervó al ángel salir de detrás de la columna, revelándose como una joven de hermoso rostro, ataviada con un delicado kimono y con una larga cabellera de color azabache, del mismo tono que la noche. La muchacha angelical avanzó con las manos en alto y Lennart mantuvo la mirada sobre ella, por si acaso.

Pero al ver cómo la mano del ángel oscuro se apoyaba sobre el mango de una katana, Lennart volvió hacia este la mirada. De nuevo se dijo que debería conseguir una espada, a pesar de no darsele muy bien manejarlas dado lo pesadas que solían ser, pero incluso un arma pesada sería mejor defensa contra una katana que el cuchillo que él tenía.

Intentó analizar la situación. El ángel parecía inofensivo, sin hacer gesto alguno de hostilidad, aunque quién sabía... podía ser así de verdad o ser una trampa, lo cual le casaría más con la ciudad y más con su zona sur. Mientras el ángel oscuro no parecía agresivo con él, aunque con la chica sí, ¿se conocerían? ¿O simplemente odiaba a los ángeles como tantos otros de su raza? Parecía más lo segundo. Por su lado le daba igual raza, el caso es que podían ser un peligro para él.

Se levantó con lentitud del suelo, apoyándose en el tronco. Llevaba puesta una camisa larga y unos pantalones también grandes, ambas prendas de color blanco impoluto aunque las rodillas se le habían manchado un poco del verde de la hierba; en resumen, su atuendo típico.

Aiden. Se quedó con el nombre y miró de reojo a la chica, preguntándose por qué no se presentaba. Por el tono de voz de Aiden parecía como si quisiera tranquilizarlo o convencerle de que no era un peligro.

-No tendría por qué fiarme. De ninguno de los dos -añadió tajante, por si alguno quería decir algo. Y a pesar de ser un tono que no admitía réplica, también era una voz suave, ligeramente infantil aún. No era dificil por todo su aspecto, su voz, ver que era el más joven de los tres, pero eos no parecía importarle el joven.

**Jamileh** Lun Ene 25, 2010 10:49 pm

Se fija en que el ángel oscuro ya ha agarrado el mango de su arma, una Katana, como ella, aunque la suya, junto al wakizashi, permanece oculta en su espalda, y no tiene intención de desenfundarla por el momento, no si no le dan motivos... Permanece quieta, inmóvil, como si fuese una estatua que forma parte del lugar y no un ser vivo, hasta que ve que él se relaja y suelta el mango de su arma.

Se fija entonces en el "niño", sintiendo un nudo en la garganta al saber que su aspecto descuidado y su aparente miedo a todo el que se le acercaba se debía a muchos de su raza. En aquellos momentos, casi se avergonzaba de ser un ángel, sobretodo cuando la identificaban con los más hipócritas de su bando...

-Y yo tampoco tengo nada en contra de vosotros... -Dice, al escuchar a Aiden, refiriéndose tanto a los repudiados como a los ángeles oscuros- Realmente no deberías fiarte de casi nadie, al menos hasta que te den motivos para hacerlo -Le comenta a Lennart, esbozando una sutil sonrisa- Soy Jamileh -Se presenta a ambos.

Comienza a avanzar despacio hacia ellos, sin bajar las manos, hasta llegar a su altura, momento en el cual las deja caer a ambos lados de su cuerpo. Traga saliva y aguarda, sobretodo la reacción del ángel oscuro, puesto que el niño no parecía tener tanta rabia o rencor dentro...

**Aiden T. Howl** Lun Ene 25, 2010 11:28 pm

Permanezco atento a cualquier movimiento por ambos lados, tanto del joven repudiado, como del angelito. Una sonrisa torcida se dibuja en mi rostro al escuchar las palabras del primero, viendo de reojo cómo se pone en pie ayudándose del arbol. Al momento, la recién llegada le contesta, por lo que mi mirada se fija en ella. Alzo una ceja, extrañado por el comportamiento extraño que se da en ella.

-En eso tiene razón. No te puedes fiar de nadie. Y menos de...
Mi mirada sigue clavada en los rasgos asiáticos del ángel, pero no termino la frase. Al ver cómo ésta se acerca, me mantengo tenso, atento a sus movimientos, aunque cuando llega a ponerse a mi altura y baja las manos lentamente, compruevo que no viene a atacarme. Entrecierro los ojos, aún confuso por la extraña conducta que lleva.
-¿Estás segura de que eres un angel y no un oscuro con las alas pintadas? Ahora mismo deberías estar descuartizando a ese pobre chaval por el odio que sientes hacia su raza, o contra mí por ser una aberración.

**Lennart** Mar Ene 26, 2010 6:10 pm

Había aún recelo en los ojos del repudiado, y en su postura, que, como la de un felino, estaba lista para saltar. Pero no era un recelo inmediato pues parecía que ninguno de los dos desconocidos, Aiden y Jamileh, iban a hacer nada hostil contra él. De hecho en la mirada de la chica parecía haber cierto disgusto o amargura al mirarle. Le sostuvo la mirada, sin saber cómo interpretar la actitud de la chica.

-Mi nombre es Lennart -se presentó. Pensó en acercarse y tenderle la mano a alguno de ellos, pero tras darle un par de cortas vueltas resolvió que era mejor mantener una distancia prudencial. Además por cómo actuaba el joven no creía que se llevasen bien entre ellos y no quería enemistarse estupidamente con nadie.

Se terminó de incorporarse, mirándolos alternativamente, primero a Aiden y luego a Jamileh, sin saber qué esperar de aquel encuentro. No se había imaginado encontrarse pacíficamente, aunque fuera de forma temporal, con un ángel y un ángel oscuro. Sobre todo con un ángel, nunca había hablado directamente con ninguno. Le sorprendió que ambos le dieran la razón y se preguntó si era menos condescendencia o realmente lo pensaban.

-Sus alas son blancas. Y no se pueden pintar -respondió con sencillez al hombre cuando dijo aquello, mirando de reojo a la chica. No pensó que pudiera ser una broma o que ya debían saberlo, simplemente lo dijo. No comentó nada acerca de eso de que debería estar descuartizándole, únicamente apartó la mirada como azorado y se quedó en silencio unos minutos. ¿Qué hacían allí esos dos? Podía ser casualidad, o no... no sabía como preguntarlo directamente, tímido.

**Jamileh** Mar Ene 26, 2010 6:19 pm

Observa como el mestizo se tensa, suspirando ante sus posteriores palabras. Es tan comprensible, que no puede indignarse o sentirse ofendida, por lo que se encoge de hombro, mirándole fijamente:

-Sí, estoy segura... -Responde, sin poder evitar reír con una suave carcajada ante la observación de Lennart- Cierto, no se pueden pintar, aunque a veces me gustaría, me evitaría malos entendidos, ¿sabes, pequeño? -Al momento este dice su nombre- Encantada, Lennart... Y Aiden... -Añade, esbozando una sutil sonrisa, apenas perceptible.

Después niega con la cabeza, volviendo a fijar sus ojos en los de Aiden:

-No voy a descuartizar a nadie -Susurra, como si temiese asustar al repudiado diciéndolo en voz alta- No tengo nada en contra de los ángeles de alas negras, ni de los... nacidos de dos ángeles -Se niega a decir "repudiado" en voz alta, sentiría asco consigo misma diciéndole una palabra tan despectiva a ese pequeño... ¿Cómo podían los suyos querer exterminar a alguien así, que parecía inofensivo?

No es capaz de entenderlo ni de encontrar una respuesta en ese momento, y por eso permanece en silencio una vez ha dejado claro que no va con intenciones violentas, limitándose a observar el paisaje a su alrededor...

**Aiden T. Howl** Mar Ene 26, 2010 6:35 pm

Una mueca extraña se dibuja en mi rostro al escuchar la contestación del repudiado, que por fin se identifica como Lennart. Por su tono de voz, no parece que bromee, por lo que acabo por entender que lo que dice va enserio; no es que haya pillado la ironía. Aún así, a la angelita parece hacerle gracia, lo que me hace volver a mirarla con algo de sospecha. Que no ataque... Vale. Pero que además se muestre alegre en presencia de gente como nosotros, ya me huele a chamusquina.

-Eres muy tolerante para ser un angel. ¿Por qué no nos atacas?
Sigo estudiándola con recelo, sin terminar de descifrar por qué su comportamiento pacífico y sus ganas nulas de exterminarme del mapa, tanto a mí como a Lennart. También le miro a él; todos los repudiados que he conocido hasta ahora hubieran saltado encima de cualquier angel armado hasta los dientes con objetivo de erradicarles... Y yo también. ¿Por qué ni si quiera yo la estaba atacando? La situación empieza a ser bastante ilógica a mi parecer.

**Lennart** Mar Ene 26, 2010 6:50 pm

Notaba como se vigilaban mutuamente tanto la chica como el ángel oscuro, sin intervenir. Ninguno parecía haberlo catalogado como una amenaza... Lennart estuvo a punto de suspirar, y lo habría hecho de no pensar que así era mejor, menos peligros para él. Pero no podía evitar también aquella sensación de menosprecio, quizá por su escasa altura, quizá por su aspecto aún infantil. Igualmente era frustrante. No debería ya que era bueno, pero aún así...

Conteniendo ese suspiro se pasó la mano por el pelo blanco, apartándoselo de los ojos, aunque no tardaría mucho en volver a su estado natural. Levantó un poco la mirada al oir al ángel hablar de nuevo. Se fijó en que sonreía, y al hacerlo aquel aura de pureza que la rodeaba parecía incrementarse. No parecía peligrosa, o una mala persona. Pero... ¿y si se equivocaba?

-Igualmente... -respondió con suavidad, por educación, a su comentario.

Cuando oyó aquello de pequeño, entornó la mirada, aunque sin pretender dar aspecto de molesto. No le importaba demasiado, o eso se decía, al fin y al cabo era aún joven, pero pasaba como antes. Había una parte de él que tenía la sensación de que se reía de él al decir aquello. Trató de ignorarla y mirar de nuevo a sus dos interlocutores. Sonrió levemente al oir aquello de que no tenía nada en contra de ellos, pero tendría que demostrarlo con los actos, no solo con las palabras.

Pudo oir entonces el comentario de Aiden y lo observó largamente, pensando mientras apoyaba un dedo sobre su propia barbilla, mirando al cielo un poco. Entendía su recelo, pero expresarlo en voz alta no serviría de nada, ¿verdad? Quería decir, ella no parecía que fuera a atacarle, al menos a él no, y si lo hacía podía defenderse... para Aiden debía ser parecido. ¿Para qué darle más vueltas?

Al final resolvió preguntar de nuevo:
-¿y por qué no la atacas tú -la pregunta, certera, pronunciada en voz suave y ligeramente candida, pretendía plantear otra idea: por el mismo motivo ella no te ataca.

**Jamileh** Mar Ene 26, 2010 7:09 pm

Vuelve al mundo real cuando escucha la pregunta de Aiden. Se encoge de hombros, no considera lo suyo tolerancia, lo considera sentido común, aunque su maestro lo llame falta de dicho sentido y por ello esté aquí ahora en lugar de ahí arriba... En fin. Suspira, decidiendo responder con otra pregunta:

-¿Por qué debería hacerlo, si no tengo motivos? -Dice, como si fuese una obviedad- No es cuestión de tolerancia, es cuestión de que, si no me habéis hecho nada malo, ¿por qué iba a tener nada en contra vuestra? -Otra cosa que ella ve obvia- Prejuzgar no es una buena idea, aunque parezca que uno de los presentes lo ha olvidado... -Su tono sutil, amable y calmado, choca con las palabras que conforman la indirecta lanzada.

Y vuelve a sonreír a Lennart, asintiendo ante su pregunta, como dándole el visto bueno. Alza las manos un momento, para acercarse hasta él y colocarse a su lado, aunque sin rozarle ni estar excesivamente cerca. Las baja entonces, volviendo a sonreír de esa forma tan poco acusada:

-Exacto, eso es -Mira a Aiden al decirlo- ¿Por qué tú no me atacas a mí? -Repite la pregunta hecha por el "niño", casi divertida por la situación...

**Aiden T. Howl** Mar Ene 26, 2010 9:22 pm

Alzo una ceja al escuchar las palabreas de Lennart. ¿Por qué no le ataco? Qué pregunta más absurda. Aunque yo mismo me la esté formulando. Mi rostro queda pensativo, a la par que intento encontrar una respuesta lógica. No la ataco por que... Por que...
-Supongo que por que no me ha atacado.

Dejo ir un leve suspiro, mirando a Jamileh sin saber si odiarla, ignorarla, o incluso aceptarla. Lo que está claro es que sería un poco estúpido atacarla si ella no tiene intención de hacerlo, ya que podría acabar herido o cualquier cosa que me impidiese pelear contra ángeles agresivos. Me llevo una mano a la cabeza, confuso; después de todo lo que había vivido hasta ahora, ¿por qué tengo que encontrarme con un ángel pacífico? No, no tiene sentido, no lo tiene.

-Dime, chica -le digo, mirándola fijamente-. ¿Cuantos años tienes? ¿Acaso no sabes el por qué de este gran odio que sienten unas razas hacia otras? No se trata de si alguien en concreto te ha hecho algo, si no de lo que se lleva haciendo desde años inmemoriales... No se puede decir que alguna vez nos hayáis tratado bien. Y menos a ellos.
Al decir esta última palabra, señalo con un golpe de cabeza a Lennart, ya que realmente es cierto el hecho de que ellos siempre han sido los menos favorecidos en cuanto al trato de los ángeles.

**Lennart** Mar Ene 26, 2010 9:42 pm

Le daba la impresión de que la discursión entre aquellos dos no tendría final, y menos en un futuro próximo. Hablaban de cosas demasiado grandes, demasiado arraigadas, era como aquella Guerra... conversaciones en las que él prefería estar ausente. Si no incordias no te incordian, era ese sistema de pensamiento el que le había mantenido a salvo durante años y no pensaba abandonarlo ahora de modo que en principio se quedó callado, mirando y observando sin intervenir.

Podría haberle divertido pero no era así, simplemente lo contemplaba todo atento.

Y por eso vio perfectamente como Jamileh se acercaba a él con las manos en alto. Lennart la miró fijamente, sin saber si retroceder. Bien podría considerarse un recelo o un rechazo y desencadenar algún problema pero no le gustaba tener a gente cerca. Por fortuna el ángel fue lo bastante previsor como para no tocarle, solo quedarse cerca. Sin perderla de visto la dejó, viendo como ella parecía divertida con todo el asunto.

Lennar sonrió un poco, poco pero sonrisa al fin y al cabo, al oir la respuesta inevitable de Aiden. Quizá así se calmasen ambos por fin, pero no parecía que fuera así puesto que el hombre se empeñaba en buscar motivos, recordando las injusticias de los ángeles hacia sus razas. Lennart bajó la mirada, apenas había tendio contactos con ángeles o con repudiados, eludiéndolos, pero sabía a qué se refería. Igthell se lo había contado.

-No es una conversación agradable, ¿sabéis? -intervino entre sombrío y apesadumbrado.

**Jamileh** Mar Ene 26, 2010 10:00 pm

Ante la respuesta del ángel oscuro asiente, como si fuese algo que ella supiese de ante mano, y es que ciertamente es así... El mismo motivo por el cual ella no ataca ahora, porque no está siendo atacada. Aunque claro, ella es la que según él debería haber empezado...

-Pues compartimos motivo, Aiden -Dice, sosteniéndole la mirada, permaneciendo sorprendentemente calmada- Tengo los suficientes como para poder pensar por mi misma y que lo que otros hagan o dejen de hacer no influya en mis ideas, siempre y cuando no sean cosas razonables, claro -Su voz es igual de tranquila que su expresión- Y por cierto, he dicho que me llamo Jamileh, no Chica... -Si está siendo irónica, no lo parece en absoluto, demasiado amable su tono como para que pueda pasar por un sarcasmo o una burla...

Y después mira a Lennart, sintiendo que algo se remueve dentro suyo. Suspira, asintiendo y dándole la razón, no es un tema agradable, es un tema que logra confundirla, hacerla dudar, y eso no es bueno, no si quiere que le vaya bien y no tenga que recibir más toques de atención:

-Tienes razón, no es nada agradable -Comenta, volviendo a sonreír- Por eso, por mi parte, queda zanjado el asunto en vista de que aquí nadie va a atacar a nadie... ¿Te parece? -Mira de reojo a Aiden, a ver si así capta que está haciendo sentir mal al "niño" y para de una vez.

**Aiden T. Howl** Mar Ene 26, 2010 10:20 pm

Dejo ir un suspiro, dejando caer mis brazos con pasividad, cerrando los ojos unos momentos. Lo cierto es que el angelito tiene razón y no debería meter a todos los de su raza en el mismo saco, aunque... Por una excepción entre millones no iba a dejar de hacerlo.

La vocecilla del joven llega a mis oídos, por lo que dirijo la vista hacia él. Lo miro unos segundos sin reaccionar; realmente se que la conversación no es agradable... ¿Pero a ellos no se les hace extraña la situación? Finalmente, una sonrisa torcida se dibuja en mi rostro, mientras me encojo de hombros, sentándome tranquilamente en la hierba.

-Está bien, ya me callo -murmuro a los presentes, cruzando los brazos tras la cabeza y estirandome en la hierba-. Pero que sepáis que a la mínima que alguien haga algo...
No termino la frase, puesto que no hace falta. La demostración queda clara por si sola. El colgante que llevo en el cuello brilla unos instantes, haciendo aparecer sobre mi vientre un pequeño simio de ojos grandes y largos dedos. Se queda unos instantes quieto, para finalmente saltar en dirección al repudiado.

Subre por sus piernas hasta colocarse en su hombro, donde comienza a toquetearle el pelo de forma apacibe, hasta que se fija en el collar que éste lleva. A modo de diversión, lo agarra, intentando quitarselo rápidamente.

**Lennart** Mar Ene 26, 2010 10:30 pm

Por fortuna el ángel, Jamileh, cuyo nombre le era un poco extraño de pronunciar, pareció darse cuenta de la indirecta y, no sin antes lanzar lo que parecía casi otra pulla al otro chico, accedió a dejar el tema. Había algo en cómo le miraba ella que le hacía sentir extraño, observado, acostumbrado como estaba a no llamar nunca demasiado la atención.
Aiden pareció aceptar la idea, aunque parecía dispuesto a seguir discutiendo aquel tema largo y tendido si le dejaban.

Con un suspiro Lennart se apoyó en el tronco. Noe ra tanto un suspiro de alivio, si no de cansancio o intranquilidad, desasosegado pese a no saber por qué. Se dejó resbalar contra el tronco hasta caer a la hierba, apoyado contra el árbol, recogiendo las piernas contra el pecho mientras miraba la hierba fijamente y las formas que en esta trazaban las corrientes de aire que recorrían el jardin,agitando su cabello con suavidad, como una caricia que le traía recuerdos de otra que apenas recordaba. ¿Sus padres le habrían apartado el pelo así antes de que se separasen? Ni eso sabía. Podían haberlo abandonado a su suerte o haber sido separados a la fuerza, o mil cosas diferentes y no tenía forma de saberlo.

Le sorprendió de pronto oir el ruido de un animal y alzó la mirada a tiempo de asustarse al ver a un gran simio ir contra él. Fue a levantarse pero se cayó lo poco que se había puesto en pie cuando el animal se subió a su hombro, toqueteandole el pelo.

-¡Estate quieto! -pidió con tono de queja Lenanrt, tratando de apartarlo sin éxito con las manos y al notar que metía la mano bajo su camisa se alarmó-. ¡Aparta! ... ¡Suelta esto! -dijo al ver como cogía su colgante. Otro recuerdo que ni sabía si debía tener aprecio o no. ¿Y si todo lo que creía asociado a aquel objeto era mentira?

Intentando que el mono, que había salido de la nada y que por su aura parecía un espíritu mágico o algo por el estilo no estaba seguro, se soltase de él, hubo un pequeño fogonazo de luz blanca que casi cegó al chico, que soltó un gemido, restregándose los ojos, pero que apartó al espíritu, dejando el collar aún en su cuello.

**Jamileh** Miér Ene 27, 2010 3:18 am

Sonríe de forma algo más acusada cuando ve que por fin el ángel oscuro accede a dejar el tema, no sin antes soltar una advertencia que, seguidamente, acompañço de una demostración de magia si bien inofensiva, escandalizadora para ella, que fulminó a Aiden con la mirada:

-¿¡Qué haces!? -Inquiere, en tono calmado pero serio- ¿No te das cuenta de que estamos en una zona en la que lo normal es que cualquiera pueda aparecer de repente? ¿Una zona de tránsito y abierta al público general? -Niega con la cabeza, sin saber como podría detener al curioso simio- Deténlo, por los 7 de cada reino, ¡deténlo! -Le insta, preocupada- ¿No entiendes el lío en que puedes meternos si nos ven?

Mira a todos lados, preocupada... ¿Y si aparece algun humano normal, o alguien que tenga algo en contra de cualquiera de las tres razas? ¿No puede pasar una tarde tranquila por una vez? Fija después sus ojos en Lennart, al vere utilizar a él también sus poderes:

-¡No, no hagas eso! -Exclama, con mayor preocupación aún- Por favor, haz que desaparezca... Este no es un buen lugar -Pide al ángel oscuro, azorada.

**Aiden T. Howl** Miér Ene 27, 2010 12:05 pm

Empiezo a reír al ver las reacciones de los otros dos ante la presencia de Skip, el monito de mi colgante. Me incorporo, quedándome sentado mientras veo como Lennart intenta deshacerse de él, y la otra empieza a gritarme para que lo haga desaparecer por que podría llegar alguien. Observando la escena, me doy cuenta de que el objeto que el espíritu intenta robarle al repudiado, un colgante, deja ir un fogonazo de luz, que parece sorprender a su dueño tanto como a mí.

Con una leve señal de las manos, el espíritu, tirado en el suelo por la impresión de aquella luz, corre hasta subir a mi hombro, donde empieza a restregarse los ojos, confuso.
-No creo que debas preocuparte por algo así, Jamileh -murmuro, diciendo su nombre-. Si llegase un humano, simplemente diría que es mi mascota. Si llegase alguien con ganas de pelea, el bicho atacaría y me daría tiempo para entrar en combate.

Me levanto finalmente, sintiendo los finos dedos del mono enganchados en mí con fuerza, para no caerse, mientras camino hacia Lennart, que parece bastante confuso después de lo que había pasado con su collar.
-¿Estás bien? No pretendía molestarte, solo tomarte el pelo -me disculpo con una sonrisa.

**Lennart** Miér Ene 27, 2010 9:37 pm

En contra de lo que pudiera pensar uno de los otros dos ángeles, en realidad no había sido tanto él quien había rechazado al mono si no el propio colgante. Ya apenas se acordaba de aquel detalle, puesto que pocas veces se lo habían intentado robar, pero aquel pequeño objeto no podía arrebatarselo nadie, que él supiera. Cerró los dedos al rededor del pentáculo de plata, bajando la mirada, ya más tranquilo. Aún así se había quedado pálido del susto.

Volvió a prestar atención a tiempo de ver como Jamileh y Aiden volvían a discutir y negó con la cabeza, aunque dudaba que alguno se fijase mucho en su gesto.

-Tampoco ha aparecido nadie -les hizo notar con suavidad a ambos. No los conocía de nada y por tanto no podían importarle, ni que se llevasen bien ni que discutiesen, pero las peleas tenían la cualidad deponerlo nervioso e inquieto y prefería eludirlas. Por eso tampoco quería entrar en aquella Guerra que parecía afectar a todo ser sobrenatural. Se preguntó si aquellos dos estarían inmiscuidos en aquella contienda tan trascendental que él prefería eludir y si, de enterarse de su utópica situación lo criticarían como había hecho Geasser, aunque la forma de este fuera poco menos que extraña y curiosa.

Vió como el mono, no tan grande como la impresión le había hecho creer en un principio, regresaba a brazos de Aiden que parecía divertido, aún al disculparse por su actitud. Lennart entornó los ojos, sin saber qué pensar acerca de lo ocurrido, no veía malas intenciones reales por parte de Aiden pero no era algo que le hiciera confiar más en él precisamente.
Finalmente se decantó por asentir con la cabeza.
-No pasa nada -aseguró con voz suave.

Contenido patrocinado

Jardines Heiwa

Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa

Re: Jardines Heiwa