C'iel Vartan du Beryl, Eternity Dammed
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C'iel Vartan du Beryl, Eternity Dammed
Nombre: C'iel Vartan du Beryl
Edad real: 519
Edad humana: 21
Raza: Repudiados
Bando: Neutral
Poderes: Manto del Maldito, Aliento Final, Lanza Fatua, Abrazo de la Vendetta, Semilla del Rencor, Cadenas de la Injusticia.
Descripción física: Los rasgos de C'iel son alargados pero redondeados, poco afilados. Característicos por su elegancia y delicadeza. Tiene unos ojos profundamente azules, penetrantes, que sin embargo, advierten de un peligro evidente, además de unos labios ligeramente rojizos de forma natural. La rodea un aura de una calma que se puede asimilar a aquella que precede a la tempestad. Tiene el pelo castaño muy muy largo, llegándole por debajo de los muslos. Suele vestir con pantalones ajustados, botas altas y con cordones por fuera y corsés –todo ello en colores oscuros-. Sin embargo, a veces parece que sufre un cambio totalmente radical y viste con sencillos vestidos blancos ligeros y con algo de cola, acompañándolos con una capa plateada. Otras, sencillamente, lleva trajes victorianos. Le da exactamente igual que su apariencia pueda ser extraña a ojos de la gente de ahora, pero ha sido como más a gusto se ha encontrado y total, el mundo debería estar lo suficientemente acostumbrado a las rarezas como para censurar su vestuario. Tiene la piel muy pálida.
Descripción psicológica: C'iel es un ser terriblemente caprichoso e inestable. Fomentado por sus vivencias, es ambiciosa y debido a su rencor hacia los motivos por los que es un ser “incompleto” y la obligaron a vivir encadenada a Geki, derrocha sexualidad y la lujuria es una de sus características más notorias. Le encanta jugar, como una pequeña pantera y conseguir lo que quiere. Es bastante condescendiente y siempre tiene un aire altivo, creyéndose bastante por encima de la gente común, como ella las llama, es decir, los seres simples –demonios y ángeles puros… e incluso arcanos- y no suele tratarlos con demasiado respeto, es más, adora picarlos. Aunque en general, le gusta picar a todo el mundo. Aunque la rodea un aire de intensa calma, es comparable a la que precede a la tempestad y no cuesta en exceso invocar su ira. Es fácil tener una conversación con ella, aunque no es raro que conteste con ironías o sarcasmos. A pesar de todo, C’iel quiere y ama, pero no es infrecuente que su amor dañe… De momento, al único ser del que se ha encariñado, aunque no suela reconocerlo es de Geki, a pesar de que la irrita muchas veces, en realidad ni siquiera podría respirar si él no estuviera. A pesar de eso, es muy emocional. No tiene miedo a la soledad –quizá porque no la ha conocido- pero sí un miedo terrible a perder a Gen. Todo su odio y su rencor se han manifestado en una manía de auto infligirse pequeños cortes que descargan su adrenalina y que sanan al cabo del día… Eso la sirve para no ofuscarse por todas las cosas que la afectan y la limitan. Sabe que eso también afecta a Gen, pero aún así muchas veces no puede evitarlo y lo necesita para no estallar. Es inaccesible, es decir, no suele dar su brazo a torcer. No conoce tampoco el sentido de la lealtad y evita arriesgarse demasiado en temas de vida o muerte, ya que a pesar de todo, es responsable y no quiere arrastrar a Geki a la muerte… Además, tiene en cuenta las consecuencias de cada acción y valora si está dispuesta a sufrirlas. Sin embargo es muy desafiante y nunca rechaza una buena apuesta –generalmente, porque sabe que las ganará-. Es implacable y fría a la hora de actuar –si no tiene que ver con Gen, si es así, normalmente perderá el control, volviéndose un ser impulsivo- … Sin embargo en el fondo, es una chica decidida pero algo insegura y fantasiosa.
A C’iel le gusta la lluvia, la noche, la música instrumental y tocar el violín y el piano, aunque no suele hacerlo a menudo –ya que despierta su parte más emotiva y melancólica-. Le gusta jugar con metáforas y el chocolate con leche. Siente un secreto placer por la lucha, en todos los ámbitos en los que ésta se pueda… aplicar.
C’iel opina que los Repudiados son una casta de seres superiores, fusionando cualidades tanto de demonios como de ángeles por los que los considera los próximos señalados para gobernar la Realidad.
Sumando a sus aires de grandeza, ha desarrollado una relación amo-sirviente con Geki (como se explica en la historia) profundamente arraigada en su ser. A pesar de eso, siempre escucha lo que tiene que decirle y se ha acostumbrado a jugar con él de forma tan natural como el latir de un corazón.
Ah, desde siempre ha poseído y sigue poseyendo una habilidad sorprendente para buscar problemas, lo que a menudo despierta que Geki deba de salir en su busca.
Armas: Un látigo con eslabones de metal y en su punta se fragmenta en varias -5- “colas” con bolas de pinchos en su extremo. Su extensión es de unos 4 metros, y en batalla, cuando no utiliza toda su extensión, suele rodearse con ella los brazos. La lleva colgando de sus pantalones.
Objetos mágicos: Un violín cuya música hace que las personas que lo escuchen revivan los momentos más angustiosos, temidos, etc… de su vida, en general momentos que les causen aflicción, dolor, angustia, temor… , provocándoles reacciones exageradas (la reacción depende de cada pj, de 2 post) y generalmente incapacitándoles momentánea y parcialmente para la lucha. Posee su propia energía, que se agota a los dos post y se recarga tocando el violín sin usar sus cualidades mágicas para el combate –momento en el cual, el efecto es el invertido y le causa a C’iel las mismas emociones-.
Un brazalete de plata, sencillo, con filigranas retorcidas, sin gemas, que representa la maldición que la une a Geki. Si se llegase a romper, a perder o a separar de su brazo, acabaría sumida en un coma profundo, arrastrando a Gekido con ella, un sueño eterno.
Una gargantilla de piedras de cristal negras que son capaces de acumular energía de reserva.
Experiencia de combate: Han tenido mucho tiempo para poder perfeccionar sus técnicas, sin embargo C’iel se ha centrado en el poder mágico, hilando mucho mejor sus habilidades y usando el propio poder de Geki para potenciar sus hechizos. Pero como le gusta ser una chica equilibrada, también ha practicado algunas artes marciales como el Taekwondo y el Aikido.
Breve historia: Lo siento, no he podido hacerla más breve para explicar todos los por qués posteriores >.<
Imagen:
C'iel/Liv - C'iel - Liv Tyler - Liv Tyler 2 - C'iel "transformada"
Voz:
*Anexos: En su forma angelical, aparece desnuda, solo con su ala izquierda y su pelo tremendamente largo y albino flotando a su alrededor, tapándole sus pechos y su sexo… Cuando Geki también está transformado cerca de ella, aparece una cadena inmaterial que los une, con unos grilletes en sus muñecas, semitransparente e infinitamente larga. No tiene ningún poder, simplemente es la representación de su maldición. Esto no puede verlo nadie, excepto Geki. El resto solo verán el ala que posee.
*Maldición: El castigo de Miguel consistió en fusionar las capacidades sobrenaturales de los dos repudiados, compartiendo una conexión completa e irrompible. Cuando uno de los dos cuerpos sufre una herida, el otro sufre la misma herida ilusoria como si se lo hubieran hecho a él, incapacitándolo del mismo modo que incapacitaría al receptor real del suceso. Es decir, si alguien clava una espada en el abdomen de C’iel, Geki sufrirá la misma “herida”, muriendo si ella muere. Sin embargo, juntos poseen una habilidad mayor de lo que es habitual en los seres sobrenaturales, ya que pueden combinar sus capacidades mágicas, físicas y psíquicas. Además de eso, cuanto más lejos estén físicamente y psíquicamente, más débiles serán, pudiendo llegar a morir. Además, tienen una empatía terriblemente desarrollados –a nivel interior de ellos dos- aunque no pueden escuchar sus pensamientos. Además, propuso como condición que nunca jamás se podrían deshacer de sus respectivos brazaletes.
*Aclaraciones: NO son hermanos.
*Aclaraciones 2: NO son pareja, ni enamorados, ni nada que esté relacionado con ello. Su relación es la más lógica dentro de las circunstancias que les rodean.
Si hay algun problema... >.<
Edad real: 519
Edad humana: 21
Raza: Repudiados
Bando: Neutral
Poderes: Manto del Maldito, Aliento Final, Lanza Fatua, Abrazo de la Vendetta, Semilla del Rencor, Cadenas de la Injusticia.
Descripción física: Los rasgos de C'iel son alargados pero redondeados, poco afilados. Característicos por su elegancia y delicadeza. Tiene unos ojos profundamente azules, penetrantes, que sin embargo, advierten de un peligro evidente, además de unos labios ligeramente rojizos de forma natural. La rodea un aura de una calma que se puede asimilar a aquella que precede a la tempestad. Tiene el pelo castaño muy muy largo, llegándole por debajo de los muslos. Suele vestir con pantalones ajustados, botas altas y con cordones por fuera y corsés –todo ello en colores oscuros-. Sin embargo, a veces parece que sufre un cambio totalmente radical y viste con sencillos vestidos blancos ligeros y con algo de cola, acompañándolos con una capa plateada. Otras, sencillamente, lleva trajes victorianos. Le da exactamente igual que su apariencia pueda ser extraña a ojos de la gente de ahora, pero ha sido como más a gusto se ha encontrado y total, el mundo debería estar lo suficientemente acostumbrado a las rarezas como para censurar su vestuario. Tiene la piel muy pálida.
Descripción psicológica: C'iel es un ser terriblemente caprichoso e inestable. Fomentado por sus vivencias, es ambiciosa y debido a su rencor hacia los motivos por los que es un ser “incompleto” y la obligaron a vivir encadenada a Geki, derrocha sexualidad y la lujuria es una de sus características más notorias. Le encanta jugar, como una pequeña pantera y conseguir lo que quiere. Es bastante condescendiente y siempre tiene un aire altivo, creyéndose bastante por encima de la gente común, como ella las llama, es decir, los seres simples –demonios y ángeles puros… e incluso arcanos- y no suele tratarlos con demasiado respeto, es más, adora picarlos. Aunque en general, le gusta picar a todo el mundo. Aunque la rodea un aire de intensa calma, es comparable a la que precede a la tempestad y no cuesta en exceso invocar su ira. Es fácil tener una conversación con ella, aunque no es raro que conteste con ironías o sarcasmos. A pesar de todo, C’iel quiere y ama, pero no es infrecuente que su amor dañe… De momento, al único ser del que se ha encariñado, aunque no suela reconocerlo es de Geki, a pesar de que la irrita muchas veces, en realidad ni siquiera podría respirar si él no estuviera. A pesar de eso, es muy emocional. No tiene miedo a la soledad –quizá porque no la ha conocido- pero sí un miedo terrible a perder a Gen. Todo su odio y su rencor se han manifestado en una manía de auto infligirse pequeños cortes que descargan su adrenalina y que sanan al cabo del día… Eso la sirve para no ofuscarse por todas las cosas que la afectan y la limitan. Sabe que eso también afecta a Gen, pero aún así muchas veces no puede evitarlo y lo necesita para no estallar. Es inaccesible, es decir, no suele dar su brazo a torcer. No conoce tampoco el sentido de la lealtad y evita arriesgarse demasiado en temas de vida o muerte, ya que a pesar de todo, es responsable y no quiere arrastrar a Geki a la muerte… Además, tiene en cuenta las consecuencias de cada acción y valora si está dispuesta a sufrirlas. Sin embargo es muy desafiante y nunca rechaza una buena apuesta –generalmente, porque sabe que las ganará-. Es implacable y fría a la hora de actuar –si no tiene que ver con Gen, si es así, normalmente perderá el control, volviéndose un ser impulsivo- … Sin embargo en el fondo, es una chica decidida pero algo insegura y fantasiosa.
A C’iel le gusta la lluvia, la noche, la música instrumental y tocar el violín y el piano, aunque no suele hacerlo a menudo –ya que despierta su parte más emotiva y melancólica-. Le gusta jugar con metáforas y el chocolate con leche. Siente un secreto placer por la lucha, en todos los ámbitos en los que ésta se pueda… aplicar.
C’iel opina que los Repudiados son una casta de seres superiores, fusionando cualidades tanto de demonios como de ángeles por los que los considera los próximos señalados para gobernar la Realidad.
Sumando a sus aires de grandeza, ha desarrollado una relación amo-sirviente con Geki (como se explica en la historia) profundamente arraigada en su ser. A pesar de eso, siempre escucha lo que tiene que decirle y se ha acostumbrado a jugar con él de forma tan natural como el latir de un corazón.
Ah, desde siempre ha poseído y sigue poseyendo una habilidad sorprendente para buscar problemas, lo que a menudo despierta que Geki deba de salir en su busca.
Armas: Un látigo con eslabones de metal y en su punta se fragmenta en varias -5- “colas” con bolas de pinchos en su extremo. Su extensión es de unos 4 metros, y en batalla, cuando no utiliza toda su extensión, suele rodearse con ella los brazos. La lleva colgando de sus pantalones.
Objetos mágicos: Un violín cuya música hace que las personas que lo escuchen revivan los momentos más angustiosos, temidos, etc… de su vida, en general momentos que les causen aflicción, dolor, angustia, temor… , provocándoles reacciones exageradas (la reacción depende de cada pj, de 2 post) y generalmente incapacitándoles momentánea y parcialmente para la lucha. Posee su propia energía, que se agota a los dos post y se recarga tocando el violín sin usar sus cualidades mágicas para el combate –momento en el cual, el efecto es el invertido y le causa a C’iel las mismas emociones-.
Un brazalete de plata, sencillo, con filigranas retorcidas, sin gemas, que representa la maldición que la une a Geki. Si se llegase a romper, a perder o a separar de su brazo, acabaría sumida en un coma profundo, arrastrando a Gekido con ella, un sueño eterno.
Una gargantilla de piedras de cristal negras que son capaces de acumular energía de reserva.
Experiencia de combate: Han tenido mucho tiempo para poder perfeccionar sus técnicas, sin embargo C’iel se ha centrado en el poder mágico, hilando mucho mejor sus habilidades y usando el propio poder de Geki para potenciar sus hechizos. Pero como le gusta ser una chica equilibrada, también ha practicado algunas artes marciales como el Taekwondo y el Aikido.
Breve historia: Lo siento, no he podido hacerla más breve para explicar todos los por qués posteriores >.<
- Spoiler:
- De descendencia angelical, C’iel fue expulsada del cielo por un pecado capital que ella no cometió: La Lujuria. Entre los sagrados ángeles, también hay esferas de pureza y grados de nobleza. Los padres de C’iel, estaban en una posición alta en el Cielo, razón por la cual, las represalias que les impuso el Arcángel Miguel fue, además de mortal, terrible. El castigo, además de la ejecución de los ángeles, fue en forma de maldición. Quizá fuera que los ángeles empezaban a decaer, o simplemente, la casualidad, otro niño medio angelical nació en las mismas circunstancias, en los mismos círculos, a su misma vez. La voluntad implacable de Miguel no tenía lugar a réplica y también ellos fueron ejecutados. Sin embargo, para dar ejemplo al resto de ángeles, unió a los niños con una conexión maldita que incapacitaría su libre albedrío y los uniría creando una pantomima de ser completo –pues C’iel tiene el ala izquierda y Gekido la derecha-. Como descubrirían más tarde, mucho más tarde, todo aquello consistía en una conexión que los unía y los hacía uno. Sintiendo las heridas que el otro sentía, siendo fuertes y débiles, compartiendo un cuerpo dividido, sin la posibilidad de alejarse el uno del otro… Ni físicamente, ni emocionalmente. Obligados a estar… Juntos, para siempre*.
Fueron expulsados a la tierra. Sin embargo, debido a poderes sobrenaturales, la apariencia de ambos fue de unos niños de cinco o seis años, lo suficientemente desarrollados y concienciados como para sobrevivir por sus propios medios. En aquella época, la sociedad todavía pecaba de atraso con las civilizaciones que las sucederían. Así pues, cayeron en una ciudad populosa y llena de posibles formas de sobrevivir, de las que ellos eligieron la pillastrería, robos menores para poder subsistir. Sus primeros años fueron difíciles, ya que además de su situación precaria, se debían de acostumbrar a su condición de ser sobrenatural, ya que aquel hecho no había abandonado la memoria de ninguno, es más, se desarrollaba como un parásito imposible de ignorar.
Cuando la pequeña C’iel creció y alcanzó la adolescencia, los recuerdos de su existencia inicial, le eran tan insoportables que a menudo protagonizaba episodios de irreflexivas e impulsivas actividades que podían llevar su vida al límite. Sin embargo, su encadenado, Gekido, siempre estaba en medio para detenerla, con quien solía pagar sus frustraciones y descontroles emocionales.
C’iel odiaba profundamente a los seres tan “estrechos de miras” que habían obrado con maldad y alevosía, con premeditación y burlándose de ella, que, sin tener nada que ver, había sido objeto de desagravios, de entretenimiento… y sobre todo, un conejillo de Indias, sufriendo las “fantasías” del Arcángel Miguel, de los ángeles, de… De todos ellos que la habían despreciado y expulsado de un lugar, cerrando las puertas a su mundo, al mundo en general, limitando su existencia, limitando su ser… Diciendo, en otras palabras, que no valía nada. Sus… puntos débiles.
Descubrieron entonces, que todo lo que sufría uno, también lo sentía el otro, en forma de herida ilusoria. No solo los sucesos físicos, si no de alguna manera, también sufrían un fenómeno de empatía tremendamente elevado.
De momento, sus descubrimientos llegaron hasta ese punto.
La relación entre C’iel y Gekido, fue absolutamente obligada, obligados a convivir, a vivir juntos, a tener que velar por el otro sin haberlo elegido, es más, chocando los caracteres de forma que no podían prácticamente convivir.
Fue una época de rebelión, de debilidad física y mental, de una supervivencia malvivida.
C’iel siempre pagó en Geki sus heridas, y por ello desarrolló un complejo de superioridad que extrapoló al resto del mundo.
Cuando sus habilidades sobrenaturales empezaron a desbordarla, decidió huir a un lugar desértico, alejándose de todo lo que pudiera herir y sobre todo, de él, de eso que les unía.
C’iel pasó largos años mortales –que para ella dejaron de pasar al cumplir los 21- viviendo de forma nómada por desiertos… Intentando controlarse de modo personal, por sí misma, siendo autosuficiente. Sin embargo, en sus años de soledad, pudo comprobar dos cosas… Sobrevivir se le hacía tremendamente duro, siendo frecuente sus visitas a las tribus nómadas de los desiertos por los que viajaba, en busca de ayuda por sus frecuentes enfermedades tanto psicológicas como físicas. Se sentía cansada, sin motivos para continuar ni motivos por los que controlarse a sí misma… Se sentía extrañamente débil, como si cada vez que respirase, su vida se evaporase con su aliento. Sin entender del todo los motivos de ese por qué, creyó que su debilidad se debía a su poco control sobre su alma sobrenatural y las habilidades que de ellas pudieran desencadenarse. Así pues, dejando de lado e ignorando aquella enfermedad que le achacaba, terminó por unirse realmente a las tribus del desierto, poniendo fin a su peregrinaje. Con ellos aprendió a ver el alma de las personas, con ellos peleó contra Djins del desierto y con ellos desarrolló sus poderes en los ambientes más extremos, siempre tonteando con la muerte y saliendo airosa. Comprendió su naturaleza y parte de los límites de sus capacidades… Sin embargo, a medida que iba ganando en autocontrol, iba perdiendo la fe en la vida. Hasta llegar a comprender, cuando apenas conseguía levantarse por las mañanas, temblando de miedo, de frío y de incapacidad… El por qué. Fue un sueño quien se lo reveló. Soñó con él, con su bálsamo para las heridas, su hoja afilada que cortaba su alma. Con Gekido, y supo… Como solo lo sabe aquel que tiene el alma unida a otro alguien, que lo necesitaba. Que si quería vivir, tenía que ser con él.
C’iel aprendió y perfeccionó su magia de forma impresionante, pese a su incapacidad, y llegado el momento, abandonó su hogar.
Sin pertenencias, sin destino concreto, C’iel cerró los ojos y se dejó llevar. Atravesó el mar, atravesó Tierras, atravesaría cielos, de haber podido hacerlo. Ella estaba en un trance desde que lo dejó, dejando de ser ella, siendo… un ser… Dormido. C’iel era una sonámbula en su vida. Hasta que llegó a él. Calle bulliciosa, gente de otra época, gente, gente, gente… Ruido, cielo lleno de nubes, llegando al ocaso del día. Las luces de los comercios impactando, reveladoras, sobre las personas que pasaban. Él, su cara indiferente… Su andar, su obligada alma. C’iel suspiró, y como un fantasma, caminó hasta ponerse delante de él.
Pudo comprobar entonces, que el viaje había obrado un efecto en ella. Todas sus incapacidades y limitaciones habían desaparecido, sintiéndose fuerte, despierta, ella misma… Todas las emociones, los odios, los cariños, las relaciones dejadas en el aire la azotaron, poniéndola en su sitio, haciendo un click en su mente.
—¿Dónde has estado, niño rebelde? ¿Crees que dejarme sola ha hecho bien? ¡Casi muero muchas veces por… por tu ineptitud, de verdad, Geki!—Levantó la mano, como si fuera a golpearle… Pero, en realidad, no pudo. Se abandonó a sus brazos, contenta de tener aquel seguro en su vida, aquel que la ayudaba a vivir—. No creo que Miguel quisiera esto, en realidad… Alomejor es parte de la maldición que te tenga cariño—comentó.
Desde entonces… su historia… Se hace, una.
Lo que sigue, puede resumirse en una época “dorada” en sus vidas. Enriqueciendose y sentando sus prioridades.
C’iel y Gekido, entonces, juntaros sus ambiciones para hacerlas también una, siendo esta, el deseo de ver muerto al Arcángel Miguel, la conquista del Cielo –y del Infierno, ¿Por qué no?- y la esclavitud de los ángeles. O su muerte, quién sabe. Vivieron mucho, y se entrenaron juntos para aprender a combatir complementándose, alcanzando altas sincronizaciones… Todo ello, por supuesto, tocado con un montón de problemas.
Imagen:
C'iel/Liv - C'iel - Liv Tyler - Liv Tyler 2 - C'iel "transformada"
Voz:
*Anexos: En su forma angelical, aparece desnuda, solo con su ala izquierda y su pelo tremendamente largo y albino flotando a su alrededor, tapándole sus pechos y su sexo… Cuando Geki también está transformado cerca de ella, aparece una cadena inmaterial que los une, con unos grilletes en sus muñecas, semitransparente e infinitamente larga. No tiene ningún poder, simplemente es la representación de su maldición. Esto no puede verlo nadie, excepto Geki. El resto solo verán el ala que posee.
*Maldición: El castigo de Miguel consistió en fusionar las capacidades sobrenaturales de los dos repudiados, compartiendo una conexión completa e irrompible. Cuando uno de los dos cuerpos sufre una herida, el otro sufre la misma herida ilusoria como si se lo hubieran hecho a él, incapacitándolo del mismo modo que incapacitaría al receptor real del suceso. Es decir, si alguien clava una espada en el abdomen de C’iel, Geki sufrirá la misma “herida”, muriendo si ella muere. Sin embargo, juntos poseen una habilidad mayor de lo que es habitual en los seres sobrenaturales, ya que pueden combinar sus capacidades mágicas, físicas y psíquicas. Además de eso, cuanto más lejos estén físicamente y psíquicamente, más débiles serán, pudiendo llegar a morir. Además, tienen una empatía terriblemente desarrollados –a nivel interior de ellos dos- aunque no pueden escuchar sus pensamientos. Además, propuso como condición que nunca jamás se podrían deshacer de sus respectivos brazaletes.
*Aclaraciones: NO son hermanos.
*Aclaraciones 2: NO son pareja, ni enamorados, ni nada que esté relacionado con ello. Su relación es la más lógica dentro de las circunstancias que les rodean.
Si hay algun problema... >.<
Última edición por C'iel Vartan du Beryl el Jue Ene 28, 2010 5:18 pm, editado 2 veces
C'iel Vartan du Beryl- Neutral
- Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 21/01/2010
Localización : Gaïa
Re: C'iel Vartan du Beryl, Eternity Dammed
Ficha aceptada, excepto en tres puntos:
- El látigo que llevas está bien, pero no nos convence que también tenga un puñal, ya que eso sería como llevar dos armas. Tienes dos opciones, o le quitas el puñal y lo llevas como un látigo que se abre normal y corriente, cogiéndolo por el mango, o bien te quitas un objeto mágico de los dos que has puesto (ya que el brazalete no te lo puedes quitar) y te dejas el arma tal cual
-Recordaros que los dos tenéis forma humana. El resto de seres sobrenaturales(arcanos no incluidos) os verán el ala y el aura, y los arcanos percibirán un sentimiento o una emoción, pero no lograrán ver el aura. Por lo tanto, la forma que has descrito solo será visible para Gekido, y viceversa.
- En la historia hay algo que no nos cuadra, aunque igual es un tuyo que se te pasó. Comentas que fue el arcángel Miguel el principal culpable, pero cerca del final pones que tienen el objetivo de asesinar a Gabriel... Nos parece extraño, y por eso preguntamos si es correcto o una errata.
Solucionados estos tres puntos te daremos rango y grupo y tendrás luz verde
- El látigo que llevas está bien, pero no nos convence que también tenga un puñal, ya que eso sería como llevar dos armas. Tienes dos opciones, o le quitas el puñal y lo llevas como un látigo que se abre normal y corriente, cogiéndolo por el mango, o bien te quitas un objeto mágico de los dos que has puesto (ya que el brazalete no te lo puedes quitar) y te dejas el arma tal cual
-Recordaros que los dos tenéis forma humana. El resto de seres sobrenaturales(arcanos no incluidos) os verán el ala y el aura, y los arcanos percibirán un sentimiento o una emoción, pero no lograrán ver el aura. Por lo tanto, la forma que has descrito solo será visible para Gekido, y viceversa.
- En la historia hay algo que no nos cuadra, aunque igual es un tuyo que se te pasó. Comentas que fue el arcángel Miguel el principal culpable, pero cerca del final pones que tienen el objetivo de asesinar a Gabriel... Nos parece extraño, y por eso preguntamos si es correcto o una errata.
Solucionados estos tres puntos te daremos rango y grupo y tendrás luz verde
Lucifer- Voz del Creador
- Mensajes : 98
Fecha de inscripción : 13/01/2010
Localización : Deseando salir para asolar el mundo...
Re: C'iel Vartan du Beryl, Eternity Dammed
Ups, vale.
Látigo editado, quitaré el puñal ^^.
Lo de la forma también, aclarado... y sí, lo de Gabriel ha sido una errata, gomen >.<
¡Gracias!
Látigo editado, quitaré el puñal ^^.
Lo de la forma también, aclarado... y sí, lo de Gabriel ha sido una errata, gomen >.<
¡Gracias!
C'iel Vartan du Beryl- Neutral
- Mensajes : 3
Fecha de inscripción : 21/01/2010
Localización : Gaïa
Re: C'iel Vartan du Beryl, Eternity Dammed
Siento hacer doble post, pero es para avisar de que he hecho algunas aclaraciones más >.<
Nada, son extras del pj, pero para que luego no haya confusiones.
No more!
Nada, son extras del pj, pero para que luego no haya confusiones.
No more!
C'iel Vartan du Beryl- Neutral
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Fecha de inscripción : 21/01/2010
Localización : Gaïa
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